PRIMER ACTO. OBSTRUCCIONISMO PARLAMENTARIO. Si bien nadie lo reconoce, en prácticamente todas las asambleas legislativas del mundo los mecanismos de obstrucción de los proyectos son una realidad que forma parte del procedimiento parlamentario. En ocasiones, estas estrategias son utilizadas por las minorías para evitar o, cuando menos, postergar la aprobación de un dictamen soportado por la mayoría; otras veces, es la mayoría la que acude a estos mecanismos para descarrilar algún tema que impulsa la minoría. Dicho obstruccionismo parlamentario consiste en el uso deformado - siempre con fines meramente políticos o incluso partidistas - de las facultades y procedimientos contenidos en la normatividad legislativa, con la intención de desechar, retrasar el trámite o impedir la aprobación de instrumentos parlamentarios. Se trata pues de prácticas que constituyen un arma política para operar en lo parlamentario.
SEGUNDO ACTO. APLAZAMIENTO POR AGOTAMIENTO. Entre los recursos obstruccionistas más difundidos en el parlamentarismo occidental figuran, entre otros: el abuso de turnos en la tribuna para alargar al máximo la discusión; los requerimientos para comprobar la existencia del quórum; la presentación de numerosas enmiendas, incluso repetidas o muy parecidas entre sí; el planteamiento de cuestiones incidentales; y, la petición de votación por llamamiento nominal. Todas estas actuaciones suponen el entorpecimiento y consecuente prolongación de los correspondientes trámites parlamentarios, apostando generalmente al aplazamiento por agotamiento.
TERCER ACTO. REVENTAMIENTOS, CHANTAJES Y ESCÁNDALOS. En otros parlamentos como el mexicano, la debida organización del debate con distribución de turno y tiempos por grupos parlamentarios constituye, supuestamente, un remedio anti-obstruccionista. No obstante, en México ha salido más caro el caldo que las albóndigas, porque se ha vuelto común que se “revienten” las discusiones y/o sesiones. Por ejemplo, se acude al abandono del salón de sesiones para reventar el quorum, así como a la compraventa de votos. Finalmente, el chantaje político, la irresponsabilidad y el escándalo han probado ser armas letales en la obstrucción del trabajo congresional.
TRAS BAMBALINAS. OPERADORES. Por lo expuesto, para los grupos parlamentarios, particularmente para el mayoritario, resulta fundamental que sus liderazgos congresionales - coordinador y vicecoordinadores - cuenten con probada experiencia en las lides legislativas, así como con talentos para gestionar y reventar, según sea el caso, los asuntos del interés del líder moral que está en Palacio Nacional. Ese es el valor de Ricardo Monreal. Sin embargo, conforme se vaya terminando el sexenio se irá devaluando. De ahí que dada su experiencia entienda que este es su momento político y lo debe aprovechar al máximo. Por eso su incansable activismo. Por otro lado, es un error poner a presidir la mesa directiva del Senado a la ex ministra de la Corte y del Interior, ya que carece de la experiencia y vocación necesarias y, probablemente, le van a “reventar” muchos problemas.
Notario Público 19 de Querétaro.
