/ miércoles 4 de abril de 2018

El Bolígrafo - Estrategias de manipulación

Ahora que formalmente inician las campañas políticas es oportuno recordar la cruda sentencia de Otto Von Bismarck, político controversial y canciller alemán del siglo XIX que contribuyó a la unificación de Alemania “Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”. La frase es interesante porque en los siguientes tres meses, los candidatos a los puestos de representación popular nos endulzarán el oído con el objetivo de alcanzar una posición por medio de nuestro voto; esperamos un ejercicio democrático donde la ciudadanía pueda votar en favor del candidato que demuestre tener mayores posibilidades de concretar lo que está ofreciendo.

Traigo a mi columna semanal las ideas de Noam Chomsky, uno de los intelectuales más respetados y que se ha ocupado de estudiar las estrategias de manipulación masiva más utilizadas en la actualidad. Haré un apretado resumen de las ideas que me interesan resaltar.

La primera estrategia es la distracción, es la más recurrente y consiste en llamar la atención del público hacia temas irrelevantes. La segunda estrategia es lo que Chomsky llama reacción-solución, implica desatender o hacer crecer deliberadamente algún tema para hacer creer a los ciudadanos que se trata de un problema que demanda solución inmediata. La gradualidad es otra de las estrategias empleadas pues les permite a los candidatos introducir poco a poco medidas impopulares que normalmente la gente no aceptaría.

También está la estrategia que denomina diferir, es decir, hacer pensar a los ciudadanos que la medida es perjudicial temporalmente pero que a la larga traerá grandes beneficios. También se recurre a las infantilidades, hablarle al público como si fueran niños muy pequeños para intentar vencer la resistencia de la gente y neutralizar su sentido crítico. Igualmente se recurre al manejo emocional de las mayorías, buscando dirigir sus sentimientos para promover sus ideas y crear una liga afectiva de simpatía.

Estrategias más cuestionables que se utilizan en las campañas políticas son las de crear públicos ignorantes, complacientes y el inducir al votante a auto inculparse. Es bien sabido que conservar a la gente en la ignorancia es un recurso que en muchas ocasiones funciona aunque sea sumamente cuestionable; lo mismo ocurre con la promoción y utilización de ciertas modas y tendencias para persuadir a los votantes. Ni qué decir de la auto culpabilidad, esto es, tratar de hacer sentir a la gente que ellos son los culpables y responsables de los problemas que los aquejan.

Para Chomsky estas estrategias de manipulación tienen sus bases en el conocimiento del ser humano, la ciencia ha avanzado mucho en la biología y en la psicología individual y colectiva; sin embargo, no siempre se les utiliza con sentido humanista ni están al alcance de todos, lamentablemente, las campañas electorales se han convertido en laboratorios de manipulación de la conducta humana.

En mi opinión, para hacer crecer a nuestra democracia es necesario impulsar proyectos ciudadanos para tener una sociedad más educada, informada y participativa; pues no es admisible recurrir a estrategias de manipulación para inducir el voto, sumiendo en la ignorancia a la población. Como bien lo refiere Fernando Savater, los mayores enemigos de la democracia son la pobreza y la ignorancia. Esperemos que estos tres meses de campaña logremos identificar proyectos que apunten al enriquecimiento cultural en materia política y no a su empobrecimiento.

Ahora que formalmente inician las campañas políticas es oportuno recordar la cruda sentencia de Otto Von Bismarck, político controversial y canciller alemán del siglo XIX que contribuyó a la unificación de Alemania “Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”. La frase es interesante porque en los siguientes tres meses, los candidatos a los puestos de representación popular nos endulzarán el oído con el objetivo de alcanzar una posición por medio de nuestro voto; esperamos un ejercicio democrático donde la ciudadanía pueda votar en favor del candidato que demuestre tener mayores posibilidades de concretar lo que está ofreciendo.

Traigo a mi columna semanal las ideas de Noam Chomsky, uno de los intelectuales más respetados y que se ha ocupado de estudiar las estrategias de manipulación masiva más utilizadas en la actualidad. Haré un apretado resumen de las ideas que me interesan resaltar.

La primera estrategia es la distracción, es la más recurrente y consiste en llamar la atención del público hacia temas irrelevantes. La segunda estrategia es lo que Chomsky llama reacción-solución, implica desatender o hacer crecer deliberadamente algún tema para hacer creer a los ciudadanos que se trata de un problema que demanda solución inmediata. La gradualidad es otra de las estrategias empleadas pues les permite a los candidatos introducir poco a poco medidas impopulares que normalmente la gente no aceptaría.

También está la estrategia que denomina diferir, es decir, hacer pensar a los ciudadanos que la medida es perjudicial temporalmente pero que a la larga traerá grandes beneficios. También se recurre a las infantilidades, hablarle al público como si fueran niños muy pequeños para intentar vencer la resistencia de la gente y neutralizar su sentido crítico. Igualmente se recurre al manejo emocional de las mayorías, buscando dirigir sus sentimientos para promover sus ideas y crear una liga afectiva de simpatía.

Estrategias más cuestionables que se utilizan en las campañas políticas son las de crear públicos ignorantes, complacientes y el inducir al votante a auto inculparse. Es bien sabido que conservar a la gente en la ignorancia es un recurso que en muchas ocasiones funciona aunque sea sumamente cuestionable; lo mismo ocurre con la promoción y utilización de ciertas modas y tendencias para persuadir a los votantes. Ni qué decir de la auto culpabilidad, esto es, tratar de hacer sentir a la gente que ellos son los culpables y responsables de los problemas que los aquejan.

Para Chomsky estas estrategias de manipulación tienen sus bases en el conocimiento del ser humano, la ciencia ha avanzado mucho en la biología y en la psicología individual y colectiva; sin embargo, no siempre se les utiliza con sentido humanista ni están al alcance de todos, lamentablemente, las campañas electorales se han convertido en laboratorios de manipulación de la conducta humana.

En mi opinión, para hacer crecer a nuestra democracia es necesario impulsar proyectos ciudadanos para tener una sociedad más educada, informada y participativa; pues no es admisible recurrir a estrategias de manipulación para inducir el voto, sumiendo en la ignorancia a la población. Como bien lo refiere Fernando Savater, los mayores enemigos de la democracia son la pobreza y la ignorancia. Esperemos que estos tres meses de campaña logremos identificar proyectos que apunten al enriquecimiento cultural en materia política y no a su empobrecimiento.

ÚLTIMASCOLUMNAS
miércoles 19 de diciembre de 2018

El Bolígrafo - 2018

Raúl Iturralde

miércoles 12 de diciembre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 05 de diciembre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 28 de noviembre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 21 de noviembre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 14 de noviembre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 07 de noviembre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 31 de octubre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 24 de octubre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

miércoles 17 de octubre de 2018

El Bolígrafo

Raúl Iturralde

Cargar Más