/ miércoles 15 de abril de 2020

Ecos del Senado

Cada quien su parte


Se anunció un programa emergente para el bienestar y el empleo, en realidad no se dio ningún anuncio relevante para afrontar la crisis, fue en todo caso un informe de las acciones que el gobierno federal ha venido realizando en los meses recientes.

A diferencia de otros países que han anunciado programas para reactivar la planta económica y el empleo, no se presentó propuesta para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas, que son las que generan 7 de cada 10 empleos en el país y que dan trabajo a más de 18 millones de personas.

Tampoco se anunciaron recursos extraordinarios para que los estados y municipios puedan enfrentar la crisis. Los gobiernos estatales seguirán atendiendo esta situación extraordinaria con recursos ordinarios y tendrán que llevar a cabo pruebas, adquirir mascarillas, ventiladores, equipos médicos, medicinas, incluso implementar programas sociales con lo que tengan. Basta recordar que la Federación concentra el 85% de los recursos públicos, muchos de ellos generados en los estados y solo distribuye entre las entidades el 15% de éstos.

El gobierno federal tiene como prioridad atender a su clientela electoral a través de las becas y programas sociales que ya ha puesto en marcha, pero deja fuera a la otra parte de la sociedad, a los trabajadores formales e informales, a los micro y pequeños empresarios, que por la falta de ingresos resultarán gravemente afectados, luego entonces el supuesto rescate se limita a un segmento de la población.

De igual manera le apuesta a que a través de la ejecución de sus obras prioritarias, como el aeropuerto de Santa Lucia, el tren Maya, la refinería de Dos Bocas se van a generar suficientes empleos temporales para superar la crisis económica; es decir, parte de la creencia errónea de que la inversión pública es la que mueve al país. Promete crear 2 millones de empleos en 9 meses, y la pregunta es ¿cómo le va a hacer? El año pasado este gobierno no fue capaz de sostener el empleo al ritmo que estaba creciendo, de hecho éste se les cayó un 48% respecto del año anterior.

Anunció que no habrá medidas contracíclicas para salir de la crisis, que bastan los recursos que recibió de administraciones anteriores del Fondo de Estabilización Presupuestaria y de diversos fideicomisos públicos que recientemente por decreto extinguió, considerando que con éstos, más los ahorros que se obtengan de un plan de austeridad que reduzca los gastos del sector público y los sueldos y aguinaldos de los trabajadores federales de confianza, se podrá salir adelante.

El sector productivo a través de diversas organizaciones considera que tales previsiones son claramente insuficientes ante la magnitud del problema económico y social que se avecina.

En efecto, cuando se pide apoyo para las MiPyMES lo que se busca es proteger el empleo de millones de trabajadores de pequeños negocios, el ingreso de miles de familias de escasos recursos y que al término de esta etapa de emergencia, la economía esté en posibilidad de reactivarse.

Pero el Presidente en esta crisis no mira a toda la sociedad, perdió la oportunidad de convocar a un gran esfuerzo de unidad, a un espacio de dialogo y de acuerdos por encima de cualquier ideología política. Por el contrario afirma que “cada quien su parte” y solo otorgará apoyos para su base social y electoral.

Si el Presidente niega la realidad, la sociedad tiene que enfrentarla, toca a la sociedad, a las oposiciones, a los gobiernos estatales y municipales suplir lo que el gobierno federal no quiere o no puede atender.

Ante la insuficiente respuesta, la iniciativa social tiene que sustituir colectiva y coordinadamente la inacción del gobierno federal y hay que hacerlo desde ya.

Tenemos todo para salir adelante, menos un gobierno federal a la altura de las circunstancias.

Facebook: Lupita Murguía

Twitter: @LupitaMurguiaG

Instagram: @lupitamurguiag

Cada quien su parte


Se anunció un programa emergente para el bienestar y el empleo, en realidad no se dio ningún anuncio relevante para afrontar la crisis, fue en todo caso un informe de las acciones que el gobierno federal ha venido realizando en los meses recientes.

A diferencia de otros países que han anunciado programas para reactivar la planta económica y el empleo, no se presentó propuesta para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas, que son las que generan 7 de cada 10 empleos en el país y que dan trabajo a más de 18 millones de personas.

Tampoco se anunciaron recursos extraordinarios para que los estados y municipios puedan enfrentar la crisis. Los gobiernos estatales seguirán atendiendo esta situación extraordinaria con recursos ordinarios y tendrán que llevar a cabo pruebas, adquirir mascarillas, ventiladores, equipos médicos, medicinas, incluso implementar programas sociales con lo que tengan. Basta recordar que la Federación concentra el 85% de los recursos públicos, muchos de ellos generados en los estados y solo distribuye entre las entidades el 15% de éstos.

El gobierno federal tiene como prioridad atender a su clientela electoral a través de las becas y programas sociales que ya ha puesto en marcha, pero deja fuera a la otra parte de la sociedad, a los trabajadores formales e informales, a los micro y pequeños empresarios, que por la falta de ingresos resultarán gravemente afectados, luego entonces el supuesto rescate se limita a un segmento de la población.

De igual manera le apuesta a que a través de la ejecución de sus obras prioritarias, como el aeropuerto de Santa Lucia, el tren Maya, la refinería de Dos Bocas se van a generar suficientes empleos temporales para superar la crisis económica; es decir, parte de la creencia errónea de que la inversión pública es la que mueve al país. Promete crear 2 millones de empleos en 9 meses, y la pregunta es ¿cómo le va a hacer? El año pasado este gobierno no fue capaz de sostener el empleo al ritmo que estaba creciendo, de hecho éste se les cayó un 48% respecto del año anterior.

Anunció que no habrá medidas contracíclicas para salir de la crisis, que bastan los recursos que recibió de administraciones anteriores del Fondo de Estabilización Presupuestaria y de diversos fideicomisos públicos que recientemente por decreto extinguió, considerando que con éstos, más los ahorros que se obtengan de un plan de austeridad que reduzca los gastos del sector público y los sueldos y aguinaldos de los trabajadores federales de confianza, se podrá salir adelante.

El sector productivo a través de diversas organizaciones considera que tales previsiones son claramente insuficientes ante la magnitud del problema económico y social que se avecina.

En efecto, cuando se pide apoyo para las MiPyMES lo que se busca es proteger el empleo de millones de trabajadores de pequeños negocios, el ingreso de miles de familias de escasos recursos y que al término de esta etapa de emergencia, la economía esté en posibilidad de reactivarse.

Pero el Presidente en esta crisis no mira a toda la sociedad, perdió la oportunidad de convocar a un gran esfuerzo de unidad, a un espacio de dialogo y de acuerdos por encima de cualquier ideología política. Por el contrario afirma que “cada quien su parte” y solo otorgará apoyos para su base social y electoral.

Si el Presidente niega la realidad, la sociedad tiene que enfrentarla, toca a la sociedad, a las oposiciones, a los gobiernos estatales y municipales suplir lo que el gobierno federal no quiere o no puede atender.

Ante la insuficiente respuesta, la iniciativa social tiene que sustituir colectiva y coordinadamente la inacción del gobierno federal y hay que hacerlo desde ya.

Tenemos todo para salir adelante, menos un gobierno federal a la altura de las circunstancias.

Facebook: Lupita Murguía

Twitter: @LupitaMurguiaG

Instagram: @lupitamurguiag

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