/ lunes 19 de noviembre de 2018

Desde la Izquierda

No necesitamos otro Partido más


Si algo fue calificado por los ciudadanos que acudieron a votar este 2018 es el sistema de partidos que tenemos en México, son muchos, es excesivo el gasto que representan y la gran mayoría no sirven para nada porque no están identificados con las grandes causas sociales y su nivel de compromiso con los ciudadanos es muy mediocre. La partidocracia en nuestro País se entiende como un neologismo empleado para definir la burocracia de los partidos políticos, está constituida como una oligarquía donde son los grandes y únicos actores.

Ni Grecia ni Roma, que fueron sociedades muy politizadas, tuvieron un sistema de partidos; corresponde más bien a la democracia moderna un concepto más definido. México tuvo su propia ruta; una vez lograda la independencia de México aparecieron tres corrientes políticas: los iturbidistas, los borbónicos y los republicanos, que dieron pie a las primeras agrupaciones vinculadas a las logias masónicas; por un lado el rito escocés de tendencia liberal y del otro la del rito yorkino de tendencia conservadora, a la postre estos se convertirían en federalistas y centralistas respectivamente, y en la década de 1850 se constituyeron como Partido Liberal y Partido Conservador, los primeros de la historia de México.

Con el Triunfo de la República en 1867, prevaleció el liberalismo, que terminó escindido en tres fracciones; dos civilistas apoyando a Benito Juárez y a Lerdo de Tejada, y una militarista apoyando a Porfirio Díaz. Ya en la etapa prerrevolucionaria se organizaron los Clubes Liberales y de 1901 hasta 1909 hubo cinco partidos, en la etapa revolucionaria preconstitucional hubo ocho y promulgada la Constitución de 1917 se fundaron 10 que sobrevivieron hasta 1952.

El gran brinco a la era moderna se da en los años setenta, en la que sólo estaban autorizados tres partidos de oposición: el PPS, PARM, y el PAN, mismos que estuvieron interactuando hasta la constitución del PRD que aglutinó a todas las expresiones de izquierda a finales de los años 80. De ese momento a la fecha unos se han ido y otros han llegado; por ejemplo el PARM sobrevivió hasta el año 2000 con Muñoz Ledo; y también nacieron otros que han fungido como partidos satélites del gobierno en turno o de las grandes opciones políticas, como el Verde Ecologista, el PT, Nueva Alianza, Encuentro Social, Movimiento Ciudadano; y por último el nacimiento de Morena que hoy es Gobierno Federal. En la actualidad hay nueve en total.

Los Calderón no tienen calidad política, y mucho menos moral, para pretender crear y engrosar el carísimo sistema de partidos, y menos invocar argumentos que ellos nunca asumieron desde el poder, como el de “hacer lo posible por ayudar a nuestro México; el tener una reflexión de lo que el país necesita más allá de las banderas políticas y asumir que lo que el país necesita es libertad y democracia”, circunstancias que nunca atendieron con diligencia y patriotismo en su periodo, el cual está plagado de muertos, de corrupción y ahora hasta de acusaciones del narco por sobornos, dicho esto por el Chapo Guzmán.

Se podría concluir con una reflexión: la historia de los partidos ha pasado por muchas etapas, corrientes de expresión, personalidades con influencia e ideologías, que marcaron la historia democrática de nuestra Nación, pero para estos personajes solo caben dos calificativos: cinismo y hambre de poder, es lo que hoy reflejan las personalidades de Margarita y Felipe.

Ulises Gómez de la Rosa

Director General de ICATEQ y Consejero Estatal del PRD

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

No necesitamos otro Partido más


Si algo fue calificado por los ciudadanos que acudieron a votar este 2018 es el sistema de partidos que tenemos en México, son muchos, es excesivo el gasto que representan y la gran mayoría no sirven para nada porque no están identificados con las grandes causas sociales y su nivel de compromiso con los ciudadanos es muy mediocre. La partidocracia en nuestro País se entiende como un neologismo empleado para definir la burocracia de los partidos políticos, está constituida como una oligarquía donde son los grandes y únicos actores.

Ni Grecia ni Roma, que fueron sociedades muy politizadas, tuvieron un sistema de partidos; corresponde más bien a la democracia moderna un concepto más definido. México tuvo su propia ruta; una vez lograda la independencia de México aparecieron tres corrientes políticas: los iturbidistas, los borbónicos y los republicanos, que dieron pie a las primeras agrupaciones vinculadas a las logias masónicas; por un lado el rito escocés de tendencia liberal y del otro la del rito yorkino de tendencia conservadora, a la postre estos se convertirían en federalistas y centralistas respectivamente, y en la década de 1850 se constituyeron como Partido Liberal y Partido Conservador, los primeros de la historia de México.

Con el Triunfo de la República en 1867, prevaleció el liberalismo, que terminó escindido en tres fracciones; dos civilistas apoyando a Benito Juárez y a Lerdo de Tejada, y una militarista apoyando a Porfirio Díaz. Ya en la etapa prerrevolucionaria se organizaron los Clubes Liberales y de 1901 hasta 1909 hubo cinco partidos, en la etapa revolucionaria preconstitucional hubo ocho y promulgada la Constitución de 1917 se fundaron 10 que sobrevivieron hasta 1952.

El gran brinco a la era moderna se da en los años setenta, en la que sólo estaban autorizados tres partidos de oposición: el PPS, PARM, y el PAN, mismos que estuvieron interactuando hasta la constitución del PRD que aglutinó a todas las expresiones de izquierda a finales de los años 80. De ese momento a la fecha unos se han ido y otros han llegado; por ejemplo el PARM sobrevivió hasta el año 2000 con Muñoz Ledo; y también nacieron otros que han fungido como partidos satélites del gobierno en turno o de las grandes opciones políticas, como el Verde Ecologista, el PT, Nueva Alianza, Encuentro Social, Movimiento Ciudadano; y por último el nacimiento de Morena que hoy es Gobierno Federal. En la actualidad hay nueve en total.

Los Calderón no tienen calidad política, y mucho menos moral, para pretender crear y engrosar el carísimo sistema de partidos, y menos invocar argumentos que ellos nunca asumieron desde el poder, como el de “hacer lo posible por ayudar a nuestro México; el tener una reflexión de lo que el país necesita más allá de las banderas políticas y asumir que lo que el país necesita es libertad y democracia”, circunstancias que nunca atendieron con diligencia y patriotismo en su periodo, el cual está plagado de muertos, de corrupción y ahora hasta de acusaciones del narco por sobornos, dicho esto por el Chapo Guzmán.

Se podría concluir con una reflexión: la historia de los partidos ha pasado por muchas etapas, corrientes de expresión, personalidades con influencia e ideologías, que marcaron la historia democrática de nuestra Nación, pero para estos personajes solo caben dos calificativos: cinismo y hambre de poder, es lo que hoy reflejan las personalidades de Margarita y Felipe.

Ulises Gómez de la Rosa

Director General de ICATEQ y Consejero Estatal del PRD

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

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