/ domingo 3 de julio de 2022

El cronista sanjuanense | Vicente Sánchez de la Barquera

Gracias a una recopilación de datos hecha por el historiador Lauro Jiménez, sabemos que este personaje fue originario de San Vicente de la Barquera —de donde tomó el apellido-, municipio ubicado en Cantabria, España. Se desconoce el año en que llegó del viejo mundo a la Nueva España.

En el siglo XVIII, fue propietario de la hacienda conocida como Santa Rosa Xajay, ubicada al oriente de San Juan del Río y que colindaba con las labores de la hacienda San Nicolás, perteneciente a Tequisquiapan. Santa Rosa ocupaba una gran extensión de terreno que formaba parte de la jurisdicción de San Juan del Río y del actual municipio de Tlaxcalilla, Hidalgo.

Contrajo matrimonio con doña Juliana Manuela Morales Pérez de Bocanegra — también asturiana—, hija de Manuel Morales y Baltasar y Ana Pérez de Bocanegra; ésta fue hija del capitán Nicolás Rafael Pérez de Bocanegra y Zúñiga, quien al inicio del siglo XVIII fue alguacil mayor del Santo Oficio en San Juan del Río y descendía de una de las familias fundadoras del pueblo.

Don Vicente y doña Manuela fueron padres del ilustres licenciado Juan María Wenceslao Sánchez de la Barquera y Morales, quien nació en la misma hacienda Santa Rosa en San Juan del Río; fue un destacado periodista, hombre de letras, apoyó de manera decisiva el movimiento de Independencia, formó parte de la organización secreta de “Los Guadalupes” que apoyó a los insurgentes y fue un reconocido político durante los primeros años del México independiente.

Al morir don Vicente, en su testamento —otorgado en San Juan del Río el 17 de septiembre de 1802— dispuso que parte de su capital se destinara al establecimiento de una escuela pública gratuita para los niños en el pueblo, sobre todo los más necesitados. Destinó fondos para salario anual del maestro, cuyo nombramiento lo dejó a cargo del señor cura, del Reverendo Padre prior de Santo Domingo y del señor juez de San Juan del Río.

Tiempo después, don José de León y Montero se dirigió al Fiscal de lo Civil por la Contaduría de Propios de México, diciéndole que hacía seis años que había fallecido en el pueblo de San Juan del Río don Vicente Sánchez de la Barquera y que no se había hecho nada con respecto al establecimiento de la escuela gratuita; por lo que suplicaba interviniera en el asunto. La contestación, de fecha 27 de septiembre de 1809, fue que ya se habían dirigido al corregidor de Querétaro para que activara el caso.

Mediante un oficio enviado a San Juan del Río el 17 de octubre de 1809, el corregidor Miguel Domínguez comunicó al señor León y Montero que ya se habían dirigido al señor José Torres del Campo, para ese tiempo dueño de la hacienda de Santa Rosa, para que pagara los réditos caídos que ascendían a mil quinientos pesos, y que con ello se comprara una casa proporcionada para la escuela.

Sin embargo, de todo ello nada se hizo, pues no se pagaron los réditos ni el capital, por haber caído esta obligación en el que más adelante fuera Comandante Militar y Político de la Jurisdicción, don José Torres del Campo. Seguramente el Comandante se valió de la Guerra de Independencia que se iniciaba, para no tramitar su adeudo; por esta causa, San Juan del Río se quedó sin escuela para niños pobres. A pesar de no haberse logrado los anhelos de don Vicente Sánchez de la Barquera, es benefactor del pueblo por sus buenas y piadosas intenciones.

Gracias a una recopilación de datos hecha por el historiador Lauro Jiménez, sabemos que este personaje fue originario de San Vicente de la Barquera —de donde tomó el apellido-, municipio ubicado en Cantabria, España. Se desconoce el año en que llegó del viejo mundo a la Nueva España.

En el siglo XVIII, fue propietario de la hacienda conocida como Santa Rosa Xajay, ubicada al oriente de San Juan del Río y que colindaba con las labores de la hacienda San Nicolás, perteneciente a Tequisquiapan. Santa Rosa ocupaba una gran extensión de terreno que formaba parte de la jurisdicción de San Juan del Río y del actual municipio de Tlaxcalilla, Hidalgo.

Contrajo matrimonio con doña Juliana Manuela Morales Pérez de Bocanegra — también asturiana—, hija de Manuel Morales y Baltasar y Ana Pérez de Bocanegra; ésta fue hija del capitán Nicolás Rafael Pérez de Bocanegra y Zúñiga, quien al inicio del siglo XVIII fue alguacil mayor del Santo Oficio en San Juan del Río y descendía de una de las familias fundadoras del pueblo.

Don Vicente y doña Manuela fueron padres del ilustres licenciado Juan María Wenceslao Sánchez de la Barquera y Morales, quien nació en la misma hacienda Santa Rosa en San Juan del Río; fue un destacado periodista, hombre de letras, apoyó de manera decisiva el movimiento de Independencia, formó parte de la organización secreta de “Los Guadalupes” que apoyó a los insurgentes y fue un reconocido político durante los primeros años del México independiente.

Al morir don Vicente, en su testamento —otorgado en San Juan del Río el 17 de septiembre de 1802— dispuso que parte de su capital se destinara al establecimiento de una escuela pública gratuita para los niños en el pueblo, sobre todo los más necesitados. Destinó fondos para salario anual del maestro, cuyo nombramiento lo dejó a cargo del señor cura, del Reverendo Padre prior de Santo Domingo y del señor juez de San Juan del Río.

Tiempo después, don José de León y Montero se dirigió al Fiscal de lo Civil por la Contaduría de Propios de México, diciéndole que hacía seis años que había fallecido en el pueblo de San Juan del Río don Vicente Sánchez de la Barquera y que no se había hecho nada con respecto al establecimiento de la escuela gratuita; por lo que suplicaba interviniera en el asunto. La contestación, de fecha 27 de septiembre de 1809, fue que ya se habían dirigido al corregidor de Querétaro para que activara el caso.

Mediante un oficio enviado a San Juan del Río el 17 de octubre de 1809, el corregidor Miguel Domínguez comunicó al señor León y Montero que ya se habían dirigido al señor José Torres del Campo, para ese tiempo dueño de la hacienda de Santa Rosa, para que pagara los réditos caídos que ascendían a mil quinientos pesos, y que con ello se comprara una casa proporcionada para la escuela.

Sin embargo, de todo ello nada se hizo, pues no se pagaron los réditos ni el capital, por haber caído esta obligación en el que más adelante fuera Comandante Militar y Político de la Jurisdicción, don José Torres del Campo. Seguramente el Comandante se valió de la Guerra de Independencia que se iniciaba, para no tramitar su adeudo; por esta causa, San Juan del Río se quedó sin escuela para niños pobres. A pesar de no haberse logrado los anhelos de don Vicente Sánchez de la Barquera, es benefactor del pueblo por sus buenas y piadosas intenciones.