/ martes 16 de octubre de 2018

Diálogo Universitario

Agua

Lo urgente en muchas ocasiones nos desvía la atención sobre lo importante. Ya pasadas las elecciones nos hemos quedado con los ecos de la reyerta, y tanto los medios masivos tradicionales como las propias redes sociales han seguido estos sainetes de declaraciones de los futuros integrantes del gobierno federal y sus oponentes, pero la vida cotidiana sigue su curso, y nos pone los pies en la tierra sobre lo que es esencial para nuestra vida.

Ahí tenemos a nivel global el calentamiento del planeta, que por ser de carácter mundial muchas veces se pierde la dimensión. La advertencia, por ejemplo, de que la temperatura no debe incrementarse 1.5 grados no parece ser significativa para la mayoría de la población, aunque estemos viendo, sino es que sufriendo los estragos de los cambios las catástrofes ocasionadas por inundaciones o presencia de tormentas peligrosas, tanto en la costa como en tierra adentro.

La contaminación es otro de los aspectos que parece, no alcanzarse a dimensionar a nivel global, como tampoco a nivel regional. El uso de sustancias o productos de consumo masivo con propiedades toxicas, que al no tener un cuidado para su uso, afectan la ecología cercana a las poblaciones no llega a llamar la atención de las poblaciones que ocasionan tales daños. Comunidades que no hacen uso adecuado de sus residuos, empresas que vierten irresponsablemente desechos tóxicos a los ríos, depredación de recursos, extracción irracional e irresponsable de recursos naturales modificando de manera irreversible el ecosistema, poblaciones que no cesan de generar desechos inorgánicos, entre otros, destruyen el medio ambiente.

El mundo contaminado nos parece lejos, pero puede aproximarse y hacerse presente frente a nosotros como un tsunami o un alud cuando nos toca. Y en este sentido, se hace necesaria la reflexión sobre los recursos vitales, como el aire limpio y el acceso al agua potable y su consecuente suministro en la entidad queretana, por citar un ejemplo.

Los problemas periféricos trascendentes, tales como la movilidad con el transporte público, la limpieza de la ciudad y su servicio de limpia, la iluminación de los espacios urbanos, la seguridad pública siguen llamando la atención de la ciudadanía.

Pero la proyección y la seguridad de contar con la suficiente agua potable en los próximos años, quedan relegada hasta que esta nos falta o falla el mecanismo para suministrarla. La transformación de una ciudad pequeña a una ciudad media, y de esta a convertirse en metrópoli o zona conurbada ha puesto en un reto mayúsculo el aseguramiento del suministro del agua.

Nuestra ubicación geográfica no es para nada favorable, y las políticas públicas han estado postergando un programa de uso racional de este líquido. La promoción de la entidad como un lugar pujante y lleno de ventajas para la industria y el progreso de las personas y sus comunidades no tienen contemplado el impacto en la demanda de este recurso.

Las constantes interrupciones en el uso de la red de distribución de agua que ha tenido la Ciudad de México por sus constantes mejoras o ajustes en el Sistema Cutzamala, parecen muy ajenos a nuestra condición geográfica y de abasto de agua. Pero bien se haría, tanto por las autoridades, los grupos de ambientalistas y la sociedad en general, en empezar a preocuparse en serio por el tema del agua en Querétaro. Las condiciones, en proporción, de aquella entidad de la capital del país, son similares a las nuestras. Bien vale la pena, tener la suficiente información y tomar las debidas providencias. No hay tampoco un plan –municipal o estatal- que se conozca y que nos de certeza, en dado de que ocurra una contingencia parecida a la de la CDMX.

@manuelbasaldua

Agua

Lo urgente en muchas ocasiones nos desvía la atención sobre lo importante. Ya pasadas las elecciones nos hemos quedado con los ecos de la reyerta, y tanto los medios masivos tradicionales como las propias redes sociales han seguido estos sainetes de declaraciones de los futuros integrantes del gobierno federal y sus oponentes, pero la vida cotidiana sigue su curso, y nos pone los pies en la tierra sobre lo que es esencial para nuestra vida.

Ahí tenemos a nivel global el calentamiento del planeta, que por ser de carácter mundial muchas veces se pierde la dimensión. La advertencia, por ejemplo, de que la temperatura no debe incrementarse 1.5 grados no parece ser significativa para la mayoría de la población, aunque estemos viendo, sino es que sufriendo los estragos de los cambios las catástrofes ocasionadas por inundaciones o presencia de tormentas peligrosas, tanto en la costa como en tierra adentro.

La contaminación es otro de los aspectos que parece, no alcanzarse a dimensionar a nivel global, como tampoco a nivel regional. El uso de sustancias o productos de consumo masivo con propiedades toxicas, que al no tener un cuidado para su uso, afectan la ecología cercana a las poblaciones no llega a llamar la atención de las poblaciones que ocasionan tales daños. Comunidades que no hacen uso adecuado de sus residuos, empresas que vierten irresponsablemente desechos tóxicos a los ríos, depredación de recursos, extracción irracional e irresponsable de recursos naturales modificando de manera irreversible el ecosistema, poblaciones que no cesan de generar desechos inorgánicos, entre otros, destruyen el medio ambiente.

El mundo contaminado nos parece lejos, pero puede aproximarse y hacerse presente frente a nosotros como un tsunami o un alud cuando nos toca. Y en este sentido, se hace necesaria la reflexión sobre los recursos vitales, como el aire limpio y el acceso al agua potable y su consecuente suministro en la entidad queretana, por citar un ejemplo.

Los problemas periféricos trascendentes, tales como la movilidad con el transporte público, la limpieza de la ciudad y su servicio de limpia, la iluminación de los espacios urbanos, la seguridad pública siguen llamando la atención de la ciudadanía.

Pero la proyección y la seguridad de contar con la suficiente agua potable en los próximos años, quedan relegada hasta que esta nos falta o falla el mecanismo para suministrarla. La transformación de una ciudad pequeña a una ciudad media, y de esta a convertirse en metrópoli o zona conurbada ha puesto en un reto mayúsculo el aseguramiento del suministro del agua.

Nuestra ubicación geográfica no es para nada favorable, y las políticas públicas han estado postergando un programa de uso racional de este líquido. La promoción de la entidad como un lugar pujante y lleno de ventajas para la industria y el progreso de las personas y sus comunidades no tienen contemplado el impacto en la demanda de este recurso.

Las constantes interrupciones en el uso de la red de distribución de agua que ha tenido la Ciudad de México por sus constantes mejoras o ajustes en el Sistema Cutzamala, parecen muy ajenos a nuestra condición geográfica y de abasto de agua. Pero bien se haría, tanto por las autoridades, los grupos de ambientalistas y la sociedad en general, en empezar a preocuparse en serio por el tema del agua en Querétaro. Las condiciones, en proporción, de aquella entidad de la capital del país, son similares a las nuestras. Bien vale la pena, tener la suficiente información y tomar las debidas providencias. No hay tampoco un plan –municipal o estatal- que se conozca y que nos de certeza, en dado de que ocurra una contingencia parecida a la de la CDMX.

@manuelbasaldua

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