/ lunes 14 de septiembre de 2020

Desde la Izquierda | Perdiendo la razón


Hay 500’as millones de razones para pensar que este gobierno ha perdido el total sentido de la realidad, de la razón y de la responsabilidad social, al destinar 500 millones de pesos, decomisados por la Fiscalía General, a la compra de boletos de la rifa del avión para dárselos a los hospitales que atienden el Covid-19.

Este engaño tiene diferentes puntos de vista, pero el más grave, es jugar con la esperanza de médicos, enfermeras y personal hospitalario que a su vez nos refleja una crueldad inusitada. México es el país que ocupa ya el quinto lugar a nivel mundial con más personal de salud fallecido a causa del nuevo coronavirus; las estadísticas nos señalan que han fallecido 248 profesionales de la salud, nuestra tasa de contagio por el virus Sars-Cov-2 es seis veces mayor que en China y el doble que en Italia; y mueren cinco veces más que en Estados Unidos.

La pregunta salta de inmediato, ¿porque no darle ese recurso directo a los hospitales? La respuesta es sencilla, es la misma que se ha mantenido desde el principio, no existe el más mínimo interés ni la sensibilidad por atender y reconocer los errores en el tratamiento de la enfermedad, siguen pensando que la tasa de mortalidad no es para alarmarse, a pesar de ir ya en más de 70 mil muertos; admitirlo tendría consecuencias negativas en la imagen del Presidente, sería tanto como reconocer lo que todo el mundo ha señalado de Gatell, que es un incompetente parlanchín.

En este absurdo, el gobierno de la 4T nos quiere acostumbrar a estar rodeados de sufrimiento ajeno ocasionado por la pandemia, mientras apenas reaccionamos para detenerla, más allá de proferir un comentario crítico, de inmediato se nos impone el ejemplo de un Presidente al que no le importa las medidas que limiten su propagación. La anestesia emocional y la indiferencia son elementos que rodean el dolor de quienes han perdido a un ser querido, que merecían atenciones y tienen derechos, que sienten nuestras mismas necesidades, que aman a sus hijos como nosotros y sufren inmensamente en su dolor por culpa de una mala prevención y de una mala atención; esto nos hace reflexionar seriamente nuestra condición de miembros de una sociedad en la que al gobierno le importa muy poco nuestra salud, que se ha vuelto más hipócrita y egoísta en el ejercicio de su función.

La manera de gobernar ha sido ofensiva, son un gobierno limitado, con un diseño institucional y nuevas prácticas que no cuajan, en donde han perdido su rol de autoridad pública por un enfoque de una realidad alterna, que sigue siendo discrecional, veleidosa y opaca en la función administrativa, sin que pueda sustentar su eficacia en tiempos donde nos acercamos peligrosamente a una mega crisis institucional.


Ulises Gómez de la Rosa

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Face book @Ulises Gómez R

Twitter @Ulisesgrmx


Hay 500’as millones de razones para pensar que este gobierno ha perdido el total sentido de la realidad, de la razón y de la responsabilidad social, al destinar 500 millones de pesos, decomisados por la Fiscalía General, a la compra de boletos de la rifa del avión para dárselos a los hospitales que atienden el Covid-19.

Este engaño tiene diferentes puntos de vista, pero el más grave, es jugar con la esperanza de médicos, enfermeras y personal hospitalario que a su vez nos refleja una crueldad inusitada. México es el país que ocupa ya el quinto lugar a nivel mundial con más personal de salud fallecido a causa del nuevo coronavirus; las estadísticas nos señalan que han fallecido 248 profesionales de la salud, nuestra tasa de contagio por el virus Sars-Cov-2 es seis veces mayor que en China y el doble que en Italia; y mueren cinco veces más que en Estados Unidos.

La pregunta salta de inmediato, ¿porque no darle ese recurso directo a los hospitales? La respuesta es sencilla, es la misma que se ha mantenido desde el principio, no existe el más mínimo interés ni la sensibilidad por atender y reconocer los errores en el tratamiento de la enfermedad, siguen pensando que la tasa de mortalidad no es para alarmarse, a pesar de ir ya en más de 70 mil muertos; admitirlo tendría consecuencias negativas en la imagen del Presidente, sería tanto como reconocer lo que todo el mundo ha señalado de Gatell, que es un incompetente parlanchín.

En este absurdo, el gobierno de la 4T nos quiere acostumbrar a estar rodeados de sufrimiento ajeno ocasionado por la pandemia, mientras apenas reaccionamos para detenerla, más allá de proferir un comentario crítico, de inmediato se nos impone el ejemplo de un Presidente al que no le importa las medidas que limiten su propagación. La anestesia emocional y la indiferencia son elementos que rodean el dolor de quienes han perdido a un ser querido, que merecían atenciones y tienen derechos, que sienten nuestras mismas necesidades, que aman a sus hijos como nosotros y sufren inmensamente en su dolor por culpa de una mala prevención y de una mala atención; esto nos hace reflexionar seriamente nuestra condición de miembros de una sociedad en la que al gobierno le importa muy poco nuestra salud, que se ha vuelto más hipócrita y egoísta en el ejercicio de su función.

La manera de gobernar ha sido ofensiva, son un gobierno limitado, con un diseño institucional y nuevas prácticas que no cuajan, en donde han perdido su rol de autoridad pública por un enfoque de una realidad alterna, que sigue siendo discrecional, veleidosa y opaca en la función administrativa, sin que pueda sustentar su eficacia en tiempos donde nos acercamos peligrosamente a una mega crisis institucional.


Ulises Gómez de la Rosa

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Face book @Ulises Gómez R

Twitter @Ulisesgrmx

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