Colombia y México tienen grandes similitudes en diversos aspectos de su vida nacional. El carácter de los colombianos es festivo, pero a la vez es formal en los temas claves, por ejemplo, con una amplia cultura y trayectoria académica, así como los aspectos económicos y de relaciones internacionales con la región.
Los aspectos que le preocupan a los colombianos es su búsqueda de la paz, la erradicación de la corrupción, y desde luego el control y adecuado manejo de su economía. Para México, existe un deseo ferviente de encontrar la paz, aunque el hartazgo de la corrupción es el que más pesa, a consecuencia de tener un estado fallido, la paz se ve trastocada por los efectos de esa descomposición de partes clave del gobierno en temas de seguridad. Por último, - aunque no del último verdaderamente-, el tema de la economía preocupa a los agentes empresariales por sus inversiones, pero no se hacen responsables de un crecimiento del PIB.
En Colombia, el domingo pasado se efectuaron las elecciones más concurridas de su historia en ese país, se contabilizo la participación de cerca del 53% de su población en capacidades de acudir a las urnas. El resto se quedó expectante y con su pasividad histórica.
Estos dos países, México y Colombia, cuentan con unos lazos que no son para presumir, toda vez que el tema del narcotráfico es una cuestión nodal y que su relación con Estados Unidos agrega los vínculos por el trasiego de sustancias no permitidas y su relativa peligrosidad. Pero las consecuencias tienen que ver con altos índices de violencia por lo grupos que intervienen en su manejo.
Ambas naciones también cuentan con una relación incomoda con Venezuela. Los colombianos son vecinos que padecen las invasiones de los ciudadanos venezolanos que buscan alternativas de vida y asilo, en tanto que acá en México muchos de los intelectuales o de círculos empresariales, se han encargado de comparar a los Maduro con el candidato puntero de nuestras elecciones, desviando el interés sobre otros países sudamericanos con más peso en nuestra preocupación de vinculación.
El segundo debate realizado en Tijuana, incluyó el tema de “México en el Mundo” y “Migración”. Pero debido a la insidiosa tendencia de descalificar a los adversarios, los candidatos no abordaron seriamente la posición de México en el entorno mundial, o ya cuando menos, la cuestión regional, en donde la relación con Colombia debería de haber tomado puntos relevantes. Todavía quedan algunas oportunidades para que en estos días de la campaña puedan plantear posicionamientos sobre estos puntos de interés. A menos de que sigan con su casi patológica obsesión de ataque y defensa del populismo.
Los resultados de las elecciones en Colombia nos permiten conocer que se realizará una segunda vuelta, dado que hubo competencia entre seis candidatos. Las reglas indican que los candidatos con más votos pasan a una segunda elección sino acaso no alcanzan un porcentaje del 50% más 1 de los sufragios emitidos. Tal como fue el caso en la primera jornada. Así que la competencia será entre la derecha y la izquierda de ese escenario colombiano, con Iván Duque, identificado con posturas de derecha que alcanzo el 39% de los votos, seguido de Gustavo Petro considerado a su vez como un izquierdista, con 25% de la votación. Eliminando de la contienda a Sergio Fajardo, un líder de centro, Humberto de la Calle, con posturas liberales, Germán Vargas con tendencias radicales y Juan Manuel Santos del Cambio Radical. La geopolítica está en juego.
Habrá que estar al pendiente de los resultados de esta segunda vuelta allá en Colombia, que se efectuara en la víspera de nuestra elección. Los temas de cooperación y de intercambio deben ser profundos entre ambos países, para entablar condiciones de intercambio con nuestro principal vecino y socio del norte.
@manuelbasaldua
