/ domingo 25 de abril de 2021

Aquí Querétaro

Allá cuando el siglo XIX vivía sus últimas etapas, y aun cuando el XX llegó con toda su fuerza, los queretanos tuvieron entre sus atracciones de mayor expectación, pese a que no se celebraban con demasiada frecuencia, o quizá precisamente por eso, la de la ascensión de globos aerostáticos.

Ya don José Rodríguez Familiar, en sus “Efemérides Queretanas”, narra brevemente la hazaña de surcar los aires queretanos por don Tranquilino Alemán, el director de la compañía de acróbatas que, en aquel lejano mayo de 1878, visitaba nuestra ciudad. Don Tranquilino subió a su globo, como casi todas las experiencias similares por estos lares, desde la Plaza de Toros de Occidente.

Un año más tarde, el señor Padrón repitió la experiencia para los absortos espectadores queretanos, que desde tierra, y también en la misma plaza de Occidente, miraron como el aeronauta realizó infinidad de evoluciones en los cielos queretanos, a pesar de los fuertes vientos y de que su globo parecía maltratado en exceso por el paso del tiempo y el constante uso.

Otra experiencia con este singular entretenimiento volvió a darse siete años después, también desde la plaza de Occidente queretana, y ahora teniendo como protagonista, aquel julio de 1886, a la señora Alemán. Más mesurada en su trabajo, la aeronauta simplemente subió y bajo en línea recta, lo que no desilusionó a los muchísimos espectadores que salieron de sus casas para presenciar el acontecimiento.

Ya entrado el siglo XX, una soleada mañana de junio de 1902, Rafael Trejo, integrante de la compañía de circo de los Hermanos Esqueda, realizó una ascensión en globo desde el acostumbrado escenario de la plaza de toros, con la consabida multitudinaria asistencia, que veía en estas hazañas una diversión incomparable.

Algo curioso sucedió tres años antes, en marzo de 1889, cuando una ascensión fue suspendida por las autoridades. Se trataba de la atracción del Circo Alemán, que la había anunciado con la participación de una señorita cuyo nombre no fue consignado por la historia. Se dijo entonces, con los aumentos propios de las lenguas sociales de la época, que la pretendida aeronauta estaba siendo obligada a realizar el acto contra su voluntad, obligada por cuestiones de fuerza mayor. Con la intervención de la fuerza pública, se canceló, a última hora, el acto, y el espectáculo pasó a convertirse en chisme público.

Hoy, a más de un siglo de distancia, los globos aerostáticos siguen siendo un atractivo muy especial, lo mismo en la ciudad de León, donde se celebra todo un acontecimiento de la especialidad, que en las inmediaciones de Tequisquiapan, donde se puede rentar la experiencia de viajar en globo por los contorno. En nuestra ciudad, si de pronto apareciera uno de estos instrumentos para volar, seguramente causaría revuelo, aunque no tanto, desde luego, que el que causaba en aquellos tiempos de tranquilidad, donde la sorpresa y el asombro aún tenían cabida en el ánimo de los queretanos.

ACOTACIÓN AL MARGEN

Desde hace un año no hemos tenido más que malas noticias en cuanto a la salud. La pandemia, el famoso Covid 19, se ha llevado a muchísimas personas, algunas de las cuales conocíamos.

Por eso, por esa desgracia que nos abruma ya por demasiados meses, no deja de sorprender la actitud negacionista de algunos, que todavía sostienen conspiraciones alrededor del tema y hasta se pronuncian por la no aplicación de vacunas. Actitudes así resultan hasta una falta de respeto hacia los familiares y amigos de los que se han ido.

No, esto no es un montaje; es una tragedia mundial.

Allá cuando el siglo XIX vivía sus últimas etapas, y aun cuando el XX llegó con toda su fuerza, los queretanos tuvieron entre sus atracciones de mayor expectación, pese a que no se celebraban con demasiada frecuencia, o quizá precisamente por eso, la de la ascensión de globos aerostáticos.

Ya don José Rodríguez Familiar, en sus “Efemérides Queretanas”, narra brevemente la hazaña de surcar los aires queretanos por don Tranquilino Alemán, el director de la compañía de acróbatas que, en aquel lejano mayo de 1878, visitaba nuestra ciudad. Don Tranquilino subió a su globo, como casi todas las experiencias similares por estos lares, desde la Plaza de Toros de Occidente.

Un año más tarde, el señor Padrón repitió la experiencia para los absortos espectadores queretanos, que desde tierra, y también en la misma plaza de Occidente, miraron como el aeronauta realizó infinidad de evoluciones en los cielos queretanos, a pesar de los fuertes vientos y de que su globo parecía maltratado en exceso por el paso del tiempo y el constante uso.

Otra experiencia con este singular entretenimiento volvió a darse siete años después, también desde la plaza de Occidente queretana, y ahora teniendo como protagonista, aquel julio de 1886, a la señora Alemán. Más mesurada en su trabajo, la aeronauta simplemente subió y bajo en línea recta, lo que no desilusionó a los muchísimos espectadores que salieron de sus casas para presenciar el acontecimiento.

Ya entrado el siglo XX, una soleada mañana de junio de 1902, Rafael Trejo, integrante de la compañía de circo de los Hermanos Esqueda, realizó una ascensión en globo desde el acostumbrado escenario de la plaza de toros, con la consabida multitudinaria asistencia, que veía en estas hazañas una diversión incomparable.

Algo curioso sucedió tres años antes, en marzo de 1889, cuando una ascensión fue suspendida por las autoridades. Se trataba de la atracción del Circo Alemán, que la había anunciado con la participación de una señorita cuyo nombre no fue consignado por la historia. Se dijo entonces, con los aumentos propios de las lenguas sociales de la época, que la pretendida aeronauta estaba siendo obligada a realizar el acto contra su voluntad, obligada por cuestiones de fuerza mayor. Con la intervención de la fuerza pública, se canceló, a última hora, el acto, y el espectáculo pasó a convertirse en chisme público.

Hoy, a más de un siglo de distancia, los globos aerostáticos siguen siendo un atractivo muy especial, lo mismo en la ciudad de León, donde se celebra todo un acontecimiento de la especialidad, que en las inmediaciones de Tequisquiapan, donde se puede rentar la experiencia de viajar en globo por los contorno. En nuestra ciudad, si de pronto apareciera uno de estos instrumentos para volar, seguramente causaría revuelo, aunque no tanto, desde luego, que el que causaba en aquellos tiempos de tranquilidad, donde la sorpresa y el asombro aún tenían cabida en el ánimo de los queretanos.

ACOTACIÓN AL MARGEN

Desde hace un año no hemos tenido más que malas noticias en cuanto a la salud. La pandemia, el famoso Covid 19, se ha llevado a muchísimas personas, algunas de las cuales conocíamos.

Por eso, por esa desgracia que nos abruma ya por demasiados meses, no deja de sorprender la actitud negacionista de algunos, que todavía sostienen conspiraciones alrededor del tema y hasta se pronuncian por la no aplicación de vacunas. Actitudes así resultan hasta una falta de respeto hacia los familiares y amigos de los que se han ido.

No, esto no es un montaje; es una tragedia mundial.