/ jueves 26 de marzo de 2020

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. PRIMER CATACLISMO DE LA TRANSMODERNIDAD. El aislamiento obligado por la pandemia del COVID-19 nos reta en todos los sentidos. Para aquellos que han tenido el elemental civismo de informarse y cumplir en la medida de lo posible las recomendaciones, está significando un nuevo estilo de vida impuestos por circunstancias ajenas a la voluntad. Solo se pueden hacer dos cosas: cuidarse para así cuidar a los demás; y, aprender de esta dura lección de vida. En este sentido, varios pensadores coinciden en que cuando esta pesadilla colectiva termine - no obstante temporalmente hablando habrán sido únicamente unos meses -, el mundo será diferente. Se trata del primer cataclismo de la era postmoderna o transmoderna - éste último concepto creado en 1989 por la filósofa valenciana Rosa María Rodríguez Magda, para quien este periodo de la humanidad se caracteriza por la prevalencia del argumento o relato de la globalización -. Por cataclismo debemos entender una “alteración grande de la normalidad en el orden social o político”. Y pues que mejor ejemplo que una pandemia capaz de propagarse en el mundo en tan solo dos meses. Sin lugar a dudas, el acceso masivo a las computadoras personales que se dio a partir de la década de los 90´s representó una reforma tecnológico-cultural cuyo abismo se abrió considerablemente con la llegada de las redes sociales y continúa al ritmo del desarrollo de nuevas tecnologías. Esta globalización ha marcado las tendencias políticas, económicas y culturales. El mundo integrado por el irrestricto acceso a la información en tiempo real y mediante formas diversas se ha vuelto más violento. La proximidad y la explosión demográfica parecen marcar nítidamente las diferencias y tímidamente las coincidencias. Que contradicción: en un mundo cada vez más igual está de moda ser diferente.

SEGUNDO ACTO. EL PODER INTERIOR. El coronavirus está dejando claro que no hay modelo económico, liderazgo político o fuerza social que resista los embates de un cataclismo. Pero que ocurre en la individualidad del ser humano. ¿Qué lecciones nos dejan la impotencia y el miedo? Con humildad debemos reconocer que se trata de las mismas que filosofías milenarias nos han transmitido. La única verdad es la percepción que subyace en el interior de cada uno se nosotros. El poder interior. Se trata pues del desarrollo mental y espiritual de cada persona. Hay quienes llaman a ese desarrollo la felicidad. En este sentido, leyendo “El poder está dentro de ti”, una publicación de 1991 de la escritora y conferencista norteamericana Louise L. Hay - hoy la llamarían influencer -, quien fue pionera de lo que se ha denominado como crecimiento personal y autoayuda, encontramos una frase contundente: “los pensamientos que decidimos tener son los materiales que usamos para pintar la tela de nuestras vidas”. Y para pensar bien necesito aprender a quererme, porque aquel que se quiere se cuida y quien se cuida hace las cosas que le hacen bien.

TERCER ACTO. RECETAS PARA QUERERTE. En este contexto, Louise L. Hay ofrece un catálogo de 10 formas de amarte a ti mismo: deja de criticarte a ti mismo; deja de atemorizarte con pensamientos pesimistas; se gentil, bondadoso y paciente contigo mismo; relájate; alábate; busca amigos y permite que te ayuden; ama tus cosas negativas; cuida tu cuerpo; escucha tu voz interior; y, amate a ti mismo ahora, no esperes a que todo sea perfecto.

TRAS BAMBALINAS. YA NO SE TRATA DE VOTOS SINO DE VIDAS. Las principales virtudes de Andrés Manuel López Obrador han sido la constancia y la congruencia. Los defectos que más le habrán de costar en su cargo como Presidente de México son la banalidad y la necedad. Esperemos que pronto se sensibilice de la magnitud del reto y, sobre todo, que se dé cuenta de que ya no se trata de votos sino de vidas.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. PRIMER CATACLISMO DE LA TRANSMODERNIDAD. El aislamiento obligado por la pandemia del COVID-19 nos reta en todos los sentidos. Para aquellos que han tenido el elemental civismo de informarse y cumplir en la medida de lo posible las recomendaciones, está significando un nuevo estilo de vida impuestos por circunstancias ajenas a la voluntad. Solo se pueden hacer dos cosas: cuidarse para así cuidar a los demás; y, aprender de esta dura lección de vida. En este sentido, varios pensadores coinciden en que cuando esta pesadilla colectiva termine - no obstante temporalmente hablando habrán sido únicamente unos meses -, el mundo será diferente. Se trata del primer cataclismo de la era postmoderna o transmoderna - éste último concepto creado en 1989 por la filósofa valenciana Rosa María Rodríguez Magda, para quien este periodo de la humanidad se caracteriza por la prevalencia del argumento o relato de la globalización -. Por cataclismo debemos entender una “alteración grande de la normalidad en el orden social o político”. Y pues que mejor ejemplo que una pandemia capaz de propagarse en el mundo en tan solo dos meses. Sin lugar a dudas, el acceso masivo a las computadoras personales que se dio a partir de la década de los 90´s representó una reforma tecnológico-cultural cuyo abismo se abrió considerablemente con la llegada de las redes sociales y continúa al ritmo del desarrollo de nuevas tecnologías. Esta globalización ha marcado las tendencias políticas, económicas y culturales. El mundo integrado por el irrestricto acceso a la información en tiempo real y mediante formas diversas se ha vuelto más violento. La proximidad y la explosión demográfica parecen marcar nítidamente las diferencias y tímidamente las coincidencias. Que contradicción: en un mundo cada vez más igual está de moda ser diferente.

SEGUNDO ACTO. EL PODER INTERIOR. El coronavirus está dejando claro que no hay modelo económico, liderazgo político o fuerza social que resista los embates de un cataclismo. Pero que ocurre en la individualidad del ser humano. ¿Qué lecciones nos dejan la impotencia y el miedo? Con humildad debemos reconocer que se trata de las mismas que filosofías milenarias nos han transmitido. La única verdad es la percepción que subyace en el interior de cada uno se nosotros. El poder interior. Se trata pues del desarrollo mental y espiritual de cada persona. Hay quienes llaman a ese desarrollo la felicidad. En este sentido, leyendo “El poder está dentro de ti”, una publicación de 1991 de la escritora y conferencista norteamericana Louise L. Hay - hoy la llamarían influencer -, quien fue pionera de lo que se ha denominado como crecimiento personal y autoayuda, encontramos una frase contundente: “los pensamientos que decidimos tener son los materiales que usamos para pintar la tela de nuestras vidas”. Y para pensar bien necesito aprender a quererme, porque aquel que se quiere se cuida y quien se cuida hace las cosas que le hacen bien.

TERCER ACTO. RECETAS PARA QUERERTE. En este contexto, Louise L. Hay ofrece un catálogo de 10 formas de amarte a ti mismo: deja de criticarte a ti mismo; deja de atemorizarte con pensamientos pesimistas; se gentil, bondadoso y paciente contigo mismo; relájate; alábate; busca amigos y permite que te ayuden; ama tus cosas negativas; cuida tu cuerpo; escucha tu voz interior; y, amate a ti mismo ahora, no esperes a que todo sea perfecto.

TRAS BAMBALINAS. YA NO SE TRATA DE VOTOS SINO DE VIDAS. Las principales virtudes de Andrés Manuel López Obrador han sido la constancia y la congruencia. Los defectos que más le habrán de costar en su cargo como Presidente de México son la banalidad y la necedad. Esperemos que pronto se sensibilice de la magnitud del reto y, sobre todo, que se dé cuenta de que ya no se trata de votos sino de vidas.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com