/ miércoles 22 de enero de 2020

Ecos del Senado

Improvisaciones que matan


El caos generado a partir el 1° de enero por el Instituto de Salud para el Bienestar, que sustituyó al Seguro Popular, reveló lo que se había anticipado durante la discusión de las reformas a la Ley General de Salud para la creación del INSABI.

El nuevo instituto inició operaciones sin sustento normativo, financiero y operativo, lo que pone en serio riesgo la salud de las personas de menores recursos, por la falta de atención médica, cobros excesivos en las cuotas de recuperación y desabasto de medicinas e insumos.

Hoy se padece la improvisación de una institución que carece de reglas de operación, que trabaja sin planeación y manuales, y que además fue puesta en marcha sin un periodo de transición que hubiera implicado una fase piloto de prueba.

Desde su campaña para la presidencia, López Obrador prometió un sistema de salud universal y gratuito, que estuviera a la altura de países como Dinamarca, Gran Bretaña y Canadá. Nunca habló sobre la distinción entre los niveles de atención médica.

Si se eliminó el Seguro Popular fue porque se ofreció que el INSABI operaría mejor que el anterior esquema, pero las palabras se enfrentan con la realidad.

El gobierno apenas empieza a ponerse de acuerdo, no para brindar un adecuado servicio médico, sino para contestar el cúmulo de cuestionamientos, y sobre todo para dejar de contradecirse entre sí.

En efecto, hubo declaraciones discrepantes entre el Presidente, el subsecretario de Salud y el titular del INSABI respecto de la forma y momento en que la atención médica sería prestada como se había prometido.

Para dar resultados AMLO pretende ganar tiempo -al igual que hizo con el tema de la seguridad-, al diferir al 1° de diciembre de 2020 el plazo para contar con servicios médicos y medicinas de manera gratuita en todos los niveles.

Hasta ahora, varios estados todavía no firman su adhesión al nuevo instituto porque buscan un acuerdo de colaboración que tome en cuenta las condiciones particulares de cada entidad y les permita brindar servicios gratuitos de calidad, con doctores, medicinas y equipos suficientes.

Cabe destacar que Querétaro es una de las entidades en las que el Seguro Popular estaba mejor calificado y que ha hecho inversiones importantes en infraestructura y equipo hospitalario.

El tema de la salud es fundamental y requiere de acuerdos eficaces y oportunos, toda vez que lo que está en riesgo es la salud y la vida de millones de mexicanos que quieren tener claridad sobre los servicios que se les van a brindar, su costo de recuperación o su gratuidad.

Coincidimos con la aspiración del gobierno federal de contar con servicios de salud universales y gratuitos para toda la población, pero sin una adecuada planeación, con improvisaciones y sin certeza en los recursos públicos que se requieren, este objetivo no podrá alcanzarse.

Ante el desastroso inicio del INSABI, que ha puesto en riesgo el acceso a la salud de millones de mexicanos, el gobierno federal en vez de dar solución ha optado por hablar de la rifa del avión como una ocurrencia, como un distractor de la opinión pública, digno de memes y de bromas, para dejar de lado los temas verdaderamente importantes y ocultar sus improvisaciones.

Una vez más el gobierno federal evade los asuntos polémicos, sacando un tema ridículo que nos instala en el debate de banalidades.

Facebook: Lupita Murguía

Twitter: @LupitaMurguiaG

Instagram: @lupitamurguiag

Improvisaciones que matan


El caos generado a partir el 1° de enero por el Instituto de Salud para el Bienestar, que sustituyó al Seguro Popular, reveló lo que se había anticipado durante la discusión de las reformas a la Ley General de Salud para la creación del INSABI.

El nuevo instituto inició operaciones sin sustento normativo, financiero y operativo, lo que pone en serio riesgo la salud de las personas de menores recursos, por la falta de atención médica, cobros excesivos en las cuotas de recuperación y desabasto de medicinas e insumos.

Hoy se padece la improvisación de una institución que carece de reglas de operación, que trabaja sin planeación y manuales, y que además fue puesta en marcha sin un periodo de transición que hubiera implicado una fase piloto de prueba.

Desde su campaña para la presidencia, López Obrador prometió un sistema de salud universal y gratuito, que estuviera a la altura de países como Dinamarca, Gran Bretaña y Canadá. Nunca habló sobre la distinción entre los niveles de atención médica.

Si se eliminó el Seguro Popular fue porque se ofreció que el INSABI operaría mejor que el anterior esquema, pero las palabras se enfrentan con la realidad.

El gobierno apenas empieza a ponerse de acuerdo, no para brindar un adecuado servicio médico, sino para contestar el cúmulo de cuestionamientos, y sobre todo para dejar de contradecirse entre sí.

En efecto, hubo declaraciones discrepantes entre el Presidente, el subsecretario de Salud y el titular del INSABI respecto de la forma y momento en que la atención médica sería prestada como se había prometido.

Para dar resultados AMLO pretende ganar tiempo -al igual que hizo con el tema de la seguridad-, al diferir al 1° de diciembre de 2020 el plazo para contar con servicios médicos y medicinas de manera gratuita en todos los niveles.

Hasta ahora, varios estados todavía no firman su adhesión al nuevo instituto porque buscan un acuerdo de colaboración que tome en cuenta las condiciones particulares de cada entidad y les permita brindar servicios gratuitos de calidad, con doctores, medicinas y equipos suficientes.

Cabe destacar que Querétaro es una de las entidades en las que el Seguro Popular estaba mejor calificado y que ha hecho inversiones importantes en infraestructura y equipo hospitalario.

El tema de la salud es fundamental y requiere de acuerdos eficaces y oportunos, toda vez que lo que está en riesgo es la salud y la vida de millones de mexicanos que quieren tener claridad sobre los servicios que se les van a brindar, su costo de recuperación o su gratuidad.

Coincidimos con la aspiración del gobierno federal de contar con servicios de salud universales y gratuitos para toda la población, pero sin una adecuada planeación, con improvisaciones y sin certeza en los recursos públicos que se requieren, este objetivo no podrá alcanzarse.

Ante el desastroso inicio del INSABI, que ha puesto en riesgo el acceso a la salud de millones de mexicanos, el gobierno federal en vez de dar solución ha optado por hablar de la rifa del avión como una ocurrencia, como un distractor de la opinión pública, digno de memes y de bromas, para dejar de lado los temas verdaderamente importantes y ocultar sus improvisaciones.

Una vez más el gobierno federal evade los asuntos polémicos, sacando un tema ridículo que nos instala en el debate de banalidades.

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