/ domingo 9 de mayo de 2021

El cronista sanjuanense|La vara de Castilla

El hombre desde que hizo su aparición sobre la faz de la tierra ha tenido entre sus necesidades o saber contar, pesar y medir, etcétera.

En esta ocasión me referiré a la forma de medir algunas superficies y qué mejor que dedicar este espacio a los monumentos históricos, apreciados por su construcción y en sus medidas por propios y extraños.

Sin duda, quienes mejor dirigieron la construcción de diversos templos, casonas, palacios, plazas, trojes y demás, sobre todo en la época colonial, en un lapso de trescientos años, fueron en su gran mayoría españoles. La razón por la cual se conservan estas construcciones, es porque utilizaron para la traza de las mismas la vara de Castilla cuya longitud es de 0.8 35 metros es decir 83.5 centímetros.

La vara fue una unidad de longitud utilizada en la península ibérica, principalmente en España y Portugal y por consiguiente en las zonas de influencia hispana como lo es Iberoamérica y otras regiones de influencia colonial. La más empleada era la vara castellana, de Castilla o vara de Burgos, con la medida ya mencionada, tres veces el pie castellano de 0,278635 metros.

En la Relación de Méritos de Nicolás de San Luis Montañez, sobre la fundación española de San Juan del Río en el año 1531, se cuenta que se hizo el fundo del pueblo y en una enramada que también se fabricó, se hizo la primera capilla. Su fundo debía de tener dos mil quinientas varas cuadradas, y señalaron en cada una de las esquinas del fundo unas cruces de sabino verde. De esta manera quedó fundado el pueblo de San Juan del Río, el 24 de junio de 1531.

Ese sitio desde donde se marcó el fundo de San Juan del Río, es la actual Plaza de los Fundadores. Cómo se dijo, fueron dos mil quinientas varas, equivalente a más o menos mil setecientos cincuenta metros cuadrados. A partir de ahí se marcaron las primeras calles, que fueron cuatro, por lo que venían a resultar ocho calles al trazarse el cuadro.

Es que hacerse notar que las medidas del fundo legal, o para entender mejor, el espacio principal, centro del pueblo, es un plan original que se hacía en las fundaciones españolas a partir de la caída de México Tenochtitlan. Estas medidas sólo se refieren al primer cuadro a partir del cual saldrían todas las calles sobre las que después de construirían las casas y demás edificios importantes, desde luego el templo católico alrededor del mismo fundo, las casas consistoriales, entre otros, además de contar, al inicio, con una gran huerta.

En la misma relación de Montañez, se dice que inmediatamente se procedió a levantar la planta del presidio, que fue hecho de sabino con su techo. En cada una de las esquinas del fundo se fabricaron unas troneras, además de que en diferentes trechos se fabricaron otras troneras, que hacían un total de treinta y dos; todas ellas con bandera blanca de paz, con las armas de España. Fueron habitadas cada una de las troneras de las esquinas de este fundo, al Norte, por el principal llamado don Nicolás de la Mora; al Oriente, por don Juan Juárez; al Sur, por don Marcelo Chimal y, al Poniente, por don Alfonso de Guzmán; siendo nombrados estos señores alcaldes, fiscales, alguaciles mayores y doctrineros; quedándose con ellos cien indios católicos, que se acomodaron en las calles trazadas en el fundo legal del pueblo. Inmediatamente después de estas ceremonias, se pasó a firmar el acta de dicha fundación.

Fue señalado el centro del fundo legal con una cruz de piedra labrada. Esta cruz, a su vez, señalaba el centro de la población. Esta señal se encontraba en el cementerio que había hacia el poniente del antiguo templo de Naturales, actual parroquia de San Juan Bautista. En la primera década del siglo XX, cuando se alineó la antigua calle de los Infantes (Hidalgo) con la Calzada Nueva, fue demolido el Curato Viejo, llevándose de paso la cruz que aún existía, desapareciendo de este modo el centro del fundo legal.

La vara de Castilla se utilizó en México hasta el siglo XIX. Con esa medida se levantaron majestuosos monumentos, hoy considerados históricos. Muchos conquistadores españoles y sus aliados indígenas, caciques principalmente, portaban consigo un “bastón” que era una vara, misma vara que tenía la medida exacta de la Vara de Castilla, que servía, además de medir, como fusta para el caballo, para castigar a indígenas, entre otros.

El hombre desde que hizo su aparición sobre la faz de la tierra ha tenido entre sus necesidades o saber contar, pesar y medir, etcétera.

En esta ocasión me referiré a la forma de medir algunas superficies y qué mejor que dedicar este espacio a los monumentos históricos, apreciados por su construcción y en sus medidas por propios y extraños.

Sin duda, quienes mejor dirigieron la construcción de diversos templos, casonas, palacios, plazas, trojes y demás, sobre todo en la época colonial, en un lapso de trescientos años, fueron en su gran mayoría españoles. La razón por la cual se conservan estas construcciones, es porque utilizaron para la traza de las mismas la vara de Castilla cuya longitud es de 0.8 35 metros es decir 83.5 centímetros.

La vara fue una unidad de longitud utilizada en la península ibérica, principalmente en España y Portugal y por consiguiente en las zonas de influencia hispana como lo es Iberoamérica y otras regiones de influencia colonial. La más empleada era la vara castellana, de Castilla o vara de Burgos, con la medida ya mencionada, tres veces el pie castellano de 0,278635 metros.

En la Relación de Méritos de Nicolás de San Luis Montañez, sobre la fundación española de San Juan del Río en el año 1531, se cuenta que se hizo el fundo del pueblo y en una enramada que también se fabricó, se hizo la primera capilla. Su fundo debía de tener dos mil quinientas varas cuadradas, y señalaron en cada una de las esquinas del fundo unas cruces de sabino verde. De esta manera quedó fundado el pueblo de San Juan del Río, el 24 de junio de 1531.

Ese sitio desde donde se marcó el fundo de San Juan del Río, es la actual Plaza de los Fundadores. Cómo se dijo, fueron dos mil quinientas varas, equivalente a más o menos mil setecientos cincuenta metros cuadrados. A partir de ahí se marcaron las primeras calles, que fueron cuatro, por lo que venían a resultar ocho calles al trazarse el cuadro.

Es que hacerse notar que las medidas del fundo legal, o para entender mejor, el espacio principal, centro del pueblo, es un plan original que se hacía en las fundaciones españolas a partir de la caída de México Tenochtitlan. Estas medidas sólo se refieren al primer cuadro a partir del cual saldrían todas las calles sobre las que después de construirían las casas y demás edificios importantes, desde luego el templo católico alrededor del mismo fundo, las casas consistoriales, entre otros, además de contar, al inicio, con una gran huerta.

En la misma relación de Montañez, se dice que inmediatamente se procedió a levantar la planta del presidio, que fue hecho de sabino con su techo. En cada una de las esquinas del fundo se fabricaron unas troneras, además de que en diferentes trechos se fabricaron otras troneras, que hacían un total de treinta y dos; todas ellas con bandera blanca de paz, con las armas de España. Fueron habitadas cada una de las troneras de las esquinas de este fundo, al Norte, por el principal llamado don Nicolás de la Mora; al Oriente, por don Juan Juárez; al Sur, por don Marcelo Chimal y, al Poniente, por don Alfonso de Guzmán; siendo nombrados estos señores alcaldes, fiscales, alguaciles mayores y doctrineros; quedándose con ellos cien indios católicos, que se acomodaron en las calles trazadas en el fundo legal del pueblo. Inmediatamente después de estas ceremonias, se pasó a firmar el acta de dicha fundación.

Fue señalado el centro del fundo legal con una cruz de piedra labrada. Esta cruz, a su vez, señalaba el centro de la población. Esta señal se encontraba en el cementerio que había hacia el poniente del antiguo templo de Naturales, actual parroquia de San Juan Bautista. En la primera década del siglo XX, cuando se alineó la antigua calle de los Infantes (Hidalgo) con la Calzada Nueva, fue demolido el Curato Viejo, llevándose de paso la cruz que aún existía, desapareciendo de este modo el centro del fundo legal.

La vara de Castilla se utilizó en México hasta el siglo XIX. Con esa medida se levantaron majestuosos monumentos, hoy considerados históricos. Muchos conquistadores españoles y sus aliados indígenas, caciques principalmente, portaban consigo un “bastón” que era una vara, misma vara que tenía la medida exacta de la Vara de Castilla, que servía, además de medir, como fusta para el caballo, para castigar a indígenas, entre otros.