/ lunes 25 de abril de 2022

Cultura Tributaria | La Complejidad de los impuestos

La percepción de lo complejo en el cumplimiento tributario en México, es uno de los temas recurrentes, lo es sin duda debido a que los ciudadanos perciben una gran carga, pero además el hecho de que resulta difícil cumplir con las obligaciones, la sobrerregulación en la búsqueda de incrementar la recaudación ha llevado a establecer los controles de manera tan amplia que es mucho más probable caer en el incumplimiento.

Cumplir con todas las obligaciones fiscales, tanto sustantivas como formales no es tarea fácil para los contribuyentes, donde además de lo complicado que resulta la aplicación de la ley en cuanto a la determinación de los impuestos, se suma el gran número de obligaciones formales que existen, entre estas el gran número de requerimientos que se exigen para que un gasto o erogación pueda comprobarse y surtir plenos efectos en la deducción para el impuesto sobre la renta o el acreditamiento del impuesto al valor agregado, así esos factores se convierten en determinantes en el incumplimiento.

Por hoy, México se caracteriza por esa complejidad ubicándose en uno de los 15 países donde el cumplimiento tributario resulta realmente complicado, ello provocado por el alto índice de evasión fiscal, la necesidad de recaudación y la falta de cultura tributaria.

Nuestro sistema tributario, por hoy es un tema con gran carga administrativa y burocrático que ha asumido el uso de las tecnologías como instrumento fundamental en la fiscalización y recaudación, a partir de las recomendaciones que la OCDE en ese ataque a la evasión fiscal nos hemos acostumbrado a la vida digital con la implementación de los comprobantes fiscales digitales con un gran número de requerimientos en su información, la contabilidad electrónica, el uso del buzón tributario y sobre todo la fiscalización electrónica.

Esas herramientas digitales han sido un instrumento útil en el incremento de la recaudación y sobre todo en la disminución de los costos en esa tarea, con ello, la autoridad fiscal cuenta en todo momento en la nube, con la información general de las operaciones del contribuyente, desde los comprobantes expedidos, fecha, monto, impuestos trasladados, forma de pago, mercancía vendida o servicios prestados, datos de las cuentas bancarias, sirviendo todo ello para realizar una fiscalización silenciosa y determinar la razonabilidad de lo informado y pagado en las declaraciones.

Ante esa situación históricamente se ha prometido una simplificación administrativa para el mejor cumplimiento, sin embargo no se ha dado de manera efectiva, pero por otro lado se ha incrementado la fiscalización y todos esos instrumentos digitales, dentro de una reforma inteligente, que ha permitido que las autoridades fiscalizadoras cumplan su objetivo de una manera más cómoda.

En todos esos intentos por recaudar cada vez más, ha existido una diversidad de impuestos que en su diseño han sido poco eficientes y exagerado, no muy lejos se recordara el impuesto sobre bienes y servicios suntuarios en el 2002, luego el Impuesto Empresarial a Tasa Única, Impuesto a los Depósitos en Efectivo, impuestos que dejaron de estar vigentes por sus debilidades jurídicas y financieras, lo que nos lleva a observar que no se trata de crear cada vez más impuestos sino de hacer que se haga mucho más eficiente, adicionalmente crear condiciones reales de confianza donde el contribuyente cumpla de manera voluntaria y oportuna con sus obligaciones tributarias.

En el año de 2010, se incrementó el impuesto sobre la renta del 28 al 30 por ciento, en el año de 2014 se estableció una tasa máxima para persona físicas al 35% además de la serie de requisitos adicionales que hemos comentado en el aspecto digital, además de un incremento especial en los requisitos de las deducciones y en el acreditamiento del Impuesto al Valor Agregado.

Por hoy las expectativas se centran en una disminución de la tasa del impuesto sobre la renta para ser más competitivos además de establecer una tasa general del Impuesto al Valor Agregado, con mínimas exenciones, ampliar la seguridad jurídica del contribuyente para que no se vea afectado por las arbitrariedades de los funcionarios en el cumplimiento de la ley y una motivación real al contribuyente.

Es posible, disminuir las cargas tributarias si se toman en cuenta una eficiencia en el gasto, así como un ataque frontal a la corrupción y recuperación efectiva de las cantidades por las que se haya afectado al presupuesto de manera ilícita por los funcionarios, por tanto deben promoverse reformas de carácter fiscal a partir de la realización de estudios profundos y conscientes que no afecten más a los contribuyentes, estudios que realicen verdaderos expertos en los temas.

Comentarios: Facebook: Sergio.ledezma.58

Sergio@ledezma-ledezma.com

*Contador Público Certificado, Licenciado en Derecho

*Expresidente del Colegio de Contadores Públicos de Querétaro

*Expresidente de la Federación de Colegios y Asociaciones de Profesionistas del Estado de Querétaro, (FECAPEQ)

La percepción de lo complejo en el cumplimiento tributario en México, es uno de los temas recurrentes, lo es sin duda debido a que los ciudadanos perciben una gran carga, pero además el hecho de que resulta difícil cumplir con las obligaciones, la sobrerregulación en la búsqueda de incrementar la recaudación ha llevado a establecer los controles de manera tan amplia que es mucho más probable caer en el incumplimiento.

Cumplir con todas las obligaciones fiscales, tanto sustantivas como formales no es tarea fácil para los contribuyentes, donde además de lo complicado que resulta la aplicación de la ley en cuanto a la determinación de los impuestos, se suma el gran número de obligaciones formales que existen, entre estas el gran número de requerimientos que se exigen para que un gasto o erogación pueda comprobarse y surtir plenos efectos en la deducción para el impuesto sobre la renta o el acreditamiento del impuesto al valor agregado, así esos factores se convierten en determinantes en el incumplimiento.

Por hoy, México se caracteriza por esa complejidad ubicándose en uno de los 15 países donde el cumplimiento tributario resulta realmente complicado, ello provocado por el alto índice de evasión fiscal, la necesidad de recaudación y la falta de cultura tributaria.

Nuestro sistema tributario, por hoy es un tema con gran carga administrativa y burocrático que ha asumido el uso de las tecnologías como instrumento fundamental en la fiscalización y recaudación, a partir de las recomendaciones que la OCDE en ese ataque a la evasión fiscal nos hemos acostumbrado a la vida digital con la implementación de los comprobantes fiscales digitales con un gran número de requerimientos en su información, la contabilidad electrónica, el uso del buzón tributario y sobre todo la fiscalización electrónica.

Esas herramientas digitales han sido un instrumento útil en el incremento de la recaudación y sobre todo en la disminución de los costos en esa tarea, con ello, la autoridad fiscal cuenta en todo momento en la nube, con la información general de las operaciones del contribuyente, desde los comprobantes expedidos, fecha, monto, impuestos trasladados, forma de pago, mercancía vendida o servicios prestados, datos de las cuentas bancarias, sirviendo todo ello para realizar una fiscalización silenciosa y determinar la razonabilidad de lo informado y pagado en las declaraciones.

Ante esa situación históricamente se ha prometido una simplificación administrativa para el mejor cumplimiento, sin embargo no se ha dado de manera efectiva, pero por otro lado se ha incrementado la fiscalización y todos esos instrumentos digitales, dentro de una reforma inteligente, que ha permitido que las autoridades fiscalizadoras cumplan su objetivo de una manera más cómoda.

En todos esos intentos por recaudar cada vez más, ha existido una diversidad de impuestos que en su diseño han sido poco eficientes y exagerado, no muy lejos se recordara el impuesto sobre bienes y servicios suntuarios en el 2002, luego el Impuesto Empresarial a Tasa Única, Impuesto a los Depósitos en Efectivo, impuestos que dejaron de estar vigentes por sus debilidades jurídicas y financieras, lo que nos lleva a observar que no se trata de crear cada vez más impuestos sino de hacer que se haga mucho más eficiente, adicionalmente crear condiciones reales de confianza donde el contribuyente cumpla de manera voluntaria y oportuna con sus obligaciones tributarias.

En el año de 2010, se incrementó el impuesto sobre la renta del 28 al 30 por ciento, en el año de 2014 se estableció una tasa máxima para persona físicas al 35% además de la serie de requisitos adicionales que hemos comentado en el aspecto digital, además de un incremento especial en los requisitos de las deducciones y en el acreditamiento del Impuesto al Valor Agregado.

Por hoy las expectativas se centran en una disminución de la tasa del impuesto sobre la renta para ser más competitivos además de establecer una tasa general del Impuesto al Valor Agregado, con mínimas exenciones, ampliar la seguridad jurídica del contribuyente para que no se vea afectado por las arbitrariedades de los funcionarios en el cumplimiento de la ley y una motivación real al contribuyente.

Es posible, disminuir las cargas tributarias si se toman en cuenta una eficiencia en el gasto, así como un ataque frontal a la corrupción y recuperación efectiva de las cantidades por las que se haya afectado al presupuesto de manera ilícita por los funcionarios, por tanto deben promoverse reformas de carácter fiscal a partir de la realización de estudios profundos y conscientes que no afecten más a los contribuyentes, estudios que realicen verdaderos expertos en los temas.

Comentarios: Facebook: Sergio.ledezma.58

Sergio@ledezma-ledezma.com

*Contador Público Certificado, Licenciado en Derecho

*Expresidente del Colegio de Contadores Públicos de Querétaro

*Expresidente de la Federación de Colegios y Asociaciones de Profesionistas del Estado de Querétaro, (FECAPEQ)