/ miércoles 30 de mayo de 2018

El Bolígrafo - Elecciones locales

El pasado 14 de mayo iniciaron los procesos electorales para elegir presidentes municipales, regidores y diputados locales para todo el estado de Querétaro. Es un proceso que, sin perder la dimensión de lo que ocurre en el ámbito nacional, contiene una carga más local porque se trata de elegir a nuestras autoridades inmediatas, que son con las que los ciudadanos tienen mayor relación a la hora de buscar soluciones a sus demandas.

En sentido estricto, en Querétaro estamos hablando de elecciones intermedias debido a que se elige Gobernador cada seis años; como seguramente recordarán, Francisco Domínguez ganó las elecciones en 2015 y su periodo concluye en 2021. En cambio, en el caso de los ayuntamientos y diputaciones locales, los periodos establecidos en la legislación son de tres años con opción a una reelección.

En la Zona Metropolitana de Querétaro, que comprende los municipios de El Marqués, Corregidora, Querétaro y Huimilpan, solamente Mario Calzada, Presidente municipal de El Marqués está buscando reelegirse. Es la región más importante del estado pues congrega al 70% de la población del estado y su fuerza económica es determinante para toda la entidad. Y es en esta región, en la que la lucha por las presidencias municipales son las más intensas, donde los partidos buscan colocarse en las preferencias de los votantes para alcanzar el triunfo.

En el caso del municipio de Querétaro, desde el inicio de las campañas han quedado claros los aspectos que a la ciudadanía le interesa discutir y escuchar los planteamientos de las distintas fuerzas políticas registradas para los cargos populares. Seguridad, movilidad, servicios públicos, tramitología para obtener permisos o renovar licencias de obras, eficiencia administrativa y transparencia, que implica un combate franco y abierto a la corrupción, son los ejes trazados en la presente coyuntura electoral.

En mi opinión, existe un claro perfil de candidato que los ciudadanos quieren. Ese perfil contiene cuatro elementos principales: conocimiento, experiencia, empatía y liderazgo. El candidato que la ciudadanía busca es el que conoce Querétaro, a sus habitantes con sus problemáticas, tiene claridad respecto a las causas del problema, a los ejes centrales a enarbolar para resolverlos y sabe cuáles son las acciones a realizar para satisfacer las demandas de la población.

El candidato debe ser empático con los ciudadanos, tener capacidad de escucha, ganas de compartir los problemas, buscar soluciones conjuntas y generar un clima de confianza con la ciudadanía para poder transmitir sus ideas de una manera cordial y directa. La experiencia es indispensable en estos casos, pues un programa de gobierno solamente puede apuntar a la solución de los problemas si lo dirige alguien con experiencia administrativa y de organización para cumplir con la totalidad de las acciones comprometidas.

La capacidad de liderazgo se demuestra con la conformación de equipos de trabajo y la mano firme para no permitir ningún tipo de desviación respecto a la transparencia y el ejercicio honesto y eficiente de los recursos públicos.

En los tiempos que corren, los ciudadanos están altamente politizados y buscan opciones de gobierno válidas y realistas. Ya no quieren promesas, exigen respuestas con ejes estratégicos y acciones claramente orientadas a la solución de los grandes problemas que les aquejan. El margen de engaño y promesas que endulzan los oídos, ya no tienen cabida entre la población.

El pasado 14 de mayo iniciaron los procesos electorales para elegir presidentes municipales, regidores y diputados locales para todo el estado de Querétaro. Es un proceso que, sin perder la dimensión de lo que ocurre en el ámbito nacional, contiene una carga más local porque se trata de elegir a nuestras autoridades inmediatas, que son con las que los ciudadanos tienen mayor relación a la hora de buscar soluciones a sus demandas.

En sentido estricto, en Querétaro estamos hablando de elecciones intermedias debido a que se elige Gobernador cada seis años; como seguramente recordarán, Francisco Domínguez ganó las elecciones en 2015 y su periodo concluye en 2021. En cambio, en el caso de los ayuntamientos y diputaciones locales, los periodos establecidos en la legislación son de tres años con opción a una reelección.

En la Zona Metropolitana de Querétaro, que comprende los municipios de El Marqués, Corregidora, Querétaro y Huimilpan, solamente Mario Calzada, Presidente municipal de El Marqués está buscando reelegirse. Es la región más importante del estado pues congrega al 70% de la población del estado y su fuerza económica es determinante para toda la entidad. Y es en esta región, en la que la lucha por las presidencias municipales son las más intensas, donde los partidos buscan colocarse en las preferencias de los votantes para alcanzar el triunfo.

En el caso del municipio de Querétaro, desde el inicio de las campañas han quedado claros los aspectos que a la ciudadanía le interesa discutir y escuchar los planteamientos de las distintas fuerzas políticas registradas para los cargos populares. Seguridad, movilidad, servicios públicos, tramitología para obtener permisos o renovar licencias de obras, eficiencia administrativa y transparencia, que implica un combate franco y abierto a la corrupción, son los ejes trazados en la presente coyuntura electoral.

En mi opinión, existe un claro perfil de candidato que los ciudadanos quieren. Ese perfil contiene cuatro elementos principales: conocimiento, experiencia, empatía y liderazgo. El candidato que la ciudadanía busca es el que conoce Querétaro, a sus habitantes con sus problemáticas, tiene claridad respecto a las causas del problema, a los ejes centrales a enarbolar para resolverlos y sabe cuáles son las acciones a realizar para satisfacer las demandas de la población.

El candidato debe ser empático con los ciudadanos, tener capacidad de escucha, ganas de compartir los problemas, buscar soluciones conjuntas y generar un clima de confianza con la ciudadanía para poder transmitir sus ideas de una manera cordial y directa. La experiencia es indispensable en estos casos, pues un programa de gobierno solamente puede apuntar a la solución de los problemas si lo dirige alguien con experiencia administrativa y de organización para cumplir con la totalidad de las acciones comprometidas.

La capacidad de liderazgo se demuestra con la conformación de equipos de trabajo y la mano firme para no permitir ningún tipo de desviación respecto a la transparencia y el ejercicio honesto y eficiente de los recursos públicos.

En los tiempos que corren, los ciudadanos están altamente politizados y buscan opciones de gobierno válidas y realistas. Ya no quieren promesas, exigen respuestas con ejes estratégicos y acciones claramente orientadas a la solución de los grandes problemas que les aquejan. El margen de engaño y promesas que endulzan los oídos, ya no tienen cabida entre la población.

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