/ lunes 26 de julio de 2021

Desde la izquierda|La consulta engañosa

El presidente es un autócrata, el ejerce por si solo la autoridad suprema del Estado, un líder carismático para sus seguidores que en la concepción de Max Weber se auto define como un enviado de Dios, un jefe, un caudillo, un guía o un líder, con una personalidad en posesión de una fuerza extraordinaria que solo le atribuyen sus dominados, paradójicamente su aspiración es crear un Estado donde no haya magistrados ni competencias, ni leyes ni reglamentaciones abstractas, solo órdenes fundadas en la revelación creída, y así consolidar un gobierno ilusionista recurriendo a mecanismos de atracción o seducción.

La consulta para enjuiciar a los expresidentes es solo un ejercicio para sopesar su carisma, se necesita un elevado número de votantes para que sea vinculante; en Querétaro más de 680 mil que no se ven por donde, pero eso no es lo importante, el resultado es lo de menos por eso no va a votar él, lo que quiere experimentar es un acto de dominación en virtud de la devoción y la confianza personal de su séquito político para seguir con su proyecto transformador. Para los morenos es un acto de validación, de entrega y confianza en su líder, y con eso basta para mantener un país dividido, seguir con la retórica de confrontación y un movimiento orientado a sus fines de poder.

De sobra se ha dicho que la ley y la justicia no se someten a consideración de nadie, si hay pruebas de delito lo que sigue es vincularlos a proceso, directamente a juicio y sin duda tendría un respaldo ciudadano importante.

Pero eso no va a suceder, todo mundo se cuestiona sobre la eficiencia de esta consulta, no mejora ningún aspecto ni crea lazos más sólidos entre el Gobierno y la participación de los ciudadanos, tampoco fortalece la gobernabilidad del país, solo evidencia que a los morenos también les gusta eso de la doble moral, defienden a rabiar la posición de enjuiciar el pasado pero se hacen de la vista gorda con el presente, ejemplos hay muchos, pero el que resulta más procaz es la actitud impúdica de Irma Eréndira Sandoval, jamás se dieron cuenta que la encargada de evaluar la gestión gubernamental nadaba en un mar de putrefacción y para resultar más desfachatado el asunto la separan del cargo por revanchismos políticos y no por corrupción.

528 millones de pesos es lo que nos costará entender el modo de ejercer el poder público, la autoridad y el gobierno de López Obrador, él nos dibuja de forma límpida un Estado unitario, sin contrapesos, con una dictadura del populacho, con un parlamento dócil e ineficiente, con la existencia de partidos políticos pero debilitados y vinculados retóricamente una y otra vez al viejo régimen, con un poder judicial a modo.

Con esta consulta se inaugura en nuestro país la democracia plebiscitaria como una forma de dominación carismática, con un efecto del cual podríamos arrepentirnos porque podría llegar a instaurarse una dictadura social con una dimensión peligrosa y de consecuencias devastadoras, por eso es una farsa, ni siquiera sirve para sanar a la función pública, es nuestro deber desairarla para no contribuir al surgimiento de un cesarismo del siglo XXI en manos de un Napoleón a la mexicana.

Ulises Gómez de la Rosa

Presidente Estatal de RSP

Mis redes : ulisesgrmx@yahoo. com.mx


Face book @Ulises Gómez R

Twitter @ Ulisesgrmx

El presidente es un autócrata, el ejerce por si solo la autoridad suprema del Estado, un líder carismático para sus seguidores que en la concepción de Max Weber se auto define como un enviado de Dios, un jefe, un caudillo, un guía o un líder, con una personalidad en posesión de una fuerza extraordinaria que solo le atribuyen sus dominados, paradójicamente su aspiración es crear un Estado donde no haya magistrados ni competencias, ni leyes ni reglamentaciones abstractas, solo órdenes fundadas en la revelación creída, y así consolidar un gobierno ilusionista recurriendo a mecanismos de atracción o seducción.

La consulta para enjuiciar a los expresidentes es solo un ejercicio para sopesar su carisma, se necesita un elevado número de votantes para que sea vinculante; en Querétaro más de 680 mil que no se ven por donde, pero eso no es lo importante, el resultado es lo de menos por eso no va a votar él, lo que quiere experimentar es un acto de dominación en virtud de la devoción y la confianza personal de su séquito político para seguir con su proyecto transformador. Para los morenos es un acto de validación, de entrega y confianza en su líder, y con eso basta para mantener un país dividido, seguir con la retórica de confrontación y un movimiento orientado a sus fines de poder.

De sobra se ha dicho que la ley y la justicia no se someten a consideración de nadie, si hay pruebas de delito lo que sigue es vincularlos a proceso, directamente a juicio y sin duda tendría un respaldo ciudadano importante.

Pero eso no va a suceder, todo mundo se cuestiona sobre la eficiencia de esta consulta, no mejora ningún aspecto ni crea lazos más sólidos entre el Gobierno y la participación de los ciudadanos, tampoco fortalece la gobernabilidad del país, solo evidencia que a los morenos también les gusta eso de la doble moral, defienden a rabiar la posición de enjuiciar el pasado pero se hacen de la vista gorda con el presente, ejemplos hay muchos, pero el que resulta más procaz es la actitud impúdica de Irma Eréndira Sandoval, jamás se dieron cuenta que la encargada de evaluar la gestión gubernamental nadaba en un mar de putrefacción y para resultar más desfachatado el asunto la separan del cargo por revanchismos políticos y no por corrupción.

528 millones de pesos es lo que nos costará entender el modo de ejercer el poder público, la autoridad y el gobierno de López Obrador, él nos dibuja de forma límpida un Estado unitario, sin contrapesos, con una dictadura del populacho, con un parlamento dócil e ineficiente, con la existencia de partidos políticos pero debilitados y vinculados retóricamente una y otra vez al viejo régimen, con un poder judicial a modo.

Con esta consulta se inaugura en nuestro país la democracia plebiscitaria como una forma de dominación carismática, con un efecto del cual podríamos arrepentirnos porque podría llegar a instaurarse una dictadura social con una dimensión peligrosa y de consecuencias devastadoras, por eso es una farsa, ni siquiera sirve para sanar a la función pública, es nuestro deber desairarla para no contribuir al surgimiento de un cesarismo del siglo XXI en manos de un Napoleón a la mexicana.

Ulises Gómez de la Rosa

Presidente Estatal de RSP

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