/ lunes 23 de noviembre de 2020

Desde la Izquierda|De las mañaneras al G- 20

La reunión del G-20 ha resultado una ventana de exhibición y cinismo del gobierno de la 4T con el mundo entero. Con que calidad moral, ética, política y humana se atreve López Obrador a dar recetas y hacer cinco recomendaciones a los jefes de estado de otras naciones sobre el tratamiento de la pandemia, cuando aquí hemos superado la fatídica cifra de los cien mil muertos y sigue creciendo.

Candil de la calle y obscuridad de su casa, tuvo la imprudencia de hablar de vacunas y medicinas cuando su INSABI es un desastre, sin recursos, sin cobertura, sin medicamentos, sin insumos y sin acuerdos con los estados. El gobierno humanista de López decidió enterrar el seguro popular para dar paso a un programa que no llega a los más pobres, ellos están muriendo por falta de atención, medicinas y en un futuro cercano por falta de vacunas.

Soltó la salvajada de que es mejor prevenir que curar, cuando en su gobierno lo que menos hace es prevenir. Tanto él como su científico charlatán, sobre el que pesan los muertos, han renegado hasta el cansancio del uso de cubrevocas, y como era de esperarse le echó la culpa a la mala alimentación, olvidando que a los más pobres del país les quitó los comedores populares y los desayunos escolares.

Desfasado de toda realidad, les hablo ufanamente que habría que confiar en la responsabilidad de la gente, que no compartía la limitación de libertades y el uso de medidas autoritarias, siendo él un promotor de los abrazos, las reuniones, la no sana distancia; su ejemplo invita a no ser responsables, a andar en la calle y amparase en el detente para no ser contagiados.

Para coronarse hablo del rescate económico, con suma desfachatez argumentó que los fondos económicos no se deben de dar a las empresas en quiebra y que la deuda privada no se convierta en deuda pública, dando por hecho que eso se hubiera o se estuviera pidiendo en México; nadie es este país, ningún sector de la población le ha pedido semejante cosa, es parte de su retórica, de una narrativa engañosa, tramposa y eminentemente electorera.

Finalizó amenazando que el domingo ahondaría más en el tema económico, como si México fuera ejemplo de fortaleza, que vamos para arriba, saliendo, como pregona en su púlpito, que están superadas las crisis laborales y económica. Sabe muy bien que para que esto se dé necesitará una combinación de medidas de salud pública y gestión económica, cosa que no está sucediendo, por el contrario nuestro país experimenta una caída del producto interno bruto del 10 por ciento este año, más profunda que el 7.5 por ciento que calculó en junio el Banco Mundial.

El Presidente vive en el país de las maravillas, su entorno está exhortó de toda crisis, en Palacio Nacional se vive una realidad muy diferente en donde no escasea nada y en donde se ha traicionado a su base ideológica, electoral e histórica, a los más pobres.

Ulises Gómez de la Rosa

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Face book @Ulises Gómez R

Twitter @Ulisesgrmx

La reunión del G-20 ha resultado una ventana de exhibición y cinismo del gobierno de la 4T con el mundo entero. Con que calidad moral, ética, política y humana se atreve López Obrador a dar recetas y hacer cinco recomendaciones a los jefes de estado de otras naciones sobre el tratamiento de la pandemia, cuando aquí hemos superado la fatídica cifra de los cien mil muertos y sigue creciendo.

Candil de la calle y obscuridad de su casa, tuvo la imprudencia de hablar de vacunas y medicinas cuando su INSABI es un desastre, sin recursos, sin cobertura, sin medicamentos, sin insumos y sin acuerdos con los estados. El gobierno humanista de López decidió enterrar el seguro popular para dar paso a un programa que no llega a los más pobres, ellos están muriendo por falta de atención, medicinas y en un futuro cercano por falta de vacunas.

Soltó la salvajada de que es mejor prevenir que curar, cuando en su gobierno lo que menos hace es prevenir. Tanto él como su científico charlatán, sobre el que pesan los muertos, han renegado hasta el cansancio del uso de cubrevocas, y como era de esperarse le echó la culpa a la mala alimentación, olvidando que a los más pobres del país les quitó los comedores populares y los desayunos escolares.

Desfasado de toda realidad, les hablo ufanamente que habría que confiar en la responsabilidad de la gente, que no compartía la limitación de libertades y el uso de medidas autoritarias, siendo él un promotor de los abrazos, las reuniones, la no sana distancia; su ejemplo invita a no ser responsables, a andar en la calle y amparase en el detente para no ser contagiados.

Para coronarse hablo del rescate económico, con suma desfachatez argumentó que los fondos económicos no se deben de dar a las empresas en quiebra y que la deuda privada no se convierta en deuda pública, dando por hecho que eso se hubiera o se estuviera pidiendo en México; nadie es este país, ningún sector de la población le ha pedido semejante cosa, es parte de su retórica, de una narrativa engañosa, tramposa y eminentemente electorera.

Finalizó amenazando que el domingo ahondaría más en el tema económico, como si México fuera ejemplo de fortaleza, que vamos para arriba, saliendo, como pregona en su púlpito, que están superadas las crisis laborales y económica. Sabe muy bien que para que esto se dé necesitará una combinación de medidas de salud pública y gestión económica, cosa que no está sucediendo, por el contrario nuestro país experimenta una caída del producto interno bruto del 10 por ciento este año, más profunda que el 7.5 por ciento que calculó en junio el Banco Mundial.

El Presidente vive en el país de las maravillas, su entorno está exhortó de toda crisis, en Palacio Nacional se vive una realidad muy diferente en donde no escasea nada y en donde se ha traicionado a su base ideológica, electoral e histórica, a los más pobres.

Ulises Gómez de la Rosa

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Face book @Ulises Gómez R

Twitter @Ulisesgrmx

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