/ domingo 11 de agosto de 2019

Aquí Querétaro

Felino: Dícese de los félidos, familia de los mamíferos, placentarios, carnívoros y digitígrados. Son regularmente de cuerpo esbelto, suelen tener un oído muy agudo y una excelente vista, además de uñas curvas y retráctiles.

Por eso cuando surge la noticia, tan famosa la semana anterior, de que apareció un felino en Jurica, uno no puede dejar de crearse imágenes de lo más diversas, y en algunos casos, hasta con cuerpo humano. ¿O es que acaso no conoce usted, estimado lector, a alguien con esas características, de buena vista y oído, además de uñas retráctiles?

Aunque no se trataba de eso, sino de un auténtico felino que, se dice, atacó a unas perritas que andaban distraídas una noche de estas. Un felino que nadie ha visto y que algunos suponen lince, pantera o tigre, pero que, si nos atenemos a los félidos que viven en nuestro país, tendría que ser un jaguar, un ocelote, un gato montés, o de perdida, un yaguarundí o un margay.

El escándalo se incrementó de manera significativa cuando en las redes sociales, benditas a veces y malditas otras, apareció la carta de la presidenta de colonos de Jurica Campestre, que no tiene desperdicio y que describía, poco más o menos, cómo un animal había atacado a las perritas ya mencionadas, “dejándoles una lesión grave, dejándole expuesto músculos, tendones y huesos a la vista”.

Expuestas y a la vista tamañas lesiones, la propietaria de las perritas distraídas habló hasta a dos diferentes zoológicos, sin que se mencionara en la carta de la presidenta de colonos cuáles habían sido éstos y qué autoridades en la materia habían dado su punto de vista, pero que en ambos habían concluido que el agresor tenía que ser un felino grande, “quizá jaguar o puma”.

Escándalo mayor y fértil material para memes y gracejadas, la noticia no dejó indiferentes a los queretanos en general, y a los habitantes de Jurica muy en especial, quienes, durante varias noches, que al parecer aún subsisten, llegaban hasta sus casas con el suspiro contenido, la angustia posesionada de sus almas y el grito a flor de labios.

De todo se dijo desde entonces: El vocero de Protección Civil informando que no habían encontrado ningún animal de esas características en la zona, el alcalde asegurando que no había confirmación al respecto, y hasta maledicentes voces que ya le achacaban al “Pollo” Torres Landa, vecino de Juriquilla, la incapacidad de retener entre los muros de sus propiedades al animal en cuestión. De lo que se cuidaron, tanto la presidenta de colonos como el representante de Protección Civil, fue de desvelar la identidad de la propietaria de las perritas agredidas con tan violentas maneras.

Entre otras muchas cosas, apareció un video de un félido, esbelto y claro, deambulando junto a una barda que bien podría ser de Jurica, pero que resultó falso, y un ocurrente meme donde se veía a el Presidente Municipal con la leyenda al calce de “no seré tapadera del jaguar”.

El caso es que el jaguar, el puma, el lince, el leopardo, la pantera, el tigre, el ocelote o el tigrillo, sigue sin aparecer, y no falta ya quien, recurriendo a los anales de nuestro pasado reciente, asegura que, quizá y sólo quizá, en realidad el atacante de las perras no es otro que el Chupacabras.

El Chupacabras, sí, que nadie ha visto jamás, pero que todos imaginamos de apariencia grotesca, o aquel chino que se aparecía en los arcos para, a la usanza más pura de los vampiros, chupar la sangre de sus víctimas por el cuello. O efectivamente, un nocturno y solitario margay, acostumbrado a vivir en los árboles y dar giros, con las patas traseras, de hasta 180 grados; o un llamado lince rojo, que no es otro que el gato montés; o uno de los nombrados “gatos pescadores”, que habría aprovechado la cercanía de la presa de Juriquilla para vacacionar.

En Jurica hemos encontrado una nueva entretención, una inédita preocupación y una oportunidad más para dar rienda suelta a la creatividad en las redes sociales. Hemos fabricado ya un felino. Porque, ¿quiénes somos para dudar de la eminente opinión de expertos de dos diferentes zoológicos?

Felino: Dícese de los félidos, familia de los mamíferos, placentarios, carnívoros y digitígrados. Son regularmente de cuerpo esbelto, suelen tener un oído muy agudo y una excelente vista, además de uñas curvas y retráctiles.

Por eso cuando surge la noticia, tan famosa la semana anterior, de que apareció un felino en Jurica, uno no puede dejar de crearse imágenes de lo más diversas, y en algunos casos, hasta con cuerpo humano. ¿O es que acaso no conoce usted, estimado lector, a alguien con esas características, de buena vista y oído, además de uñas retráctiles?

Aunque no se trataba de eso, sino de un auténtico felino que, se dice, atacó a unas perritas que andaban distraídas una noche de estas. Un felino que nadie ha visto y que algunos suponen lince, pantera o tigre, pero que, si nos atenemos a los félidos que viven en nuestro país, tendría que ser un jaguar, un ocelote, un gato montés, o de perdida, un yaguarundí o un margay.

El escándalo se incrementó de manera significativa cuando en las redes sociales, benditas a veces y malditas otras, apareció la carta de la presidenta de colonos de Jurica Campestre, que no tiene desperdicio y que describía, poco más o menos, cómo un animal había atacado a las perritas ya mencionadas, “dejándoles una lesión grave, dejándole expuesto músculos, tendones y huesos a la vista”.

Expuestas y a la vista tamañas lesiones, la propietaria de las perritas distraídas habló hasta a dos diferentes zoológicos, sin que se mencionara en la carta de la presidenta de colonos cuáles habían sido éstos y qué autoridades en la materia habían dado su punto de vista, pero que en ambos habían concluido que el agresor tenía que ser un felino grande, “quizá jaguar o puma”.

Escándalo mayor y fértil material para memes y gracejadas, la noticia no dejó indiferentes a los queretanos en general, y a los habitantes de Jurica muy en especial, quienes, durante varias noches, que al parecer aún subsisten, llegaban hasta sus casas con el suspiro contenido, la angustia posesionada de sus almas y el grito a flor de labios.

De todo se dijo desde entonces: El vocero de Protección Civil informando que no habían encontrado ningún animal de esas características en la zona, el alcalde asegurando que no había confirmación al respecto, y hasta maledicentes voces que ya le achacaban al “Pollo” Torres Landa, vecino de Juriquilla, la incapacidad de retener entre los muros de sus propiedades al animal en cuestión. De lo que se cuidaron, tanto la presidenta de colonos como el representante de Protección Civil, fue de desvelar la identidad de la propietaria de las perritas agredidas con tan violentas maneras.

Entre otras muchas cosas, apareció un video de un félido, esbelto y claro, deambulando junto a una barda que bien podría ser de Jurica, pero que resultó falso, y un ocurrente meme donde se veía a el Presidente Municipal con la leyenda al calce de “no seré tapadera del jaguar”.

El caso es que el jaguar, el puma, el lince, el leopardo, la pantera, el tigre, el ocelote o el tigrillo, sigue sin aparecer, y no falta ya quien, recurriendo a los anales de nuestro pasado reciente, asegura que, quizá y sólo quizá, en realidad el atacante de las perras no es otro que el Chupacabras.

El Chupacabras, sí, que nadie ha visto jamás, pero que todos imaginamos de apariencia grotesca, o aquel chino que se aparecía en los arcos para, a la usanza más pura de los vampiros, chupar la sangre de sus víctimas por el cuello. O efectivamente, un nocturno y solitario margay, acostumbrado a vivir en los árboles y dar giros, con las patas traseras, de hasta 180 grados; o un llamado lince rojo, que no es otro que el gato montés; o uno de los nombrados “gatos pescadores”, que habría aprovechado la cercanía de la presa de Juriquilla para vacacionar.

En Jurica hemos encontrado una nueva entretención, una inédita preocupación y una oportunidad más para dar rienda suelta a la creatividad en las redes sociales. Hemos fabricado ya un felino. Porque, ¿quiénes somos para dudar de la eminente opinión de expertos de dos diferentes zoológicos?