/ domingo 29 de agosto de 2021

El cronista sanjuanense | La llorona

Muchos de nosotros crecimos escuchando historias sobre La Llorona. A medida que nuestros antepasados envejecían, comenzaban a cuestionar el origen de tal leyenda; lo seguimos haciendo hasta hoy. Algunos creen que La Llorona era una mujer nativa que tuvo hijos con un español durante la época colonial y decidió ahogar a sus hijos después de que él la abandonó. Otros dicen que La Llorona es La Malinche que regresa con remordimiento por su “traición” hacia los indígenas. Hay muchas versiones sobre el origen de La Llorona, pero ¿qué dicen los primeros textos históricos sobre la misteriosa mujer vestida de blanco que llora por sus hijos?

Los documentos más antiguos en los que se menciona a una mujer con las características de La Llorona se encuentran en el Códice Florentino, también conocido como “Historia general de las cosas de Nueva España”, obra escrita, traducida, editada y supervisada por el religioso franciscano español Bernardino de Sahagún. El Códice Florentino se encuentra en la Biblioteca Laurentina de Florencia (Italia), está compuesto por doce libros y fue elaborado entre los años 1540 y 1585. El historiador mexicano Miguel León-Portilla llamó a esta sección del Códice florentino "Testimonios de los informantes de Sahagún". Estudiantes nativos de Tlatelolco recolectaron testimonios de primera mano de ancianos nativos con la supervisión de Sahagún.

En el libro doce del Códice Florentino, los ancianos nativos declararon que diez años antes de la llegada de los españoles, los mexicas y en particular Motecuhzoma (Moctezuma II), comenzaron a presenciar una serie de presagios. Estas profecías señalaron la llegada de hombres que hicieron la guerra y la caída de Tenochtitlán. El presagio número seis dice que muchas veces se escuchó a una mujer llorar y gritar por la noche: "¡Hijos míos, ahora tenemos que irnos muy lejos!" Otras veces ella decía: "Hijos míos, ¿adónde los llevaré?". El pasaje está acompañado por una ilustración de la mujer nativa, llorando, descalza y agarrándose las manos, en actitud de desesperación.

Los libros primero y octavo del Códice florentino indican que la mujer, que llora de noche preocupada por sus hijos, se trata de la diosa Cihuacóatl, cuyo nombre significa "mujer serpiente". En el capítulo seis del primer libro, Sahagún narra algunas apariciones de Cihuacóatl. Él describe su atuendo como "blanco, con su cabello como si tuviera cuernos cruzados sobre su frente". La versión original de este pasaje, escrito en náhuatl, afirma que Cihuacóatl estaba cubierta de “tiza” (arcilla blanca) y “aparecería de noche vestida de blanco, caminando y llorando”. El libro octavo del Códice Florentino dice que una terrible hambruna ocurrió durante tres años durante el reinado de Motecuhzoma, antes de la llegada de los españoles, y "el diablo que se llama Cihuacóatl aparecía y andaba llorando por las calles de México". La versión náhuatl de este pasaje menciona que todos la oirían llorar y decir: "Mis queridos hijos, los voy a dejar ahora". El libro octavo también dice que durante el sexto presagio se escuchó una voz que lloraba y decía: “Oh, hijos míos, estamos a punto de perdernos”. La voz también gritaba: “Hijos míos, ¿a dónde los llevo?”. Al comienzo del texto que describe el sexto presagio, una ilustración muestra a Cihuacóatl: cabeza de mujer, cabello peinado como cuernos y cuerpo de serpiente. El capítulo dos hace una afirmación aterradora que ocurrió luego de la conquista: Cihuacóatl se comió un niño que estaba en su cuna en el pueblo de "Azcaputzalco".

Después de la llegada de los españoles, durante el México colonial, la historia de La Llorona evolucionó y se convirtió en una leyenda. La versión popular de hoy culpa a La Llorona de sus propias lágrimas y exonera a los españoles. No menciona la predecible destrucción de Tenochtitlan y la llegada de los europeos. Es importante entender que La Llorona no es solo una leyenda incrustada en el folklore, sino que es parte del registro histórico de México.

La llorona surgió como un mito ancestral prehispánico, se constituyó como leyenda literaria y creó un personaje mítico. Representa la leyenda más popular de México y que se conoce también en el resto de los países hispanoamericanos y en el sur de los Estado Unidos de América.

Existen un sin número de versiones de la leyenda de La Llorona en prosa, pero también en canciones, películas, obras de teatro, imágenes y desde luego en la tradición oral, ese de boca en boca que mantiene vigentes los mitos y las leyendas.

Muchos de nosotros crecimos escuchando historias sobre La Llorona. A medida que nuestros antepasados envejecían, comenzaban a cuestionar el origen de tal leyenda; lo seguimos haciendo hasta hoy. Algunos creen que La Llorona era una mujer nativa que tuvo hijos con un español durante la época colonial y decidió ahogar a sus hijos después de que él la abandonó. Otros dicen que La Llorona es La Malinche que regresa con remordimiento por su “traición” hacia los indígenas. Hay muchas versiones sobre el origen de La Llorona, pero ¿qué dicen los primeros textos históricos sobre la misteriosa mujer vestida de blanco que llora por sus hijos?

Los documentos más antiguos en los que se menciona a una mujer con las características de La Llorona se encuentran en el Códice Florentino, también conocido como “Historia general de las cosas de Nueva España”, obra escrita, traducida, editada y supervisada por el religioso franciscano español Bernardino de Sahagún. El Códice Florentino se encuentra en la Biblioteca Laurentina de Florencia (Italia), está compuesto por doce libros y fue elaborado entre los años 1540 y 1585. El historiador mexicano Miguel León-Portilla llamó a esta sección del Códice florentino "Testimonios de los informantes de Sahagún". Estudiantes nativos de Tlatelolco recolectaron testimonios de primera mano de ancianos nativos con la supervisión de Sahagún.

En el libro doce del Códice Florentino, los ancianos nativos declararon que diez años antes de la llegada de los españoles, los mexicas y en particular Motecuhzoma (Moctezuma II), comenzaron a presenciar una serie de presagios. Estas profecías señalaron la llegada de hombres que hicieron la guerra y la caída de Tenochtitlán. El presagio número seis dice que muchas veces se escuchó a una mujer llorar y gritar por la noche: "¡Hijos míos, ahora tenemos que irnos muy lejos!" Otras veces ella decía: "Hijos míos, ¿adónde los llevaré?". El pasaje está acompañado por una ilustración de la mujer nativa, llorando, descalza y agarrándose las manos, en actitud de desesperación.

Los libros primero y octavo del Códice florentino indican que la mujer, que llora de noche preocupada por sus hijos, se trata de la diosa Cihuacóatl, cuyo nombre significa "mujer serpiente". En el capítulo seis del primer libro, Sahagún narra algunas apariciones de Cihuacóatl. Él describe su atuendo como "blanco, con su cabello como si tuviera cuernos cruzados sobre su frente". La versión original de este pasaje, escrito en náhuatl, afirma que Cihuacóatl estaba cubierta de “tiza” (arcilla blanca) y “aparecería de noche vestida de blanco, caminando y llorando”. El libro octavo del Códice Florentino dice que una terrible hambruna ocurrió durante tres años durante el reinado de Motecuhzoma, antes de la llegada de los españoles, y "el diablo que se llama Cihuacóatl aparecía y andaba llorando por las calles de México". La versión náhuatl de este pasaje menciona que todos la oirían llorar y decir: "Mis queridos hijos, los voy a dejar ahora". El libro octavo también dice que durante el sexto presagio se escuchó una voz que lloraba y decía: “Oh, hijos míos, estamos a punto de perdernos”. La voz también gritaba: “Hijos míos, ¿a dónde los llevo?”. Al comienzo del texto que describe el sexto presagio, una ilustración muestra a Cihuacóatl: cabeza de mujer, cabello peinado como cuernos y cuerpo de serpiente. El capítulo dos hace una afirmación aterradora que ocurrió luego de la conquista: Cihuacóatl se comió un niño que estaba en su cuna en el pueblo de "Azcaputzalco".

Después de la llegada de los españoles, durante el México colonial, la historia de La Llorona evolucionó y se convirtió en una leyenda. La versión popular de hoy culpa a La Llorona de sus propias lágrimas y exonera a los españoles. No menciona la predecible destrucción de Tenochtitlan y la llegada de los europeos. Es importante entender que La Llorona no es solo una leyenda incrustada en el folklore, sino que es parte del registro histórico de México.

La llorona surgió como un mito ancestral prehispánico, se constituyó como leyenda literaria y creó un personaje mítico. Representa la leyenda más popular de México y que se conoce también en el resto de los países hispanoamericanos y en el sur de los Estado Unidos de América.

Existen un sin número de versiones de la leyenda de La Llorona en prosa, pero también en canciones, películas, obras de teatro, imágenes y desde luego en la tradición oral, ese de boca en boca que mantiene vigentes los mitos y las leyendas.