/ domingo 16 de agosto de 2020

El Cronista Sanjuanense

Plaza de los Fundadores

Remontémonos al origen de esta plaza que fue fincada sobre el antiguo atrio y camposanto de la parroquia de San Juan Bautista.

Aunque los antecedentes de la ubicación de este recinto religioso proceden del siglo XVI, la construcción del que fue el antiguo templo de Naturales, con el aspecto que conocemos hasta nuestros días, data del año 1731. El templo mira hacia el poniente y frente a él se dispuso un atrio que fue usado como cementerio hasta la aplicación de las Leyes de Reforma en que se prohíbe enterrar difuntos tanto en el interior como en los atrios de los templos; nacieron así los panteones civiles y así el Panteón 1 a un lado del Puente de Piedra (Puente de la Historia).

El atrio continuó siéndolo hasta finales del siglo XIX cuando, motivado por la llegada del ferrocarril a San Juan del Río en el año 1881 y con el movimiento arduo de pasajeros desde la estación hacia el centro de la ciudad que antes se hacía por la actual calle 5 de Mayo, provocó el abrir de forma necesaria un arteria que diera acceso directo; es así como surge la Calzada Hidalgo, precisamente desde la estación del ferrocarril hasta el atrio del que para entonces era el templo del Sagrado Corazón de Jesús. Se abrió la calle pues y se cortó el atrio para prolongar la calzada uniéndola con la antigua calle de los Infantes (actual calle Hidalgo).

El ayuntamiento de aquel entonces decide erigir un jardín para el solaz público en el terreno que quedó del atrio al cual nombraron como Plazuela de San Juan Bautista. Tiempo después, para 1917, el gobierno local lo remoza y lo nombra oficialmente como Jardín Madero, en honor a la figura de Francisco Ignacio Madero, presidente de México (1911-1913). Este vergel era algo rústico y típico de una ciudad provinciana, se resguardaron los frondosos árboles que formaban parte del atrio, se construyó una fuente de agua -hecha de concreto- que simulaba troncos de árboles y se le dotó de un hermoso kiosco de forma octagonal hecho todo de hierro: columnas, techo y barandales, con base de concreto y detalles de cantera.

El Jardín Madero resultó atractivo para la gente de aquel tiempo. En los pueblos y ciudades pequeñas la ubicación del kiosco era particularmente importante. Por lo general la elección se centraba en tres lugares: el centro mismo de la población, el jardín público, o los paseos. En otros casos la erección del kiosco estaba en función de un proyecto global de urbanización, por ejemplo la creación de un jardín público. En el kiosco se presentaban serenatas musicales los domingos y días de fiesta, las parejas se recreaban dando vuelta en torno del mismo. Con el tiempo fue centro de eventos cívicos, coronación de la reina de la feria, lugar para mítines políticos, etc.

En 1981 la ciudad cumplió 450 años de su fundación y el presidente municipal Jorge Herbert Pérez dispuso remodelar el jardín. Encargó un proyecto el cual consistió en nuevo trazo a las banquetas, las callecillas y los prados, se bajó el nivel de la parte central del terreno y el kiosco quedó más esbelto, se respetó su forma y se le dotó en la parte baja de un espacio para fuente de sodas. Se eliminó la fuente de agua y en su lugar se construyó una pequeña glorieta con un monumento al centro, de forma piramidal y coronado por una cruz de cantera, a la memoria de los fundadores de San Juan del Río en 1531: Nicolás de San Luis Montañez, Juan Mexici y Fray Juan Bautista. Este monumento también representa el sitio a partir del cual se marcó el fundo legal español que dio inicio a la edificación de la ciudad. Finalmente, por acuerdo del ayuntamiento, se le dio el nombre oficial de Plaza de los Fundadores.

Plaza de los Fundadores

Remontémonos al origen de esta plaza que fue fincada sobre el antiguo atrio y camposanto de la parroquia de San Juan Bautista.

Aunque los antecedentes de la ubicación de este recinto religioso proceden del siglo XVI, la construcción del que fue el antiguo templo de Naturales, con el aspecto que conocemos hasta nuestros días, data del año 1731. El templo mira hacia el poniente y frente a él se dispuso un atrio que fue usado como cementerio hasta la aplicación de las Leyes de Reforma en que se prohíbe enterrar difuntos tanto en el interior como en los atrios de los templos; nacieron así los panteones civiles y así el Panteón 1 a un lado del Puente de Piedra (Puente de la Historia).

El atrio continuó siéndolo hasta finales del siglo XIX cuando, motivado por la llegada del ferrocarril a San Juan del Río en el año 1881 y con el movimiento arduo de pasajeros desde la estación hacia el centro de la ciudad que antes se hacía por la actual calle 5 de Mayo, provocó el abrir de forma necesaria un arteria que diera acceso directo; es así como surge la Calzada Hidalgo, precisamente desde la estación del ferrocarril hasta el atrio del que para entonces era el templo del Sagrado Corazón de Jesús. Se abrió la calle pues y se cortó el atrio para prolongar la calzada uniéndola con la antigua calle de los Infantes (actual calle Hidalgo).

El ayuntamiento de aquel entonces decide erigir un jardín para el solaz público en el terreno que quedó del atrio al cual nombraron como Plazuela de San Juan Bautista. Tiempo después, para 1917, el gobierno local lo remoza y lo nombra oficialmente como Jardín Madero, en honor a la figura de Francisco Ignacio Madero, presidente de México (1911-1913). Este vergel era algo rústico y típico de una ciudad provinciana, se resguardaron los frondosos árboles que formaban parte del atrio, se construyó una fuente de agua -hecha de concreto- que simulaba troncos de árboles y se le dotó de un hermoso kiosco de forma octagonal hecho todo de hierro: columnas, techo y barandales, con base de concreto y detalles de cantera.

El Jardín Madero resultó atractivo para la gente de aquel tiempo. En los pueblos y ciudades pequeñas la ubicación del kiosco era particularmente importante. Por lo general la elección se centraba en tres lugares: el centro mismo de la población, el jardín público, o los paseos. En otros casos la erección del kiosco estaba en función de un proyecto global de urbanización, por ejemplo la creación de un jardín público. En el kiosco se presentaban serenatas musicales los domingos y días de fiesta, las parejas se recreaban dando vuelta en torno del mismo. Con el tiempo fue centro de eventos cívicos, coronación de la reina de la feria, lugar para mítines políticos, etc.

En 1981 la ciudad cumplió 450 años de su fundación y el presidente municipal Jorge Herbert Pérez dispuso remodelar el jardín. Encargó un proyecto el cual consistió en nuevo trazo a las banquetas, las callecillas y los prados, se bajó el nivel de la parte central del terreno y el kiosco quedó más esbelto, se respetó su forma y se le dotó en la parte baja de un espacio para fuente de sodas. Se eliminó la fuente de agua y en su lugar se construyó una pequeña glorieta con un monumento al centro, de forma piramidal y coronado por una cruz de cantera, a la memoria de los fundadores de San Juan del Río en 1531: Nicolás de San Luis Montañez, Juan Mexici y Fray Juan Bautista. Este monumento también representa el sitio a partir del cual se marcó el fundo legal español que dio inicio a la edificación de la ciudad. Finalmente, por acuerdo del ayuntamiento, se le dio el nombre oficial de Plaza de los Fundadores.