/ lunes 14 de junio de 2021

Cultura tributaria | Rendición de cuentas y fiscalización, elementos fundamentales en la administración pública. (primera parte)

El propósito de hoy, es conjugar de manera integral algunos comentarios relevantes de ciertas áreas de estudio que participan en la Administración Pública, pero enfocados particularmente a aspectos esenciales del bien administrar, en ello sin duda cuentan de manera importante la rendición de cuentas y la fiscalización, donde la primera implica una responsabilidad fundamental de quien administra, considerando que en todo tiempo debemos informar de las acciones y del manejo de los recursos y bienes que no son propios y que nos han sido encargados; la fiscalización consiste precisamente en la posibilidad de asegurarse que las acciones se hayan realizado de manera correcta y oportuna de acuerdo a lo encargado, a las instrucciones dadas y desde luego que los bienes se hayan aplicado conforme a lo permitido.

Aspectos como el control y la fiscalización del gasto público, política presupuestaria, evaluación del gasto público y como tal el manejo de los recursos públicos son imprescindibles, tanto que requieren el estudio constante de ello, por cuestión de espacio en este documento me referiré de manera sucinta a algunos aspectos relevantes.

La administración Pública en su conjunto, representa la actividad del Estado en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de la población, varia su aplicación en razón del objetivo que bien puede ser en el ámbito social, económico y organizacional; sin embargo no puede dejar de observarse que esa actividad trasciende mucho más allá, para la realización de las actividades deben identificarse las funciones que por sí tiene el Estado, en su forma de administración pública: administración del exterior, administración de la defensa, administración de la hacienda, administración de justicia, y administración interna. Todas las funciones son absolutamente importantes, pero para efectos del presente, debemos enfocarnos en la Administración de la Hacienda Pública, donde precisamente lo que debe tenerse en cuenta es que en ello se observa desde la obtención de los recursos hasta la aplicación de los mismos en los satisfactores de las necesidades de la población, en el entendido de que lo que se esta administrando son precisamente los recursos de todos y que el funcionario es simplemente el administrador, unos que los ciudadanos han aportado en concepto de contribuciones en cumplimiento del deber constitucional y otros adicionales por recursos diversos del Estado; en ese sentido es de observarse que existe un sujeto administrado y otro administrador, que deben de cumplir cada uno con sus deberes desde aspectos fundamentales como la ética, legalidad, transparencia, responsabilidad y fiscalización, entre otros.

La transparencia implica generar la oportunidad de que otros sepan lo que ocurre, como se gasta, como se actúa, sobre todo cuando se administran los recursos de otros, pero finalmente la transparencia no implica que solamente se pueda ver, sino que existan los elementos para sancionar a quien no cumpla de manera correcta con sus encargos y que con ello cause perjuicio a las personas y al erario.

El servicio público de ninguna manera puede ser la excepción de aplicación de esas reglas morales, ello porque el funcionario tiene el encargo especial de administrar los bienes, los servicios y desde luego buscar los satisfactores en todos los ámbitos.

Así entonces la moral del ciudadano como funcionario es un elemento fundamental en el cumplimiento, entendiendo como tal, a todo el conglomerado de creencias, aptitudes, opiniones versadas y costumbres en forma de leyes y normas que puede tener una persona. La personalidad de un sujeto debe tener como mínimo una conducta ética aceptable, para poder pertenecer a un grupo social, esta se consigue a través de los valores morales conseguidos mediante la correcta educación.



Comentarios: Sergio@ledezma-ledezma.com

Facebook: Sergio.ledezma.58


El propósito de hoy, es conjugar de manera integral algunos comentarios relevantes de ciertas áreas de estudio que participan en la Administración Pública, pero enfocados particularmente a aspectos esenciales del bien administrar, en ello sin duda cuentan de manera importante la rendición de cuentas y la fiscalización, donde la primera implica una responsabilidad fundamental de quien administra, considerando que en todo tiempo debemos informar de las acciones y del manejo de los recursos y bienes que no son propios y que nos han sido encargados; la fiscalización consiste precisamente en la posibilidad de asegurarse que las acciones se hayan realizado de manera correcta y oportuna de acuerdo a lo encargado, a las instrucciones dadas y desde luego que los bienes se hayan aplicado conforme a lo permitido.

Aspectos como el control y la fiscalización del gasto público, política presupuestaria, evaluación del gasto público y como tal el manejo de los recursos públicos son imprescindibles, tanto que requieren el estudio constante de ello, por cuestión de espacio en este documento me referiré de manera sucinta a algunos aspectos relevantes.

La administración Pública en su conjunto, representa la actividad del Estado en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de la población, varia su aplicación en razón del objetivo que bien puede ser en el ámbito social, económico y organizacional; sin embargo no puede dejar de observarse que esa actividad trasciende mucho más allá, para la realización de las actividades deben identificarse las funciones que por sí tiene el Estado, en su forma de administración pública: administración del exterior, administración de la defensa, administración de la hacienda, administración de justicia, y administración interna. Todas las funciones son absolutamente importantes, pero para efectos del presente, debemos enfocarnos en la Administración de la Hacienda Pública, donde precisamente lo que debe tenerse en cuenta es que en ello se observa desde la obtención de los recursos hasta la aplicación de los mismos en los satisfactores de las necesidades de la población, en el entendido de que lo que se esta administrando son precisamente los recursos de todos y que el funcionario es simplemente el administrador, unos que los ciudadanos han aportado en concepto de contribuciones en cumplimiento del deber constitucional y otros adicionales por recursos diversos del Estado; en ese sentido es de observarse que existe un sujeto administrado y otro administrador, que deben de cumplir cada uno con sus deberes desde aspectos fundamentales como la ética, legalidad, transparencia, responsabilidad y fiscalización, entre otros.

La transparencia implica generar la oportunidad de que otros sepan lo que ocurre, como se gasta, como se actúa, sobre todo cuando se administran los recursos de otros, pero finalmente la transparencia no implica que solamente se pueda ver, sino que existan los elementos para sancionar a quien no cumpla de manera correcta con sus encargos y que con ello cause perjuicio a las personas y al erario.

El servicio público de ninguna manera puede ser la excepción de aplicación de esas reglas morales, ello porque el funcionario tiene el encargo especial de administrar los bienes, los servicios y desde luego buscar los satisfactores en todos los ámbitos.

Así entonces la moral del ciudadano como funcionario es un elemento fundamental en el cumplimiento, entendiendo como tal, a todo el conglomerado de creencias, aptitudes, opiniones versadas y costumbres en forma de leyes y normas que puede tener una persona. La personalidad de un sujeto debe tener como mínimo una conducta ética aceptable, para poder pertenecer a un grupo social, esta se consigue a través de los valores morales conseguidos mediante la correcta educación.



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