/ miércoles 17 de octubre de 2018

El Bolígrafo

Periodo de consultas ciudadanas



Una de las promesas de Andrés Manuel López Obrador que más se difundieron durante la campaña por los medios de comunicación, impresos y digitales, fue la de caminar junto a la gente para tomar las decisiones que más le convengan a la nación. Fue un planteamiento que caló hondo entre la ciudadanía dada los abusos de la clase política mexicana a la hora de llegar al poder y olvidarse gobernar por y para toda la sociedad y tomar decisiones unilaterales y antipopulares. La oferta consistió en poner a consulta ciudadana aquellos temas de interés y de profundas repercusiones en los ámbitos económicos, políticos y sociales.

Derivado de lo anterior, la próxima administración federal anunció la realización de foros de consulta específicamente para los temas de seguridad y educación y una especie de referéndum para el caso del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM), consultas que ya están en marcha y próximas a concluirse.

No existe consenso absoluto sobre la consulta para la toma de decisiones en temas tan controversiales como los que actualmente están en la mesa del debate. Tampoco hay acuerdo sobre los procedimientos para llevar a cabo los foros y la votación sobre el aeropuerto.

En el caso de los foros de análisis, el proceso ha sido complicado, las protestas de los familiares de las víctimas y las arrebatadas actitudes de los maestros para boicotear las reuniones, han sido la nota característica de este ejercicio democrático. En un caso, los foros de seguridad, se están polarizando entre las frases del equipo de AMLO “perdón sí, olvido no” y lo que los familiares de las víctimas demandan: “ni olvido, ni perdón”; en el caso de los foros de educación, prevalecen las imágenes de las “sillas voladoras” en Guerrero y las posturas irreductibles de las dos partes del gremio magisterial, los maestros disidentes agrupados en la CNTE exigen la desaparición total de la reforma educativa, mientras que la parte oficial del sindicato (SNTE) se pronuncian en contra de los supuestos intentos de llevar a Elba Esther Gordillo nuevamente a la dirigencia sindical. Las propuestas brillan por su ausencia.

El tema del aeropuerto se está volviendo un problema de difícil solución. Primero porque implica decisiones técnicas como el operar dos aeropuertos; segundo porque ya se invirtieron enormes cantidades de recursos públicos, a la fecha van más de 60 mil millones de pesos, y tercero porque se ha permeado de un tinte político y de intereses particulares, de un lado están los allegados al gobierno actual, y del otro lado encontramos a los partidarios del nuevo gobierno. Están perfiladas las dos posturas, ambas tienen costos y beneficios; la decisión estará, según lo anuncia el equipo de AMLO, en manos de los ciudadanos que acudirán a las urnas, con todas las dudas que ello genera.

Los encuentros, hasta ahora, no están dando los resultados esperados, con lo que se ha retrasado el diseño de las políticas públicas, tampoco ha podido ser un instrumento eficaz para generar confianza en torno a las decisiones que habrán de tomarse en el futuro inmediato. Lo que parece una buena idea se está convirtiendo en un elemento de división social.

En mi opinión, hay más incertidumbres que certezas en esta primera experiencia de participación ciudadana auspiciada por el nuevo gobierno. No me queda duda de que los resultados que se obtengan marcarán el destino de las futuras consultas, de manera fundamental, quedará sellada la forma de tomar decisiones durante los próximos seis años.

Periodo de consultas ciudadanas



Una de las promesas de Andrés Manuel López Obrador que más se difundieron durante la campaña por los medios de comunicación, impresos y digitales, fue la de caminar junto a la gente para tomar las decisiones que más le convengan a la nación. Fue un planteamiento que caló hondo entre la ciudadanía dada los abusos de la clase política mexicana a la hora de llegar al poder y olvidarse gobernar por y para toda la sociedad y tomar decisiones unilaterales y antipopulares. La oferta consistió en poner a consulta ciudadana aquellos temas de interés y de profundas repercusiones en los ámbitos económicos, políticos y sociales.

Derivado de lo anterior, la próxima administración federal anunció la realización de foros de consulta específicamente para los temas de seguridad y educación y una especie de referéndum para el caso del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM), consultas que ya están en marcha y próximas a concluirse.

No existe consenso absoluto sobre la consulta para la toma de decisiones en temas tan controversiales como los que actualmente están en la mesa del debate. Tampoco hay acuerdo sobre los procedimientos para llevar a cabo los foros y la votación sobre el aeropuerto.

En el caso de los foros de análisis, el proceso ha sido complicado, las protestas de los familiares de las víctimas y las arrebatadas actitudes de los maestros para boicotear las reuniones, han sido la nota característica de este ejercicio democrático. En un caso, los foros de seguridad, se están polarizando entre las frases del equipo de AMLO “perdón sí, olvido no” y lo que los familiares de las víctimas demandan: “ni olvido, ni perdón”; en el caso de los foros de educación, prevalecen las imágenes de las “sillas voladoras” en Guerrero y las posturas irreductibles de las dos partes del gremio magisterial, los maestros disidentes agrupados en la CNTE exigen la desaparición total de la reforma educativa, mientras que la parte oficial del sindicato (SNTE) se pronuncian en contra de los supuestos intentos de llevar a Elba Esther Gordillo nuevamente a la dirigencia sindical. Las propuestas brillan por su ausencia.

El tema del aeropuerto se está volviendo un problema de difícil solución. Primero porque implica decisiones técnicas como el operar dos aeropuertos; segundo porque ya se invirtieron enormes cantidades de recursos públicos, a la fecha van más de 60 mil millones de pesos, y tercero porque se ha permeado de un tinte político y de intereses particulares, de un lado están los allegados al gobierno actual, y del otro lado encontramos a los partidarios del nuevo gobierno. Están perfiladas las dos posturas, ambas tienen costos y beneficios; la decisión estará, según lo anuncia el equipo de AMLO, en manos de los ciudadanos que acudirán a las urnas, con todas las dudas que ello genera.

Los encuentros, hasta ahora, no están dando los resultados esperados, con lo que se ha retrasado el diseño de las políticas públicas, tampoco ha podido ser un instrumento eficaz para generar confianza en torno a las decisiones que habrán de tomarse en el futuro inmediato. Lo que parece una buena idea se está convirtiendo en un elemento de división social.

En mi opinión, hay más incertidumbres que certezas en esta primera experiencia de participación ciudadana auspiciada por el nuevo gobierno. No me queda duda de que los resultados que se obtengan marcarán el destino de las futuras consultas, de manera fundamental, quedará sellada la forma de tomar decisiones durante los próximos seis años.

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