/ miércoles 30 de septiembre de 2020

Contraluz | Morelos

Pandemias, radicalismo, polarizaciones, populismo, manifestaciones y revueltas, parecen ser hoy signos de nuestro tiempo en el que podría decirse que escasean, en el discurso y en la realidad, términos como patria, unidad, comunidad, acuerdos, diálogo, educación, ética, respeto, desarrollo y bienestar.

Por ello no está de más recordar a uno de nuestros auténticos héroes, José María Morelos y Pavón, la personalidad más fuerte de nuestra revolución de Independencia, quien intuyó la necesidad de concretar un nuevo Estado, tanto mediante su campaña militar como a través de su convocatoria al Congreso Constituyente de Apatzingán y de su programa y exhorto contenido en los “Sentimientos de la Nación”.

Hace precisamente 255 años que José María Morelos y Pavón nació en la Intendencia de Valladolid –hoy Morelia-. Se sabe que sus conocimientos básicos le fueron impartidos por su madre y que tuvo que trabajar en labores del campo y como arriero con su padre; que tener que ganarse la vida fue una constante que lo acompañó durante la adolescencia y juventud, y más después de morir su padre, cuando tuvo que mantener a su madre y a su hermana.

Morelos fue sacerdote, pero llegó al seminario a recibir una educación formal por primera vez en su vida a los 25 años; recibió la orden sacerdotal a los 32 años.

Había conocido a Miguel Hidalgo cuando éste era rector del Colegio de San Nicolás en dónde Morelos estudió y fue a buscarlo para ponerse a sus órdenes al saber del inicio de la revolución insurgente.

Hidalgo le encomendó la organización de un ejército en el sur y tomar el puerto de Acapulco. Tan sólo un mes después, el 13 de noviembre de 1810, Morelos y sus tropas entraron en combate. El 30 de abril de 1911, luego de varias batallas venció al ejército realista en el Cerro de El Veladero, con apoyo de los hermanos Bravo y Vicente Guerreo.

Morelos fue un gran estratega militar que entendía la importancia de las victorias en batalla, la disciplina de un ejército y a la vez, la necesidad de tener un ideario y principios sólidos de organización ciudadana.

Así, aunque la lucha por la independencia recién comenzaba, Morelos organizó el primer Congreso para armar una idea del futuro gobierno independiente.

Sabiendo que la independencia se trataba de iniciar un nuevo país, cuatro días después de la victoria de El Veladero, Morelos emitió un bando en el que suprimía la esclavitud, las castas y las cajas de comunidad.

José María Morelos organizó cuatro campañas militares en cinco años de lucha rebelde; en seis meses ganó para el movimiento las plazas de Chilpancingo, Tuxtla, Taxco y Tehuacán; los siguientes dos años, junto a Hermenegildo Galeana y Mariano Matamoros reorganizó el movimiento insurgente llegando a controlar el territorio desde Guatemala hasta Colima, así como el sur de Veracruz, Puebla, México y Michoacán.

El 31 de agosto de 1913, tras retomar Acapulco, Morelos va a Chilpancingo donde el 14 de septiembre inaugura el Congreso, con la elección de diputados y la lectura de Los Sentimientos de la Nación, documento en que declaraba los principios del nuevo país. Un año más tarde el Congreso, ya sin Morelos en el poder ejecutivo, publicó el 22 de octubre de 1814 su decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana.

Hacia fines de 1815 el movimiento independentista perdió fuerza al ser nombrado virrey Félix María Calleja, experto en estrategias de combate y enemigo inmisericorde de los insurgentes.

La Constitución de Apatzingán de 1814 se componía de 2 títulos y 242 artículos, se basó principalmente en la Constitución de Cádiz pero de manera un tanto modificada, pues en oposición a la Constitución Española, preveía la instauración de un régimen Republicano de Gobierno.

Entre sus artículos más relevantes, acordes a su tiempo, circunstancias y anhelos populares destacan:

1. La religión católica es la única que se debe profesar en el Estado. 2. La facultad de dictar leyes y establecer la forma de gobierno que más convenga a los intereses de la sociedad, constituye la soberanía. 3. Por consiguiente, la soberanía reside originariamente en el pueblo, y su ejercicio en la representación nacional compuesta de diputados elegidos por los ciudadanos bajo la forma que prescriba la Constitución.

4. Estos tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, no deben ejercerse ni por una sola persona, ni por una sola corporación.

5. Se reputan ciudadanos de esta América todos los nacidos en ella.

6. La ley debe ser igual para todos.

7. Todo ciudadano se reputa inocente, mientras no se declare culpado.

8. Provincias de la América Mexicana: México, Puebla, Tlaxcala,

Veracruz, Yucatán, Oaxaca, Tecpan, Michoacán, Querétaro, Guadalajara, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Sonora, Coahuila y el Nuevo Reino de León.

El Gobierno Supremo, (Poder Ejecutivo), se componía de tres personas que tenían igualdad de autoridad y responsabilidades. Su autoridad más directa, además de la naturaleza ejecutiva y administrativa, era garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos: la libertad, la propiedad, la igualdad y la seguridad.

Casi un año después de su promulgación, su inspirador, José María Morelos y Pavón fue capturado en Texmalaca y trasladado a la Ciudad de México. Fue fusilado el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec.

Pero la gran semilla había sido sembrada; la crisálida se formaba y enriquecía en alas de inminente libertad.

Vale anotar que firmaron el decreto en Apatzingán los diputados insurgentes José María Liceaga, por Guanajuato; José Sixto Verduzco, por Michoacán; José María Morelos, por Nuevo León; José

Manuel Herrera, por Tecpan; José María Cos, por Zacatecas; José

Sotero Castañeda por Durango; Cornelio Ortiz de Zárate, por Tlaxcala;

Manuel de Aldrete y Soria, por Querétaro –nacido en Tlalpujahua,

Michoacán, vivió en nuestra ciudad y estudió en el Colegio de San

Francisco Javier-; Antonio José Moctezuma, por Coahuila; José María Ponce de León, por Sonora; y Francisco Argandar, por San Luis Potosí.

El propósito: “que sirva a México como Constitución para consolidar la independencia definitiva de España y organizar adecuadamente al país”.




José María Morelos y Pavón, Siervo de la Nación.




Rúbrica de Morelos el 14 de septiembre de 1813.




José María Morelos y Pavón tuvo una sólida visión de Estado aparte de ser estratega militar por excelencia.

Pandemias, radicalismo, polarizaciones, populismo, manifestaciones y revueltas, parecen ser hoy signos de nuestro tiempo en el que podría decirse que escasean, en el discurso y en la realidad, términos como patria, unidad, comunidad, acuerdos, diálogo, educación, ética, respeto, desarrollo y bienestar.

Por ello no está de más recordar a uno de nuestros auténticos héroes, José María Morelos y Pavón, la personalidad más fuerte de nuestra revolución de Independencia, quien intuyó la necesidad de concretar un nuevo Estado, tanto mediante su campaña militar como a través de su convocatoria al Congreso Constituyente de Apatzingán y de su programa y exhorto contenido en los “Sentimientos de la Nación”.

Hace precisamente 255 años que José María Morelos y Pavón nació en la Intendencia de Valladolid –hoy Morelia-. Se sabe que sus conocimientos básicos le fueron impartidos por su madre y que tuvo que trabajar en labores del campo y como arriero con su padre; que tener que ganarse la vida fue una constante que lo acompañó durante la adolescencia y juventud, y más después de morir su padre, cuando tuvo que mantener a su madre y a su hermana.

Morelos fue sacerdote, pero llegó al seminario a recibir una educación formal por primera vez en su vida a los 25 años; recibió la orden sacerdotal a los 32 años.

Había conocido a Miguel Hidalgo cuando éste era rector del Colegio de San Nicolás en dónde Morelos estudió y fue a buscarlo para ponerse a sus órdenes al saber del inicio de la revolución insurgente.

Hidalgo le encomendó la organización de un ejército en el sur y tomar el puerto de Acapulco. Tan sólo un mes después, el 13 de noviembre de 1810, Morelos y sus tropas entraron en combate. El 30 de abril de 1911, luego de varias batallas venció al ejército realista en el Cerro de El Veladero, con apoyo de los hermanos Bravo y Vicente Guerreo.

Morelos fue un gran estratega militar que entendía la importancia de las victorias en batalla, la disciplina de un ejército y a la vez, la necesidad de tener un ideario y principios sólidos de organización ciudadana.

Así, aunque la lucha por la independencia recién comenzaba, Morelos organizó el primer Congreso para armar una idea del futuro gobierno independiente.

Sabiendo que la independencia se trataba de iniciar un nuevo país, cuatro días después de la victoria de El Veladero, Morelos emitió un bando en el que suprimía la esclavitud, las castas y las cajas de comunidad.

José María Morelos organizó cuatro campañas militares en cinco años de lucha rebelde; en seis meses ganó para el movimiento las plazas de Chilpancingo, Tuxtla, Taxco y Tehuacán; los siguientes dos años, junto a Hermenegildo Galeana y Mariano Matamoros reorganizó el movimiento insurgente llegando a controlar el territorio desde Guatemala hasta Colima, así como el sur de Veracruz, Puebla, México y Michoacán.

El 31 de agosto de 1913, tras retomar Acapulco, Morelos va a Chilpancingo donde el 14 de septiembre inaugura el Congreso, con la elección de diputados y la lectura de Los Sentimientos de la Nación, documento en que declaraba los principios del nuevo país. Un año más tarde el Congreso, ya sin Morelos en el poder ejecutivo, publicó el 22 de octubre de 1814 su decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana.

Hacia fines de 1815 el movimiento independentista perdió fuerza al ser nombrado virrey Félix María Calleja, experto en estrategias de combate y enemigo inmisericorde de los insurgentes.

La Constitución de Apatzingán de 1814 se componía de 2 títulos y 242 artículos, se basó principalmente en la Constitución de Cádiz pero de manera un tanto modificada, pues en oposición a la Constitución Española, preveía la instauración de un régimen Republicano de Gobierno.

Entre sus artículos más relevantes, acordes a su tiempo, circunstancias y anhelos populares destacan:

1. La religión católica es la única que se debe profesar en el Estado. 2. La facultad de dictar leyes y establecer la forma de gobierno que más convenga a los intereses de la sociedad, constituye la soberanía. 3. Por consiguiente, la soberanía reside originariamente en el pueblo, y su ejercicio en la representación nacional compuesta de diputados elegidos por los ciudadanos bajo la forma que prescriba la Constitución.

4. Estos tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, no deben ejercerse ni por una sola persona, ni por una sola corporación.

5. Se reputan ciudadanos de esta América todos los nacidos en ella.

6. La ley debe ser igual para todos.

7. Todo ciudadano se reputa inocente, mientras no se declare culpado.

8. Provincias de la América Mexicana: México, Puebla, Tlaxcala,

Veracruz, Yucatán, Oaxaca, Tecpan, Michoacán, Querétaro, Guadalajara, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Sonora, Coahuila y el Nuevo Reino de León.

El Gobierno Supremo, (Poder Ejecutivo), se componía de tres personas que tenían igualdad de autoridad y responsabilidades. Su autoridad más directa, además de la naturaleza ejecutiva y administrativa, era garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos: la libertad, la propiedad, la igualdad y la seguridad.

Casi un año después de su promulgación, su inspirador, José María Morelos y Pavón fue capturado en Texmalaca y trasladado a la Ciudad de México. Fue fusilado el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec.

Pero la gran semilla había sido sembrada; la crisálida se formaba y enriquecía en alas de inminente libertad.

Vale anotar que firmaron el decreto en Apatzingán los diputados insurgentes José María Liceaga, por Guanajuato; José Sixto Verduzco, por Michoacán; José María Morelos, por Nuevo León; José

Manuel Herrera, por Tecpan; José María Cos, por Zacatecas; José

Sotero Castañeda por Durango; Cornelio Ortiz de Zárate, por Tlaxcala;

Manuel de Aldrete y Soria, por Querétaro –nacido en Tlalpujahua,

Michoacán, vivió en nuestra ciudad y estudió en el Colegio de San

Francisco Javier-; Antonio José Moctezuma, por Coahuila; José María Ponce de León, por Sonora; y Francisco Argandar, por San Luis Potosí.

El propósito: “que sirva a México como Constitución para consolidar la independencia definitiva de España y organizar adecuadamente al país”.




José María Morelos y Pavón, Siervo de la Nación.




Rúbrica de Morelos el 14 de septiembre de 1813.




José María Morelos y Pavón tuvo una sólida visión de Estado aparte de ser estratega militar por excelencia.