HUECOS. Afuera todo era casi como en otros años, con excepción de que el eterno rabioso Gerardo Fernandez Noroña, esta vez sin queja ni “rateros” a quien apabullar, brilló por su ausencia. Dentro del Teatro de la República, cientos de encorbatados no bastaron para medio llenar el histórico recinto pues resulta que cada vez menos gente pelea por entrar a estos eventos, en parte por el personaje tan parcial y en parte por el operativo, IN-SU-FRI-BLE. Y eso que ya “desapareció” el Estado Mayor Presidencial, ¡ajá!. Bueno, el caso es que por segunda vez AMLO, igual que Peña Nieto en su último año, no llenó y los de Presidencia le batallaron para esconder ese detalle en la trasmisión de televisión.
MAÑANERA. Pocas veces los 32 mandatarios estatales cumplen, todos, con esta cita. Ayer fue uno de esos días y la República completita estuvo concentrada en la enquina de Juárez y Ángela Peralta. El momento estaba como para hacer historia, pero no el ánimo del presidente, quien como si estuviera en sus “mañaneras” llegó sin discurso escrito ni ensayado. A veces sonrisa burlona, a veces formal, repasó sus temas clásicos: liberales, conservadores, la corrupción que ya no existe, la transfomación que está en marcha, los excesos, la austeridad, los pobres, etcétera, etcétera… Nomás faltó que aquí también nos diera el avión con su rifa presidencial y así el evento se fue entre el chacoteo y el aburrimiento de la República en pleno. ¿Qué hubiera hecho Benito Juárez?
¿NO QUE NO?. Anduvo en Querétaro, oootraaa vez, el “zar antilavado” federal Santiago Nieto Castillo. Cada vez son más frecuentes las visitas del sanjuanense, mano derecha (y ejecutora) del presidente de la República, y más evidente el aislamiento, increíble ya en su segundo año de funciones, del otrora “súper” y hoy “mini” delegado Gilberto Herrera Ruiz. Como que no es cierto eso de que Nieto no quiere ser candidato a gobernador.