Este 4 de julio es el Día Mundial de la Vida Silvestre, ocasión para celebrar la belleza y variedad de la flora y la fauna, y crear conciencia acerca de los beneficios que la conservación tiene para la humanidad.
Los animales y las plantas además de su valor intrínseco, contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del bienestar humano y desarrollo sostenible.
De acuerdo con el INEGI, en la flora queretana predominan los matorrales en el centro del estado; bosques de coníferas y encinos en zonas altas del norte y selvas secas en las partes bajas del centro y norte de la entidad, y pastizales en áreas cercanas a los bosques y selvas.
Con relación a la fauna en zonas de matorral generalmente habitan la rata y ratón de campo, ardilla, murciélago, zorrillo, coyote, huilota y lagartija escamosa. En los bosques de coníferas y encinos pájaro carpintero, cotorra serrana, ardilla voladora, musaraña, venado cola blanca, zorra gris, cacomixtle, tlacuache, lince, comadreja, tuza, mapache y xenosaurio una especie de lagarto considerado en peligro de extinción y el armadillo.
En la Sierra Gorda habita el venado cola blanca, mapache, halcón, comadreja, martucha y garza. En la sierra de Amealco, la ardilla, tuza, huilota y pájaro carpintero, y en los llanos y valles, se puede encontrar zorrillos, tlacuaches, tuzas, ratas de campo, palomas y gorriones.
La importancia de la biodiversidad se puede sintetizar en dos temas importantes: Por un lado, es el fruto del trabajo de millones de años de la naturaleza, por lo que su valor es incalculable e irremplazable. Por otro, es garantía para el funcionamiento correcto del sistema que forman los seres vivos, junto con el medio en el que viven y al que contribuyen para su supervivencia.
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Heidy Wagner Laclette