/ lunes 17 de febrero de 2020

El Campo de los Sueños

Tomahawk


Los Bravos, es la franquicia más antigua del deporte organizado de la Unión Americana. Fundada en 1871 como los Red Stockings de Boston, fueron renombrados como Bravos en 1912, en referencia a una tribu originaria de Norte América y son el único equipo en ganar un título en tres distintas ciudades, Boston (1941), Milwaukee (1957) y Atlanta (1995).

Durante la década de los ochenta, época en la que comenzaba a seguir las Grandes Ligas, los Bravos de Atlanta, compartían la División Oeste de la Liga Nacional, con mi equipo, los Dodgers de Los Ángeles y a pesar de contar con uno de los mejores peloteros de aquellos tiempos, Dale Murphy, ganador en dos ocasiones del trofeo al Jugador Más Valioso, los Bravos eran el rival más débil. Entre 1985 y 1990, Atlanta promedió apenas 65 victorias por temporada, siendo 1988 la campaña más desastrosa en la cual apenas consiguieron 56 triunfos.

Para la campaña de 1991, los Bravos de Atlanta, realizaron una fuerte reestructuración: Bobby Cox, quien se desempeñaba como Gerente General, dejó las oficinas y se puso el uniforme para dirigir al equipo; Dale Murphy, después de 15 temporadas con la organización, fue traspasado a los Filis de Filadelfia y tres jóvenes lanzadores, Tom Glavine, John Smoltz y Steve Avery, eran la apuesta a futuro de la organización. Para la primera mitad de dicha temporada, la historia de fracasos de la última década, parecía repetirse, sin embargo, un cierre espectacular, en los últimos tres meses, permitió a los Bravos superar por un juego a los Dodgers y conseguir el banderín divisional.

La gente en Atlanta se volcó en favor de su equipo. Durante los partidos de la Serie de Campeonato jugados en el Estadio Full County, los canticos de la fanaticada y el movimiento de los brazos con el hacha de hule espuma, conocida como Tomahawk, erizaban la piel. Los Bravos, vencerían a los Piratas de Pittsburgh de Bobby Bonilla, Barry Bonds y Andy Van Slyke, para alcanzar su primera Serie Mundial en más de treinta años.

El Clásico de Otoño de 1991, entre los Bravos de Atlanta y los Mellizos de Minnesota es probablemente la más emocionante que se haya jugado en el mejor béisbol del planeta. De los siete juegos disputados, cinco de ellos fueron decididos por una carrera, cuatro ganados en el último lanzamiento y tres requirieron de entradas adicionales. Los Mellizos acabarían levantando el trofeo, gracias a una blanqueada de diez entradas de Jack “El Gato” Morris” en el juego séptimo.

Los cánticos y los Tomahawk fueron un espectáculo regular por un largo periodo de tiempo. A partir de 1991, los Bravos de Atlanta ganarían 14 veces consecutivas el banderín de su división, alcanzando la Serie Mundial en 5 ocasiones, de las cuales, únicamente en la de 1995, se alzarían como campeones.

Las glorias efímeras e individuales de Dale Murphy, fueron sustituidas por una de las más grandes dinastías de las Grandes Ligas que regaló a los fanáticos de la pelota caliente a cinco integrantes del Salón de la Fama, Greg Maddux, Tom Glavine, John Smoltz, Chipper Jones y Bobby Cox.

Para el 2020, los cánticos y los Tomahawk se escucharán continuamente. Atlanta es sin duda, el equipo a vencer en la División Este de la Liga Nacional y uno de los candidatos al título

Mail: miguelparrodi@hotmail.com

Twitter: @MiguelParrodi

Tomahawk


Los Bravos, es la franquicia más antigua del deporte organizado de la Unión Americana. Fundada en 1871 como los Red Stockings de Boston, fueron renombrados como Bravos en 1912, en referencia a una tribu originaria de Norte América y son el único equipo en ganar un título en tres distintas ciudades, Boston (1941), Milwaukee (1957) y Atlanta (1995).

Durante la década de los ochenta, época en la que comenzaba a seguir las Grandes Ligas, los Bravos de Atlanta, compartían la División Oeste de la Liga Nacional, con mi equipo, los Dodgers de Los Ángeles y a pesar de contar con uno de los mejores peloteros de aquellos tiempos, Dale Murphy, ganador en dos ocasiones del trofeo al Jugador Más Valioso, los Bravos eran el rival más débil. Entre 1985 y 1990, Atlanta promedió apenas 65 victorias por temporada, siendo 1988 la campaña más desastrosa en la cual apenas consiguieron 56 triunfos.

Para la campaña de 1991, los Bravos de Atlanta, realizaron una fuerte reestructuración: Bobby Cox, quien se desempeñaba como Gerente General, dejó las oficinas y se puso el uniforme para dirigir al equipo; Dale Murphy, después de 15 temporadas con la organización, fue traspasado a los Filis de Filadelfia y tres jóvenes lanzadores, Tom Glavine, John Smoltz y Steve Avery, eran la apuesta a futuro de la organización. Para la primera mitad de dicha temporada, la historia de fracasos de la última década, parecía repetirse, sin embargo, un cierre espectacular, en los últimos tres meses, permitió a los Bravos superar por un juego a los Dodgers y conseguir el banderín divisional.

La gente en Atlanta se volcó en favor de su equipo. Durante los partidos de la Serie de Campeonato jugados en el Estadio Full County, los canticos de la fanaticada y el movimiento de los brazos con el hacha de hule espuma, conocida como Tomahawk, erizaban la piel. Los Bravos, vencerían a los Piratas de Pittsburgh de Bobby Bonilla, Barry Bonds y Andy Van Slyke, para alcanzar su primera Serie Mundial en más de treinta años.

El Clásico de Otoño de 1991, entre los Bravos de Atlanta y los Mellizos de Minnesota es probablemente la más emocionante que se haya jugado en el mejor béisbol del planeta. De los siete juegos disputados, cinco de ellos fueron decididos por una carrera, cuatro ganados en el último lanzamiento y tres requirieron de entradas adicionales. Los Mellizos acabarían levantando el trofeo, gracias a una blanqueada de diez entradas de Jack “El Gato” Morris” en el juego séptimo.

Los cánticos y los Tomahawk fueron un espectáculo regular por un largo periodo de tiempo. A partir de 1991, los Bravos de Atlanta ganarían 14 veces consecutivas el banderín de su división, alcanzando la Serie Mundial en 5 ocasiones, de las cuales, únicamente en la de 1995, se alzarían como campeones.

Las glorias efímeras e individuales de Dale Murphy, fueron sustituidas por una de las más grandes dinastías de las Grandes Ligas que regaló a los fanáticos de la pelota caliente a cinco integrantes del Salón de la Fama, Greg Maddux, Tom Glavine, John Smoltz, Chipper Jones y Bobby Cox.

Para el 2020, los cánticos y los Tomahawk se escucharán continuamente. Atlanta es sin duda, el equipo a vencer en la División Este de la Liga Nacional y uno de los candidatos al título

Mail: miguelparrodi@hotmail.com

Twitter: @MiguelParrodi

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