SOBREVALORADOS. Quienes se dicen artífices de la paz laboral y sindicalistas “del sexenio”, no han podido -por ejemplo- ayudar a reactivar el desfile del Día del Trabajo para reivindicar al gobernador tras las agresiones e insultos que le lanzaron en 2016. Van 2 años, casi 3, y la Alianza Sindical no ha mostrado músculo, pese a que ha tenido tooodo el apoyo requerido. Aunque sus líderes vendan su “gran control” y se la pasen de evento en evento, lo más que han ofrecido es “catafixiar” dos veces la marcha por un desayuno.
RECORTE. Así de sobrevalorados los ven en el Gobierno estatal y les han comenzado a cortar el apoyo para equilibrar el diálogo con la nueva central CATEM, ligada a Morena pero dirigida por los expriistas Jesús Llamas y Antono Castelán. Por eso las presiones crecientes.
COQUETOS. La guerra está declarada entre la Alianza y la CATEM por la titularidad de los contratos colectivos. Pero mientras los grillos de la CTM alegan, la nueva central usa al telemarketing y contacta a empresarios que ya están hartos de los cetemistas y croquistas para convencerlos de su representación. ¿Y qué creen…? Que los patrones ven con buenos ojos el coqueteo.