/ jueves 14 de diciembre de 2017

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. INDISPENSABLE DESPOLITIZACIÓN. En la actualidad todo parece tener implicaciones políticas. Pareciera que no hay cuestión que permanezca ajena al juego del poder. Y en muchas ocasiones son estas “lecturas” las que obstaculizan el consenso y consecuente avance de alguna reforma legal. La cada vez más gruesa superficie de la grilla nos impide llegar al fondo de la conveniencia social. Desafortunadamente, este aletargamiento normativo se presenta precisamente en este momento de acelerados cambios y competencia global, justo cuando más requerimos contar con disposiciones jurídicas modernas que faciliten la interacción social. Cuando nos urge un sistema de ajuste a nuestras leyes eficaz. Por ello, hoy como nunca se deben encontrar aquellos temas que pueden - con buena voluntad que muchas veces es lo que falta - mantenerse ajenos a los intereses eminentemente partidistas. Existe la oportunidad de que las comisiones legislativas analicen y tramiten una serie de reformas legales a diversos ordenamientos en múltiples materias, cuyo objetivo no sea “estructural” sino el actualizar ciertas figuras, instituciones o procedimientos jurídicos a una nueva realidad social, cultural y tecnológica.

SEGUNDO ACTO. REFORMAS VIABLES. Se trata de darle paso a las reformas verdaderamente viables. En este sentido, existen una serie de retos legislativos como el reducir la utilización de papel en los trámites burocráticos, el impulsar una mayor generación y utilización de energías renovables, el acercar a los niños y jóvenes herramientas tecnológicas como el internet, el hacer accesibles los espacios públicos a la personas con discapacidad, el ordenar el desarrollo urbano de los centros poblacionales del país, el crear más plazas en las universidades públicas y el mejorar la prestación de los servicios públicos, por citar solo algunos, que son notoriamente viables. Nos parece que casi nadie se opone a esta clase de objetivos. Y que si bien puede haber debate sobre la manera de alcanzarlos y es bienvenido, de fondo se trata de cuestiones que no deben politizarse. Y es que muchos nos preguntamos: ¿en qué momento se supeditó la función legislativa a los asuntos meramente políticos? Habrá quien argumente que todo es político, y no dejaría de tener cierta razón. Lo que deseamos expresar es que, allende los temas de alto contenido político organizacional y funcional, existen un sinnúmero de pendientes o problemas diversos cuya debida, moderna y oportuna legislación abonaría para su pronta y mejor solución. Y es a esos a los que hay que entrarles. En otras palabras, si no podemos remodelar la casa porque no nos ponemos de acuerdo en el diseño, cuando menos tratemos de mantenerla limpia y ordenada. También hay una serie de criterios jurisprudenciales emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en su carácter de máximo tribunal del país que evidencian una serie de lagunas o irregularidades en las leyes. ¿Por qué ni siquiera tenemos la capacidad de ajustar esas disposiciones defectuosas a los dictados de la Corte que ya hizo la chamba?

TERCER ACTO. DE ABAJO HACIA ARRIBA. La política es una herramienta para el desarrollo social. Magro será lo que avancemos hasta que no comprendamos que el más elemental sentido de la actividad política se encuentra en la atención de las necesidades básicas de la población. Está bien buscar mover, cambiar o transformar a México desde los más elevados principios e instituciones que sustentan la estructura jurídico-constitucional del Estado, aunque no sería mala idea tratar también de cambiarlo desde la óptica de la realidad cotidiana a través de la actualización o modernización de las leyes. Siempre pensamos en la evolución del país de arriba hacia abajo, y nuestro fracaso es manifiesto, ¿no sería cuando menos humilde intentarlo de abajo hacia arriba?

TRAS BAMBALINAS. EMPATADOS. Según la última medición de Consulta Mitofsky los precandidatos que todos sabemos serán los candidatos van en lo que se denomina como empate técnico: AMLO (Morena) 23% y JAM (PRI) y RAC (PAN) empatados con 20%. Si esto se mantiene así los independientes que logren sus candidaturas podrían ser los fieles de la balanza de una dramática elección. Nadie sabe para quién trabaja.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. INDISPENSABLE DESPOLITIZACIÓN. En la actualidad todo parece tener implicaciones políticas. Pareciera que no hay cuestión que permanezca ajena al juego del poder. Y en muchas ocasiones son estas “lecturas” las que obstaculizan el consenso y consecuente avance de alguna reforma legal. La cada vez más gruesa superficie de la grilla nos impide llegar al fondo de la conveniencia social. Desafortunadamente, este aletargamiento normativo se presenta precisamente en este momento de acelerados cambios y competencia global, justo cuando más requerimos contar con disposiciones jurídicas modernas que faciliten la interacción social. Cuando nos urge un sistema de ajuste a nuestras leyes eficaz. Por ello, hoy como nunca se deben encontrar aquellos temas que pueden - con buena voluntad que muchas veces es lo que falta - mantenerse ajenos a los intereses eminentemente partidistas. Existe la oportunidad de que las comisiones legislativas analicen y tramiten una serie de reformas legales a diversos ordenamientos en múltiples materias, cuyo objetivo no sea “estructural” sino el actualizar ciertas figuras, instituciones o procedimientos jurídicos a una nueva realidad social, cultural y tecnológica.

SEGUNDO ACTO. REFORMAS VIABLES. Se trata de darle paso a las reformas verdaderamente viables. En este sentido, existen una serie de retos legislativos como el reducir la utilización de papel en los trámites burocráticos, el impulsar una mayor generación y utilización de energías renovables, el acercar a los niños y jóvenes herramientas tecnológicas como el internet, el hacer accesibles los espacios públicos a la personas con discapacidad, el ordenar el desarrollo urbano de los centros poblacionales del país, el crear más plazas en las universidades públicas y el mejorar la prestación de los servicios públicos, por citar solo algunos, que son notoriamente viables. Nos parece que casi nadie se opone a esta clase de objetivos. Y que si bien puede haber debate sobre la manera de alcanzarlos y es bienvenido, de fondo se trata de cuestiones que no deben politizarse. Y es que muchos nos preguntamos: ¿en qué momento se supeditó la función legislativa a los asuntos meramente políticos? Habrá quien argumente que todo es político, y no dejaría de tener cierta razón. Lo que deseamos expresar es que, allende los temas de alto contenido político organizacional y funcional, existen un sinnúmero de pendientes o problemas diversos cuya debida, moderna y oportuna legislación abonaría para su pronta y mejor solución. Y es a esos a los que hay que entrarles. En otras palabras, si no podemos remodelar la casa porque no nos ponemos de acuerdo en el diseño, cuando menos tratemos de mantenerla limpia y ordenada. También hay una serie de criterios jurisprudenciales emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en su carácter de máximo tribunal del país que evidencian una serie de lagunas o irregularidades en las leyes. ¿Por qué ni siquiera tenemos la capacidad de ajustar esas disposiciones defectuosas a los dictados de la Corte que ya hizo la chamba?

TERCER ACTO. DE ABAJO HACIA ARRIBA. La política es una herramienta para el desarrollo social. Magro será lo que avancemos hasta que no comprendamos que el más elemental sentido de la actividad política se encuentra en la atención de las necesidades básicas de la población. Está bien buscar mover, cambiar o transformar a México desde los más elevados principios e instituciones que sustentan la estructura jurídico-constitucional del Estado, aunque no sería mala idea tratar también de cambiarlo desde la óptica de la realidad cotidiana a través de la actualización o modernización de las leyes. Siempre pensamos en la evolución del país de arriba hacia abajo, y nuestro fracaso es manifiesto, ¿no sería cuando menos humilde intentarlo de abajo hacia arriba?

TRAS BAMBALINAS. EMPATADOS. Según la última medición de Consulta Mitofsky los precandidatos que todos sabemos serán los candidatos van en lo que se denomina como empate técnico: AMLO (Morena) 23% y JAM (PRI) y RAC (PAN) empatados con 20%. Si esto se mantiene así los independientes que logren sus candidaturas podrían ser los fieles de la balanza de una dramática elección. Nadie sabe para quién trabaja.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com