/ jueves 9 de julio de 2020

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. ARTE DE EQUILIBRIOS. El ejercicio del poder exige tomar decisiones y, en un país con las diferencias económicas, sociales y culturales del nuestro, es prácticamente imposible que las políticas públicas gusten a todos. Por el contrario, lo común es que lo que favorece a un sector perjudique al opuesto, como puede ser el incrementar en términos reales los salarios mínimos o bien ampliar la base gravable. En el primer caso, los trabajadores aplauden lo que los empresarios rechazan y, en el segundo supuesto ocurre precisamente lo contrario. Por otro lado, son tantas y tan grandes las necesidades de la mayoría de la población, que frente a las expectativas que generan aún los buenos gobiernos se quedan cortos a los ojos de los ciudadanos. Así las cosas, la política en México se ha convertido en un arte de equilibrios. Y es precisamente de esta necesidad de compensar que siempre el gobernar tendrá un costo político-electoral. Simplemente hay que ver que las “sorpresas electorales” rara vez las dan candidatos de los partidos gobernantes. Por lo regular los “campanazos” vienen de las filas de la oposición. ¿Por qué? Pareciera que los candidatos oficiales, por llamarles de alguna manera, llevan la desventaja del gobierno ante la ciudadanía.

SEGUNDO ACTO. ¿QUÉ PASÓ? ¿Cuándo perdimos el rumbo? ¿Cómo permitimos que el país llegara a este grado de descomposición política y social? ¿Quiénes son o quizá somos los responsables? ¿Hacia dónde vamos? Estos son solo algunos de los cuestionamientos que los ciudadanos nos hacemos cada vez que un nuevo acontecimiento violento de mayor envergadura nos saca de la somnolencia en la que nos han sumido tantos años de escuchar y ver imágenes de ejecuciones y balaceras. Aunque es difícil que algo nos sorprenda, eventualmente la espiral de descomposición en la que hemos caído nos obsequia novedosos hechos que nos recuerdan que el habernos acostumbrado a la violencia no la justifica ni exime de responsabilidad a quienes están obligados a custodiar la armonía social. Hace algunas décadas, en aquellos tiempos de la dictadura perfecta, los ciudadanos esperanzados en que soplaran nuevos tiempos políticos en México nos agrupábamos en alguno de los siguientes cuatro bandos: los que consideraban que la pluralidad democrática solucionaría los problemas de México; los que apostaban a la alternancia como el medio para sacar a México del rezago; aquellos que veían en la derrota del PRI la única forma de despertar al país; y, finalmente, los que únicamente apreciaban una solución en las filas de la izquierda mexicana.

TERCER ACTO. DEMOCRACIA IMPERFECTA. Pues bien, casi medio siglo después podemos afirmar con vergüenza que todos nos equivocamos. Ni la pluralidad, ni la alternancia, ni ver al PRI en las filas de la oposición, como tampoco los gobiernos emanados de la izquierda, han servido para mejorar las condiciones políticas del país y las de vida de los mexicanos. Como algún intelectual mexicano señaló, y ofrezco una disculpa por recordar la frase y no al autor, pasamos de la dictadura perfecta a la democracia imperfecta.

TRAS BAMBALINAS. SUERTE MANUEL. Hace unos días tuvimos oportunidad de conocer a Manuel Velarde, el nuevo mandamás del Querétaro, F.C. Después de una exitosa carrera como agente o representante de jugadores, actividad que dejó de desempeñar para emprender la aventura plumífera, Velarde y su socio Greg Taylor representan oxígeno puro para el equipo queretano. Zanjado el rumor de su eventual transmutación en el Atlante, es un hecho que los Gallos se quedan en casa y, por vez primera en su historia, sus propietarios son verdaderos conocedores del negocio de las patadas. Ya no más improvisados. Esta vez quienes han tomado el timón saben porque han vivido para el futbol. No obstante, en última instancia lo más valioso de los proyectos son las personas. Y, en este sentido, Manuel Velarde es una buena persona que habrá de imprimirle cosas positivas a una historia de siete décadas que ya exige tocar el cielo. Esperemos que así sea. Suerte Manuel y bienvenido a Querétaro.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. ARTE DE EQUILIBRIOS. El ejercicio del poder exige tomar decisiones y, en un país con las diferencias económicas, sociales y culturales del nuestro, es prácticamente imposible que las políticas públicas gusten a todos. Por el contrario, lo común es que lo que favorece a un sector perjudique al opuesto, como puede ser el incrementar en términos reales los salarios mínimos o bien ampliar la base gravable. En el primer caso, los trabajadores aplauden lo que los empresarios rechazan y, en el segundo supuesto ocurre precisamente lo contrario. Por otro lado, son tantas y tan grandes las necesidades de la mayoría de la población, que frente a las expectativas que generan aún los buenos gobiernos se quedan cortos a los ojos de los ciudadanos. Así las cosas, la política en México se ha convertido en un arte de equilibrios. Y es precisamente de esta necesidad de compensar que siempre el gobernar tendrá un costo político-electoral. Simplemente hay que ver que las “sorpresas electorales” rara vez las dan candidatos de los partidos gobernantes. Por lo regular los “campanazos” vienen de las filas de la oposición. ¿Por qué? Pareciera que los candidatos oficiales, por llamarles de alguna manera, llevan la desventaja del gobierno ante la ciudadanía.

SEGUNDO ACTO. ¿QUÉ PASÓ? ¿Cuándo perdimos el rumbo? ¿Cómo permitimos que el país llegara a este grado de descomposición política y social? ¿Quiénes son o quizá somos los responsables? ¿Hacia dónde vamos? Estos son solo algunos de los cuestionamientos que los ciudadanos nos hacemos cada vez que un nuevo acontecimiento violento de mayor envergadura nos saca de la somnolencia en la que nos han sumido tantos años de escuchar y ver imágenes de ejecuciones y balaceras. Aunque es difícil que algo nos sorprenda, eventualmente la espiral de descomposición en la que hemos caído nos obsequia novedosos hechos que nos recuerdan que el habernos acostumbrado a la violencia no la justifica ni exime de responsabilidad a quienes están obligados a custodiar la armonía social. Hace algunas décadas, en aquellos tiempos de la dictadura perfecta, los ciudadanos esperanzados en que soplaran nuevos tiempos políticos en México nos agrupábamos en alguno de los siguientes cuatro bandos: los que consideraban que la pluralidad democrática solucionaría los problemas de México; los que apostaban a la alternancia como el medio para sacar a México del rezago; aquellos que veían en la derrota del PRI la única forma de despertar al país; y, finalmente, los que únicamente apreciaban una solución en las filas de la izquierda mexicana.

TERCER ACTO. DEMOCRACIA IMPERFECTA. Pues bien, casi medio siglo después podemos afirmar con vergüenza que todos nos equivocamos. Ni la pluralidad, ni la alternancia, ni ver al PRI en las filas de la oposición, como tampoco los gobiernos emanados de la izquierda, han servido para mejorar las condiciones políticas del país y las de vida de los mexicanos. Como algún intelectual mexicano señaló, y ofrezco una disculpa por recordar la frase y no al autor, pasamos de la dictadura perfecta a la democracia imperfecta.

TRAS BAMBALINAS. SUERTE MANUEL. Hace unos días tuvimos oportunidad de conocer a Manuel Velarde, el nuevo mandamás del Querétaro, F.C. Después de una exitosa carrera como agente o representante de jugadores, actividad que dejó de desempeñar para emprender la aventura plumífera, Velarde y su socio Greg Taylor representan oxígeno puro para el equipo queretano. Zanjado el rumor de su eventual transmutación en el Atlante, es un hecho que los Gallos se quedan en casa y, por vez primera en su historia, sus propietarios son verdaderos conocedores del negocio de las patadas. Ya no más improvisados. Esta vez quienes han tomado el timón saben porque han vivido para el futbol. No obstante, en última instancia lo más valioso de los proyectos son las personas. Y, en este sentido, Manuel Velarde es una buena persona que habrá de imprimirle cosas positivas a una historia de siete décadas que ya exige tocar el cielo. Esperemos que así sea. Suerte Manuel y bienvenido a Querétaro.

Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com