/ martes 14 de agosto de 2018

Diálogo Universitario

La diferencia


Podemos plantear, como muchos que este Siglo XXI será de las mujeres. Sin embargo, falta mucho para poder concretarse tal afirmación, que por lo pronto, ahora sigue siendo un anhelo en gran parte de la sociedad.

Más allá de la distorsión en el lenguaje sobre la terminación en los sustantivos o adjetivos, hay conductas y leyes, o costumbres, que deben progresar en su demanda de cambio para que exista una igualdad entre hombres y mujeres y así mantener la diferencia entre humanos de distinto género.

No se busca la igualdad por sí misma con las mujeres, sino la justicia y la aplicación de derechos sobre quienes tengan necesidad y que les sean propios de sus necesidades y naturaleza.

En esta ocasión, me referiré a una serie de hechos que vale la pena revisarlos brevemente y compartir algunas reflexiones, sobre todo por cierta vulnerabilidad que sufren las mujeres, pero que quizá también ahí radique parte de su fuerza.

Empezaré con una cierta anécdota que ocurrió en una ciudad de Baja California Sur, y que se viralizó en las redes sociales. Una joven madre se encontraba en un lugar público amamantando a su pequeño hijo de escasos meses de nacido. La mujer, a juzgar por la fotografía, tenía abierta la blusa y dejaba ver la mayor parte de su seno debido a que el bebé estaba prendido de la teta. Alguien le pidió que se tapara, a lo cual la mujer respondió a esa demanda, poniéndose una mantita sobre la cabeza. Es decir, se cubrió tal como se le pedía, pero dejaba al descubierto esa parte de su torax.

La irracionalidad de tales peticiones “varoniles” sobre actos naturales “femeniles” sigue prevaleciendo en el curso de los tiempos, no permiten época de avances, manteniendo la vulnerabilidad de las mujeres. La Presidenta del Consejo de Estado de España, en una reciente entrevista con Mónica Ceberio, refería como un par de familiares querían estudiar medicina a principios del Siglo XX. Y el profesor las saco de las aulas porque las mujeres no podían mirar a un hombre desnudo, -decía- por muy muerto que estuviera.

Se siguen dando tales actos de incongruencia en el avance de nuestro desarrollo, y una total falta de sensibilidad ante tales demandas de igualdad. Es el caso del evento oficial en nuestro país donde el presídium para celebrar el “Día Mundial de la lactancia” estaba conformada totalmente por hombres.

Pero lo mismo ocurre en otras latitudes aunque no sean hombres solamente quienes rechazan tal igualdad, por ejemplo en Argentina. Hace días, el Congreso de aquel país sudamericano acaba de decretar su voto en contra de la petición de una Ley que despenalice la interrupción del embarazo. Claudia Piñeiro, una escritora que reflexionaba sobre el caso, señala que una senadora rechazó la petición sin haberla leído, pero que señalaba que aun leyéndola, la rechazaría.

La igualdad con las mujeres es en términos de derechos, de justicia y de oportunidades de competencia leal en todas las demás áreas sociales. La diferencia de hombres con mujeres debería mantenerse en términos de apreciación sobre la vida, la relación sentimental y sexual. Para lograr esa igualdad y mantener una diferencia critica, se requiere de cambios en la educación, las costumbres, las tradiciones, y desde luego en las leyes. Falta mucho pero se sigue avanzando.

@manuelbasaldua

La diferencia


Podemos plantear, como muchos que este Siglo XXI será de las mujeres. Sin embargo, falta mucho para poder concretarse tal afirmación, que por lo pronto, ahora sigue siendo un anhelo en gran parte de la sociedad.

Más allá de la distorsión en el lenguaje sobre la terminación en los sustantivos o adjetivos, hay conductas y leyes, o costumbres, que deben progresar en su demanda de cambio para que exista una igualdad entre hombres y mujeres y así mantener la diferencia entre humanos de distinto género.

No se busca la igualdad por sí misma con las mujeres, sino la justicia y la aplicación de derechos sobre quienes tengan necesidad y que les sean propios de sus necesidades y naturaleza.

En esta ocasión, me referiré a una serie de hechos que vale la pena revisarlos brevemente y compartir algunas reflexiones, sobre todo por cierta vulnerabilidad que sufren las mujeres, pero que quizá también ahí radique parte de su fuerza.

Empezaré con una cierta anécdota que ocurrió en una ciudad de Baja California Sur, y que se viralizó en las redes sociales. Una joven madre se encontraba en un lugar público amamantando a su pequeño hijo de escasos meses de nacido. La mujer, a juzgar por la fotografía, tenía abierta la blusa y dejaba ver la mayor parte de su seno debido a que el bebé estaba prendido de la teta. Alguien le pidió que se tapara, a lo cual la mujer respondió a esa demanda, poniéndose una mantita sobre la cabeza. Es decir, se cubrió tal como se le pedía, pero dejaba al descubierto esa parte de su torax.

La irracionalidad de tales peticiones “varoniles” sobre actos naturales “femeniles” sigue prevaleciendo en el curso de los tiempos, no permiten época de avances, manteniendo la vulnerabilidad de las mujeres. La Presidenta del Consejo de Estado de España, en una reciente entrevista con Mónica Ceberio, refería como un par de familiares querían estudiar medicina a principios del Siglo XX. Y el profesor las saco de las aulas porque las mujeres no podían mirar a un hombre desnudo, -decía- por muy muerto que estuviera.

Se siguen dando tales actos de incongruencia en el avance de nuestro desarrollo, y una total falta de sensibilidad ante tales demandas de igualdad. Es el caso del evento oficial en nuestro país donde el presídium para celebrar el “Día Mundial de la lactancia” estaba conformada totalmente por hombres.

Pero lo mismo ocurre en otras latitudes aunque no sean hombres solamente quienes rechazan tal igualdad, por ejemplo en Argentina. Hace días, el Congreso de aquel país sudamericano acaba de decretar su voto en contra de la petición de una Ley que despenalice la interrupción del embarazo. Claudia Piñeiro, una escritora que reflexionaba sobre el caso, señala que una senadora rechazó la petición sin haberla leído, pero que señalaba que aun leyéndola, la rechazaría.

La igualdad con las mujeres es en términos de derechos, de justicia y de oportunidades de competencia leal en todas las demás áreas sociales. La diferencia de hombres con mujeres debería mantenerse en términos de apreciación sobre la vida, la relación sentimental y sexual. Para lograr esa igualdad y mantener una diferencia critica, se requiere de cambios en la educación, las costumbres, las tradiciones, y desde luego en las leyes. Falta mucho pero se sigue avanzando.

@manuelbasaldua

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