/ jueves 14 de febrero de 2019

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. DEBATE CONSTITUCIONAL SERIO. La actualidad de la Constitución federal es un tema que en el contexto de la tercera alternancia merece la máxima consideración jurídica y exige la mayor responsabilidad política. En la reciente ceremonia de aniversario de la Carta Magna que se realiza cada 5 de febrero en el Teatro de la República, el Presidente López Obrador deslizó la idea de que si bien es conveniente crear una nueva Ley Fundamental, esto no es urgente y no ocurrirá durante su administración. Curioso reconocer que México necesita una nueva carta de navegación jurídica y no estar dispuesto a invertir su capital político en ello. ¿Habrá proyecto más noble y duradero? No lo creo. Y menos aún que lo sea una anacrónica refinería o una innecesaria línea ferroviaria. En fin, regresando a la cuestión de la vigencia de nuestra Constitución, es preciso señalar que el debate de este tema no se ha dado todavía con la amplitud suficiente, ni tampoco ha suscitado las reacciones que serían de esperarse, tanto de los partidos políticos y sus correspondientes grupos parlamentarios, como de los distintos actores sociales, particularmente juristas e investigadores. Ciertamente, se han emitido de manera aislada opiniones a favor y en contra, y se han publicado algunos estudios, de entre los que destacan por su seriedad los de los académicos Miguel Carbonell y Jorge Islas; pero no se ha dado un debate constitucional serio que incluya un examen social riguroso y ponderado sobre el asunto que considere sus repercusiones, sin duda, decisivas y amplias para la vida nacional. La nueva Constitución de la CDMX fue un ejercicio que mostró las complicaciones de una empresa de esta naturaleza. Que serían mayores tratándose de la norma fundamental federal. En cierta medida, esta informalidad se debe a la superficialidad y ligereza con que en ocasiones se toma esta cuestión.

SEGUNDO ACTO. PRINCIPIOS VIGENTES. No se debe perder de vista que nuestra Constitución es un gran pacto entre los mexicanos que puso fin a casi dos siglos de inestabilidad política, y que expresa las coincidencias fundamentales que nos dieron identidad en el pasado, nos cohesionan en el presente y nos ligan a un futuro común. Y estos convenios esenciales, que son muchos, confirman que la Constitución no ha perdido esa calidad de acuerdo político nacional. De entre estas coincidencias destacan, por citar algunos ejemplos representativos, la voluntad del pueblo mexicano de constituirse en una república representativa, democrática y federal, compuesta por entidades soberanas en lo que toca a su régimen interior, así como las múltiples fronteras al ejercicio del poder público que se han venido consagrando en los derechos fundamentales que custodia. Asimismo, la participación ciudadana a través de los institutos políticos o bien de las candidaturas independientes; las figuras de la democracia participativa como el referéndum y las consultas públicas; un Congreso General bicameral; el sufragio libre y secreto como fórmula para la integración de los órganos de gobierno; el régimen municipal; la autonomía e independencia del Poder Judicial; la laicidad y gratuidad de la educación; los principios rectores de la política exterior mexicana; la tutela de los derechos laborales mínimos; el reconocimiento a la composición pluricultural de nuestra patria; y el respeto irrestricto a la libertad de prensa fundado en el derecho a la información. Entre otros.

TERCER ACTO. DINÁMICA. Adicionalmente, no podemos soslayar la actualidad de la Carta Magna cuando en su propio texto se establece el mecanismo para su reforma y se contienen normas de carácter programático que inciden cotidianamente en nuestro entorno social. Y si bien es de naturaleza rígida, nuestra Constitución ha venido adaptándose a la realidad nacional a través de muchas reformas que han trastocado su esencia y en las que han participado activamente varios y variados sectores sociales. Podemos citar, entre otras reformas de fondo, las que se han realizado en materia electoral, judicial, tenencia de la tierra, libertad religiosa y reconocimiento a las iglesias, transparencia y rendición de cuentas, derecho a la información, equidad de género, protección al ambiente, energía y educación. Una nueva Constitución no puede ser resultado de una moda política. Solamente cuando la Constitución vigente pierda su calidad de vínculo político nacional, lo que no se ha dado, previa discusión exhaustiva ante la opinión pública, y muy especialmente en el Congreso de la Unión, se justifica su abrogación.

TRAS BAMBALINAS. CONTRACULTURA. Leíamos el lunes que el actor Roberto Palazuelos - por cierto, primo de mi querido compadre Pancho Polo - anunció que escribirá un libro. Es neta. Y, la verdad, nos resultó imposible no vincularlo al nombramiento del también histrión Sergio Mayer como Presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados. Sin lugar a dudas México es un país colorido en todos los aspectos. Por lo que nada sorprendería ver a Enrique Krauze y Jorge Volpi debutar en el show “Solo para Mujeres” o bien a Héctor Aguilar Camín en “Big Brother” y anunciando galletas emperador. Del subdirector de CONACYT con carrera trunca y de las aspiraciones presidenciales del prócer potosino conocido como El Mijis ya mejor ni hablamos. Existimos en los tiempos de la contracultura.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. DEBATE CONSTITUCIONAL SERIO. La actualidad de la Constitución federal es un tema que en el contexto de la tercera alternancia merece la máxima consideración jurídica y exige la mayor responsabilidad política. En la reciente ceremonia de aniversario de la Carta Magna que se realiza cada 5 de febrero en el Teatro de la República, el Presidente López Obrador deslizó la idea de que si bien es conveniente crear una nueva Ley Fundamental, esto no es urgente y no ocurrirá durante su administración. Curioso reconocer que México necesita una nueva carta de navegación jurídica y no estar dispuesto a invertir su capital político en ello. ¿Habrá proyecto más noble y duradero? No lo creo. Y menos aún que lo sea una anacrónica refinería o una innecesaria línea ferroviaria. En fin, regresando a la cuestión de la vigencia de nuestra Constitución, es preciso señalar que el debate de este tema no se ha dado todavía con la amplitud suficiente, ni tampoco ha suscitado las reacciones que serían de esperarse, tanto de los partidos políticos y sus correspondientes grupos parlamentarios, como de los distintos actores sociales, particularmente juristas e investigadores. Ciertamente, se han emitido de manera aislada opiniones a favor y en contra, y se han publicado algunos estudios, de entre los que destacan por su seriedad los de los académicos Miguel Carbonell y Jorge Islas; pero no se ha dado un debate constitucional serio que incluya un examen social riguroso y ponderado sobre el asunto que considere sus repercusiones, sin duda, decisivas y amplias para la vida nacional. La nueva Constitución de la CDMX fue un ejercicio que mostró las complicaciones de una empresa de esta naturaleza. Que serían mayores tratándose de la norma fundamental federal. En cierta medida, esta informalidad se debe a la superficialidad y ligereza con que en ocasiones se toma esta cuestión.

SEGUNDO ACTO. PRINCIPIOS VIGENTES. No se debe perder de vista que nuestra Constitución es un gran pacto entre los mexicanos que puso fin a casi dos siglos de inestabilidad política, y que expresa las coincidencias fundamentales que nos dieron identidad en el pasado, nos cohesionan en el presente y nos ligan a un futuro común. Y estos convenios esenciales, que son muchos, confirman que la Constitución no ha perdido esa calidad de acuerdo político nacional. De entre estas coincidencias destacan, por citar algunos ejemplos representativos, la voluntad del pueblo mexicano de constituirse en una república representativa, democrática y federal, compuesta por entidades soberanas en lo que toca a su régimen interior, así como las múltiples fronteras al ejercicio del poder público que se han venido consagrando en los derechos fundamentales que custodia. Asimismo, la participación ciudadana a través de los institutos políticos o bien de las candidaturas independientes; las figuras de la democracia participativa como el referéndum y las consultas públicas; un Congreso General bicameral; el sufragio libre y secreto como fórmula para la integración de los órganos de gobierno; el régimen municipal; la autonomía e independencia del Poder Judicial; la laicidad y gratuidad de la educación; los principios rectores de la política exterior mexicana; la tutela de los derechos laborales mínimos; el reconocimiento a la composición pluricultural de nuestra patria; y el respeto irrestricto a la libertad de prensa fundado en el derecho a la información. Entre otros.

TERCER ACTO. DINÁMICA. Adicionalmente, no podemos soslayar la actualidad de la Carta Magna cuando en su propio texto se establece el mecanismo para su reforma y se contienen normas de carácter programático que inciden cotidianamente en nuestro entorno social. Y si bien es de naturaleza rígida, nuestra Constitución ha venido adaptándose a la realidad nacional a través de muchas reformas que han trastocado su esencia y en las que han participado activamente varios y variados sectores sociales. Podemos citar, entre otras reformas de fondo, las que se han realizado en materia electoral, judicial, tenencia de la tierra, libertad religiosa y reconocimiento a las iglesias, transparencia y rendición de cuentas, derecho a la información, equidad de género, protección al ambiente, energía y educación. Una nueva Constitución no puede ser resultado de una moda política. Solamente cuando la Constitución vigente pierda su calidad de vínculo político nacional, lo que no se ha dado, previa discusión exhaustiva ante la opinión pública, y muy especialmente en el Congreso de la Unión, se justifica su abrogación.

TRAS BAMBALINAS. CONTRACULTURA. Leíamos el lunes que el actor Roberto Palazuelos - por cierto, primo de mi querido compadre Pancho Polo - anunció que escribirá un libro. Es neta. Y, la verdad, nos resultó imposible no vincularlo al nombramiento del también histrión Sergio Mayer como Presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados. Sin lugar a dudas México es un país colorido en todos los aspectos. Por lo que nada sorprendería ver a Enrique Krauze y Jorge Volpi debutar en el show “Solo para Mujeres” o bien a Héctor Aguilar Camín en “Big Brother” y anunciando galletas emperador. Del subdirector de CONACYT con carrera trunca y de las aspiraciones presidenciales del prócer potosino conocido como El Mijis ya mejor ni hablamos. Existimos en los tiempos de la contracultura.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com