/ domingo 25 de febrero de 2018

Cabañuelas - Kamut, el trigo de los faraones

por Heidy Wagner Laclette

 

El kamut (Triticum turanicum) es una de las variedades de trigo más antiguas que se conocen. Destaca por encima del trigo común por su mayor concentración de proteínas, lípidos, fibra, minerales y vitaminas. A diferencia de lo que comúnmente imaginamos, el kamut no es un cereal moderno, sino una variedad ancestral que está viviendo su boom hoy en día.

Esta variedad constituye, junto con la escanda o la espelta, uno de los tipos de trigo más antiguos que se conocen, y cada vez cuenta con una mayor aceptación por parte de los consumidores gracias a su riqueza en nutrientes y propiedades sumamente saludables.

Desde hace un par de años ha crecido el número de productos elaborados con harina de kamut, ya que es posible sustituir en cualquier receta la harina de trigo refinada. En la actualidad no solo se comercializa pan de kamut en tiendas de  productos gourmet, naturistas o veganos, sino que también se pueden encontrar galletas, botanas, comida preparada y repostería tradicional hecha con la harina de este cereal milenario.

El grano de trigo kamut tiene mayor tamaño que el del trigo común y posee un sabor dulce y agradable similar a la mantequilla. Desde la perspectiva nutricional y comparada con el trigo tradicional también presenta una concentración superior de proteínas, lípidos, fibra, minerales y vitaminas. Aunque resulte un cereal fácilmente digerible,  es importante considerar que el kamut contiene gluten y no es apto para celíacos.

Este trigo del que se tiene registro en la época de los faraones o de Tutankamón es rico en hidratos de carbono complejos, proteínas y grasas poliinsaturadas, mayormente omega 6. Respecto a otras variedades de trigo, el kamut proporciona un mayor aporte de minerales y oligolementos como el hierro, calcio, magnesio, potasio, fósforo, selenio y zinc. Este nutritivo grano también posee un porcentaje más elevado de vitamina E (de acción antioxidante) y vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3 o niacina).

 

*Sígueme en redes sociales

(F) Heidy Wagner Laclette

(T) @heidyDiario

por Heidy Wagner Laclette

 

El kamut (Triticum turanicum) es una de las variedades de trigo más antiguas que se conocen. Destaca por encima del trigo común por su mayor concentración de proteínas, lípidos, fibra, minerales y vitaminas. A diferencia de lo que comúnmente imaginamos, el kamut no es un cereal moderno, sino una variedad ancestral que está viviendo su boom hoy en día.

Esta variedad constituye, junto con la escanda o la espelta, uno de los tipos de trigo más antiguos que se conocen, y cada vez cuenta con una mayor aceptación por parte de los consumidores gracias a su riqueza en nutrientes y propiedades sumamente saludables.

Desde hace un par de años ha crecido el número de productos elaborados con harina de kamut, ya que es posible sustituir en cualquier receta la harina de trigo refinada. En la actualidad no solo se comercializa pan de kamut en tiendas de  productos gourmet, naturistas o veganos, sino que también se pueden encontrar galletas, botanas, comida preparada y repostería tradicional hecha con la harina de este cereal milenario.

El grano de trigo kamut tiene mayor tamaño que el del trigo común y posee un sabor dulce y agradable similar a la mantequilla. Desde la perspectiva nutricional y comparada con el trigo tradicional también presenta una concentración superior de proteínas, lípidos, fibra, minerales y vitaminas. Aunque resulte un cereal fácilmente digerible,  es importante considerar que el kamut contiene gluten y no es apto para celíacos.

Este trigo del que se tiene registro en la época de los faraones o de Tutankamón es rico en hidratos de carbono complejos, proteínas y grasas poliinsaturadas, mayormente omega 6. Respecto a otras variedades de trigo, el kamut proporciona un mayor aporte de minerales y oligolementos como el hierro, calcio, magnesio, potasio, fósforo, selenio y zinc. Este nutritivo grano también posee un porcentaje más elevado de vitamina E (de acción antioxidante) y vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3 o niacina).

 

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