/ lunes 17 de febrero de 2020

El Espectador | Los de Huawei están muy indignados

“Estamos muy indignados porque el gobierno de Estados Unidos no ha escatimado en esfuerzos para estigmatizar a Huawei al utilizar asuntos de ciberseguridad. Si Estados Unidos descubre violaciones por parte de Huawei, nuevamente solicitamos solemnemente que Estados Unidos revele evidencia específica en lugar de utilizar a los medios para difundir mentiras”. Así respondió la empresa de Ren Zhengfei ante una nota de The Wall Street Journal que advierte que pueden acceder a las redes de telefonía móvil de todo el mundo a través de “back doors” diseñadas para el uso de las autoridades.

Claramente le dolió a los PR de Huawei que The Wall Street Journal publicara esta información, tomando en cuenta que están acostumbrados a comprar al medio a través de publicidad, como sucede en los países pobres con periódicos pobres y revistas de negocios a la medida. Pero en el caso del Journal, ni con la campaña de planas completas que les entregaron (“Don´t believe everything you hear”) lograron callarlos. Los chinos optaron por el ataque, una estrategia que habían estado evitando.

“Como quedó en evidencia en las filtraciones de Snowden , Estados Unidos ha estado accediendo de manera encubierta a redes de telecomunicaciones en todo el mundo, espiando a otros países por mucho tiempo. El reporte del Washington Post esta semana acerca de cómo la CIA utilizó a una compañía de encriptación para espiar a otros países por décadas, es sólo otra prueba”, agrega la compañía en un comunicado que movieron a escala global, en México a través de Alberto Romero Rodríguez , de Hill+Knowlton Strategies.

Los voceros del exmilitar dicen que las declaraciones de Estados Unidos son una cortina de humo: “Huawei nunca ha accedido ni accederá de manera encubierta a las redes de telecomunicaciones, ni tenemos la capacidad de hacerlo. The Wall Street Journal es claramente consciente de que el gobierno de Estados Unidos no puede ofrecer ninguna evidencia para fundamentar estas declaraciones, y aun así optó por repetir las mentiras difundidas por estos funcionarios estadounidenses. Esto refleja el sesgo de The Wall Street Journal contra Huawei y disminuye su credibilidad”.

Los que desde hace décadas escribimos de tecnología y negocios, que hemos visto el crecimiento de la empresa y conocemos casi todos los rincones desde donde operan, sabemos que han superado por mucho a las grandes empresas de telecomunicaciones estadounidenses, en muchos terrenos. El desarrollo de la tecnología 5G, por ejemplo, es un motivo de conflicto para los genios de Silicon Valley, Redmond y otros centros de investigación que se durmieron en sus laureles. Pero también sabemos que los chinos de Huawei tienen otra forma de ver el mundo y desde este lado no es bien visto que apoyen a ciertos gobiernos o que se mantengan con sus políticas de silencio radical ante los medios. En ese sentido, deberían entender que los reporteros no pierden credibilidad al informar de la realidad, pero sí al callarse después de que visitan su cuartel general o ser invitados a un viaje de prensa con los aspirantes a escritor de boletines más mansitos de las naciones en donde sigue conquistando espacios, como México.

“Estamos muy indignados porque el gobierno de Estados Unidos no ha escatimado en esfuerzos para estigmatizar a Huawei al utilizar asuntos de ciberseguridad. Si Estados Unidos descubre violaciones por parte de Huawei, nuevamente solicitamos solemnemente que Estados Unidos revele evidencia específica en lugar de utilizar a los medios para difundir mentiras”. Así respondió la empresa de Ren Zhengfei ante una nota de The Wall Street Journal que advierte que pueden acceder a las redes de telefonía móvil de todo el mundo a través de “back doors” diseñadas para el uso de las autoridades.

Claramente le dolió a los PR de Huawei que The Wall Street Journal publicara esta información, tomando en cuenta que están acostumbrados a comprar al medio a través de publicidad, como sucede en los países pobres con periódicos pobres y revistas de negocios a la medida. Pero en el caso del Journal, ni con la campaña de planas completas que les entregaron (“Don´t believe everything you hear”) lograron callarlos. Los chinos optaron por el ataque, una estrategia que habían estado evitando.

“Como quedó en evidencia en las filtraciones de Snowden , Estados Unidos ha estado accediendo de manera encubierta a redes de telecomunicaciones en todo el mundo, espiando a otros países por mucho tiempo. El reporte del Washington Post esta semana acerca de cómo la CIA utilizó a una compañía de encriptación para espiar a otros países por décadas, es sólo otra prueba”, agrega la compañía en un comunicado que movieron a escala global, en México a través de Alberto Romero Rodríguez , de Hill+Knowlton Strategies.

Los voceros del exmilitar dicen que las declaraciones de Estados Unidos son una cortina de humo: “Huawei nunca ha accedido ni accederá de manera encubierta a las redes de telecomunicaciones, ni tenemos la capacidad de hacerlo. The Wall Street Journal es claramente consciente de que el gobierno de Estados Unidos no puede ofrecer ninguna evidencia para fundamentar estas declaraciones, y aun así optó por repetir las mentiras difundidas por estos funcionarios estadounidenses. Esto refleja el sesgo de The Wall Street Journal contra Huawei y disminuye su credibilidad”.

Los que desde hace décadas escribimos de tecnología y negocios, que hemos visto el crecimiento de la empresa y conocemos casi todos los rincones desde donde operan, sabemos que han superado por mucho a las grandes empresas de telecomunicaciones estadounidenses, en muchos terrenos. El desarrollo de la tecnología 5G, por ejemplo, es un motivo de conflicto para los genios de Silicon Valley, Redmond y otros centros de investigación que se durmieron en sus laureles. Pero también sabemos que los chinos de Huawei tienen otra forma de ver el mundo y desde este lado no es bien visto que apoyen a ciertos gobiernos o que se mantengan con sus políticas de silencio radical ante los medios. En ese sentido, deberían entender que los reporteros no pierden credibilidad al informar de la realidad, pero sí al callarse después de que visitan su cuartel general o ser invitados a un viaje de prensa con los aspirantes a escritor de boletines más mansitos de las naciones en donde sigue conquistando espacios, como México.