MANIOBRA. El Gobierno estatal no promulgó la reforma que puso en vigor los matrimonios igualitarios y así respondió a la base más conservadora del panismo. No fue descuido ni cerrazón: dejó esa tarea al Congreso local para que la secretaría de Gobierno, Guadalupe Murguía, no cargue culpas ni rebotes políticos cuando dialogue con la Iglesia sobre cualquier otro tema.
ORDEN. Beatriz Marmolejo, presidenta de la 60 Legislatura, por supuesto que no tuvo un arrebato de izquierdismo al publicar la ley: hizo el “trabajo sucio” que le ordenaron e involuntariamente quedó bien ante los grupos pro diversidad sexual. Y todos ganan.
ALERTA. Hace meses que Diario de Querétaro advirtió sobre el robo masivo de tapas de alcantarilla en la capital para venderlas a los chatarreros, pero hasta que alguien se “medio mató” por esa causa comienzan, tibios, los operativos.