/ domingo 26 de julio de 2020

El Cronista Sanjuanense | Santiago apóstol

Dice la Biblia que Jesús ordenó a sus apóstoles esparcirse por el mundo y predicar el Evangelio. La tradición asegura que Pedro llegó a Roma; Tomás, a la India; Juan, a Asia Menor y Santiago el Mayor, a España. La narrativa popular ha intervenido para reconstruir el destino de los doce apóstoles. A menudo se ha utilizado la leyenda, género literario en prosa que tiene la particularidad de mezclar la ficción con la realidad y presentar los hechos extraordinarios como posibles o reales.

De acuerdo con las leyendas, Santiago el Mayor (llamado así para distinguirlo de otro de los apóstoles con el mismo nombre), en dos ocasiones estuvo en la antigua Hispania (España). La primera vez había ido a difundir el Evangelio, pero como sus prédicas no fructificaban entre los hispanos, que se resistían a cambiar sus costumbres paganas, el 12 de enero del año 40, mientras rezaba a orillas del río Ebro, sobre un pilar de mármol se le apareció la virgen María en carne mortal, es decir, cuando todavía vivía en Nazaret, y le pidió que se construyera una capilla en su honor. El templo fue levantado, y esta leyenda originó el culto a la Virgen del Pilar de Zaragoza, una de las devociones españolas más importantes, que aún sigue vigente.

El segundo viaje de Santiago a España tuvo consecuencias históricas notables. El santo, que estaba en Palestina, fue capturado por Herodes Agripa, quien lo ordenó degollar. Fue el primer apóstol martirizado, por lo cual en la iconografía cristiana se le representa con una espada, símbolo de su martirio. Cuenta la leyenda que por la noche sus discípulos furtivamente tomaron el cuerpo y lo embarcaron en una nave que, sin timón, fue conducida milagrosamente hasta Galicia, en España. Apenas desembarcaron, lo colocaron sobre una inmensa piedra, la cual, como si fuera de cera, repentinamente adoptó la forma de un ataúd y se convirtió milagrosamente en el sarcófago del santo. Después de varias vicisitudes, lograron trasladar el sarcófago a Compostela un 25 de julio, fecha que la Iglesia católica eligió para celebrar al apóstol.

El apóstol Santiago es el patrono de España y es uno de los santos más conocidos en México. El 25 de julio, día de su fiesta, en muchas localidades del país se realizan procesiones, misas, danzas tradicionales, rezos y cantos. Más de quinientos localidades, pueblos y ciudades en nuestro país llevan su nombre, como ejemplo la ciudad capital de nuestro estado: Santiago de Querétaro. Algunos de estos asentamientos se fundaron en el siglo XVI y otros se en los siglos posteriores a la Conquista. Muchas sumaron su antiguo nombre indígena al de Santiago, por ejemplo, Santiago Mexquititlán (Amealco).

Las leyendas protagonizadas por el santo se siguen transmitiendo entre sus devotos. Enmarcadas en las tradiciones populares, se han adaptado a las circunstancias históricas. Acompañado de su blanco “caballito”, la representación ecuestre del santo es la más querida por los feligreses. Ha sido venerado como el Tláloc mexicano ya que, según la tradición, ayudó a los conquistadores españoles a vencer a los nahuas en suelo mexicano y, posteriormente, se vinculó con el tiempo de lluvias y la espera de las cosechas.

La conquista de México y de América en general también fue concebida como una cruzada religiosa. En las crónicas de Indias del siglo XVI, como antes sucediera en los textos medievales, se registran las apariciones del santo en México, Guatemala y Perú en las guerras contra los indios. Ahora el enemigo a vencer son los indígenas y tristemente Santiago Matamoros se convierte en Santiago Mataindios.

La devoción a Santiago es una de las herencias medievales que trajeron los españoles a México. Al igual que en las leyendas medievales, el apóstol se aparece en momentos cruciales, ejemplo de ello es la famosa leyenda de la fundación de Querétaro, en la que se cuenta que cuando el ejército al servicio de la Corona española desfallecía ante el ímpetu de los indomables chichimecas en una guerra en el cerro del Sangremal, apareció en los cielos el Señor Santiago montado en brioso corcel blandiendo férrea espada y una gran cruz luminosa. Los naturales al verla, al grito de "Él es Dios", comenzaron a danzar, se rindieron y aceptaron la sumisión a los españoles.

Estas letras van dedicadas a Santiago de Querétaro, capital del estado, que ayer 25 de julio, día de Santiago El Mayor, cumplió 489 años de su fundación en 1531.

Dice la Biblia que Jesús ordenó a sus apóstoles esparcirse por el mundo y predicar el Evangelio. La tradición asegura que Pedro llegó a Roma; Tomás, a la India; Juan, a Asia Menor y Santiago el Mayor, a España. La narrativa popular ha intervenido para reconstruir el destino de los doce apóstoles. A menudo se ha utilizado la leyenda, género literario en prosa que tiene la particularidad de mezclar la ficción con la realidad y presentar los hechos extraordinarios como posibles o reales.

De acuerdo con las leyendas, Santiago el Mayor (llamado así para distinguirlo de otro de los apóstoles con el mismo nombre), en dos ocasiones estuvo en la antigua Hispania (España). La primera vez había ido a difundir el Evangelio, pero como sus prédicas no fructificaban entre los hispanos, que se resistían a cambiar sus costumbres paganas, el 12 de enero del año 40, mientras rezaba a orillas del río Ebro, sobre un pilar de mármol se le apareció la virgen María en carne mortal, es decir, cuando todavía vivía en Nazaret, y le pidió que se construyera una capilla en su honor. El templo fue levantado, y esta leyenda originó el culto a la Virgen del Pilar de Zaragoza, una de las devociones españolas más importantes, que aún sigue vigente.

El segundo viaje de Santiago a España tuvo consecuencias históricas notables. El santo, que estaba en Palestina, fue capturado por Herodes Agripa, quien lo ordenó degollar. Fue el primer apóstol martirizado, por lo cual en la iconografía cristiana se le representa con una espada, símbolo de su martirio. Cuenta la leyenda que por la noche sus discípulos furtivamente tomaron el cuerpo y lo embarcaron en una nave que, sin timón, fue conducida milagrosamente hasta Galicia, en España. Apenas desembarcaron, lo colocaron sobre una inmensa piedra, la cual, como si fuera de cera, repentinamente adoptó la forma de un ataúd y se convirtió milagrosamente en el sarcófago del santo. Después de varias vicisitudes, lograron trasladar el sarcófago a Compostela un 25 de julio, fecha que la Iglesia católica eligió para celebrar al apóstol.

El apóstol Santiago es el patrono de España y es uno de los santos más conocidos en México. El 25 de julio, día de su fiesta, en muchas localidades del país se realizan procesiones, misas, danzas tradicionales, rezos y cantos. Más de quinientos localidades, pueblos y ciudades en nuestro país llevan su nombre, como ejemplo la ciudad capital de nuestro estado: Santiago de Querétaro. Algunos de estos asentamientos se fundaron en el siglo XVI y otros se en los siglos posteriores a la Conquista. Muchas sumaron su antiguo nombre indígena al de Santiago, por ejemplo, Santiago Mexquititlán (Amealco).

Las leyendas protagonizadas por el santo se siguen transmitiendo entre sus devotos. Enmarcadas en las tradiciones populares, se han adaptado a las circunstancias históricas. Acompañado de su blanco “caballito”, la representación ecuestre del santo es la más querida por los feligreses. Ha sido venerado como el Tláloc mexicano ya que, según la tradición, ayudó a los conquistadores españoles a vencer a los nahuas en suelo mexicano y, posteriormente, se vinculó con el tiempo de lluvias y la espera de las cosechas.

La conquista de México y de América en general también fue concebida como una cruzada religiosa. En las crónicas de Indias del siglo XVI, como antes sucediera en los textos medievales, se registran las apariciones del santo en México, Guatemala y Perú en las guerras contra los indios. Ahora el enemigo a vencer son los indígenas y tristemente Santiago Matamoros se convierte en Santiago Mataindios.

La devoción a Santiago es una de las herencias medievales que trajeron los españoles a México. Al igual que en las leyendas medievales, el apóstol se aparece en momentos cruciales, ejemplo de ello es la famosa leyenda de la fundación de Querétaro, en la que se cuenta que cuando el ejército al servicio de la Corona española desfallecía ante el ímpetu de los indomables chichimecas en una guerra en el cerro del Sangremal, apareció en los cielos el Señor Santiago montado en brioso corcel blandiendo férrea espada y una gran cruz luminosa. Los naturales al verla, al grito de "Él es Dios", comenzaron a danzar, se rindieron y aceptaron la sumisión a los españoles.

Estas letras van dedicadas a Santiago de Querétaro, capital del estado, que ayer 25 de julio, día de Santiago El Mayor, cumplió 489 años de su fundación en 1531.