/ jueves 23 de abril de 2020

El Teatro de la Repúbica

PRIMER ACTO. TODO ESTÁ CAMBIANDO. La emergencia sanitaria global por la pandemia ocasionada por el covid-19 ha impactado en todos los ámbitos. Y si bien la salud pública es la prioridad, el impacto económico previsto se asemeja a la gran ola de un tsunami que sabemos golpeará con fuerza causando graves daños y cambiando el paisaje económico para siempre. La parte social también sufre una metamorfosis. Los meses de aislamiento están gestando nuevas formas de convivencia, interacción, educación, trabajo y entretenimiento que, en mayor o menor medida, trascenderán. Lo político es un enigma, no solo en México sino en el mundo. De celebrarse, ¿cómo resultarán las elecciones norteamericanas? ¿De qué manera se alteran el tablero y las fichas de la elección intermedia en México? Verdaderos misterios que únicamente el tiempo resolverá. Las manifestaciones culturales tampoco saldrán intocadas, en breve veremos una profunda influencia de esta época en todas las artes. Y las prioridades científicas, sin lugar a dudas, también sufrirán ajustes. Probablemente la obsesión de viajar a Marte cederá importancia y recursos a los programas epidemiológicos.

SEGUNDO ACTO. PANDEMIA Y DERECHOS HUMANOS. En este orden de ideas, también hay aspectos específicos tocados por los tiempos que estamos viviendo. Por citar un ejemplo, los derechos humanos y la bioética. Con relación a los primeros, Javier Romo Michaud, gran amigo y destacado académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, nos hizo llegar la interesante Resolución 1/2020 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denominada “Pandemia y Derechos Humanos en las Américas”. Es un texto más que recomendable para todos los involucrados en la tutela de los derechos fundamentales. El argumento central de la resolución es que las medidas que implementen los Estados para enfrentar la pandemia “deben tener como centro el pleno respeto de los derechos humanos”. No tiene desperdicio la introducción del documento. Con un crudo conocimiento de causa, la CIDH afirma que para las naciones americanas el reto de la pandemia es aún mayor, tanto en lo que respecta a las medidas sanitarias como a las capacidades económicas, toda vez que “las Américas es la región más desigual del planeta, caracterizada por profundas brechas sociales en que la pobreza y la pobreza extrema constituyen un problema transversal a todos los Estados de la región”. Después hace un recuento de la marginalidad americana reconociendo diversas condiciones que prevalecen como: precariedad en el acceso al agua potable y al saneamiento; inseguridad alimentaria; contaminación ambiental; falta de vivienda; altas tasas de informalidad laboral; ingresos precarios; altos índices de violencia generalizada y especialmente por razones de género; corrupción; impunidad; crisis penitenciarias; preocupante extensión del fenómeno de la migración, del desplazamiento forzado y personas refugiadas; y, la discriminación estructural en contra de grupos en situación de especial vulnerabilidad.

TERCER ACTO. RECOMENDACIONES. Ante este desgarrador panorama, los efectos y medidas para prevenir y atender la pandemia adquieren matices aún más dramáticos y potencialmente injustos. Por ello, en su parte sustantiva la Resolución 1/2020 de la CIDH emite 85 valiosas recomendaciones específicas a los Estados, organizadas en los siguientes rubros: principios generales; derechos económicos, sociales, culturales y ambientales - los famosos DESCA -; estados de excepción, restricciones a las libertades fundamentales y Estado de Derecho; grupos en especial situación de vulnerabilidad; personas mayores; personas privadas de libertad; mujeres; pueblos indígenas; personas migrantes; niños, niñas y adolescentes; personas LGBTI; personas afrodescendientes; personas con discapacidad; y, cooperación internacional e intercambio de buenas prácticas.

TRAS BAMBALINAS. DIRECTRICES. Se trata pues de una serie de sugerencias bien planteadas que conviene tomar en cuenta. De ahí que hagamos votos para que las conozcan y utilicen como directrices todas las autoridades de los distintos niveles de gobierno que están tomando decisiones para enfrentar al covid-19.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. TODO ESTÁ CAMBIANDO. La emergencia sanitaria global por la pandemia ocasionada por el covid-19 ha impactado en todos los ámbitos. Y si bien la salud pública es la prioridad, el impacto económico previsto se asemeja a la gran ola de un tsunami que sabemos golpeará con fuerza causando graves daños y cambiando el paisaje económico para siempre. La parte social también sufre una metamorfosis. Los meses de aislamiento están gestando nuevas formas de convivencia, interacción, educación, trabajo y entretenimiento que, en mayor o menor medida, trascenderán. Lo político es un enigma, no solo en México sino en el mundo. De celebrarse, ¿cómo resultarán las elecciones norteamericanas? ¿De qué manera se alteran el tablero y las fichas de la elección intermedia en México? Verdaderos misterios que únicamente el tiempo resolverá. Las manifestaciones culturales tampoco saldrán intocadas, en breve veremos una profunda influencia de esta época en todas las artes. Y las prioridades científicas, sin lugar a dudas, también sufrirán ajustes. Probablemente la obsesión de viajar a Marte cederá importancia y recursos a los programas epidemiológicos.

SEGUNDO ACTO. PANDEMIA Y DERECHOS HUMANOS. En este orden de ideas, también hay aspectos específicos tocados por los tiempos que estamos viviendo. Por citar un ejemplo, los derechos humanos y la bioética. Con relación a los primeros, Javier Romo Michaud, gran amigo y destacado académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, nos hizo llegar la interesante Resolución 1/2020 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denominada “Pandemia y Derechos Humanos en las Américas”. Es un texto más que recomendable para todos los involucrados en la tutela de los derechos fundamentales. El argumento central de la resolución es que las medidas que implementen los Estados para enfrentar la pandemia “deben tener como centro el pleno respeto de los derechos humanos”. No tiene desperdicio la introducción del documento. Con un crudo conocimiento de causa, la CIDH afirma que para las naciones americanas el reto de la pandemia es aún mayor, tanto en lo que respecta a las medidas sanitarias como a las capacidades económicas, toda vez que “las Américas es la región más desigual del planeta, caracterizada por profundas brechas sociales en que la pobreza y la pobreza extrema constituyen un problema transversal a todos los Estados de la región”. Después hace un recuento de la marginalidad americana reconociendo diversas condiciones que prevalecen como: precariedad en el acceso al agua potable y al saneamiento; inseguridad alimentaria; contaminación ambiental; falta de vivienda; altas tasas de informalidad laboral; ingresos precarios; altos índices de violencia generalizada y especialmente por razones de género; corrupción; impunidad; crisis penitenciarias; preocupante extensión del fenómeno de la migración, del desplazamiento forzado y personas refugiadas; y, la discriminación estructural en contra de grupos en situación de especial vulnerabilidad.

TERCER ACTO. RECOMENDACIONES. Ante este desgarrador panorama, los efectos y medidas para prevenir y atender la pandemia adquieren matices aún más dramáticos y potencialmente injustos. Por ello, en su parte sustantiva la Resolución 1/2020 de la CIDH emite 85 valiosas recomendaciones específicas a los Estados, organizadas en los siguientes rubros: principios generales; derechos económicos, sociales, culturales y ambientales - los famosos DESCA -; estados de excepción, restricciones a las libertades fundamentales y Estado de Derecho; grupos en especial situación de vulnerabilidad; personas mayores; personas privadas de libertad; mujeres; pueblos indígenas; personas migrantes; niños, niñas y adolescentes; personas LGBTI; personas afrodescendientes; personas con discapacidad; y, cooperación internacional e intercambio de buenas prácticas.

TRAS BAMBALINAS. DIRECTRICES. Se trata pues de una serie de sugerencias bien planteadas que conviene tomar en cuenta. De ahí que hagamos votos para que las conozcan y utilicen como directrices todas las autoridades de los distintos niveles de gobierno que están tomando decisiones para enfrentar al covid-19.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com