/ lunes 10 de junio de 2019

Escaño 48

Por una Política Exterior de Estado


En el Grupo Parlamentario de Acción Nacional en el Senado consideramos como algo positivo el que se haya podido suspender la imposición de tarifas arancelarias a los productos mexicanos en los Estados Unidos, pero seguiremos insistiendo que la política exterior de México sea una política de Estado, que se desarrolle en el marco de los canales diplomáticos institucionales para su análisis en el ejercicio del control legislativo, como lo establece la Constitución Política Mexicana.

Y me refiero al tema que acaparó la atención de todo México la semana pasada: la negociación que la delegación mexicana encabezada por el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, llevó a cabo en la ciudad de Washington para evitar la amenaza del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles de importación del 5% a todos los productos mexicanos.

El viernes, después de varios días de incertidumbre hubo humo blanco. Ambas partes dieron a conocer a través de sus cuentas de Twitter que habían llegado un acuerdo. Todo concluyó en un “aparente festejo” con un acto de Unidad convocado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la ciudad fronteriza de Tijuana y al cual asistieron legisladores, gobernadores, empresarios y representantes de la sociedad civil.

Los resultados del acuerdo aún no están claros. Lo que sabemos es que se militarizará la frontera sur de nuestro país, se incrementará la compra de grandes cantidades de productos agrícolas a los productores estadounidenses, y nosotros recibiremos a los migrantes en territorio nacional que busquen asilo en los Estados Unidos.

Ante este panorama, lo primero que debemos y estamos exigiendo es que la cooperación bilateral “Plan de Desarrollo Integral” hecho con Estados Unidos se nos envíe al Senado de la República para su aprobación, con el propósito de que siga un proceso legislativo y se establezca como un tratado internacional del Estado Mexicano, y no solamente quede como un acuerdo interinstitucional del Poder Ejecutivo Federal.

Lo que no podemos soslayar y aceptar nunca más son las amenazas de Donald Trump, que a pesar de haber culminado el acuerdo, vuelve con su protagonismo al advertir que en lo acordado aún hay cosas que no fueron reveladas y en un tono provocador dice tener “plena confianza en que los mexicanos seremos muy colaboradores y queremos hacer el trabajo correctamente”.

Y cito al Gobernador de mi estado, Francisco Domínguez, presidente de la CONAGO, en su discurso el sábado en Tijuana: “es preciso que el respeto supla a la imposición; el entendimiento a la desconfianza y el argumento a la amenaza”.

Reitero mi voluntad para seguir construyendo acuerdos que protejan los intereses de México con unidad, patriotismo y valentía, generando propuestas integrales para afrontar los grandes desafíos a los que todos los días nos enfrentamos.

Por una Política Exterior de Estado


En el Grupo Parlamentario de Acción Nacional en el Senado consideramos como algo positivo el que se haya podido suspender la imposición de tarifas arancelarias a los productos mexicanos en los Estados Unidos, pero seguiremos insistiendo que la política exterior de México sea una política de Estado, que se desarrolle en el marco de los canales diplomáticos institucionales para su análisis en el ejercicio del control legislativo, como lo establece la Constitución Política Mexicana.

Y me refiero al tema que acaparó la atención de todo México la semana pasada: la negociación que la delegación mexicana encabezada por el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, llevó a cabo en la ciudad de Washington para evitar la amenaza del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles de importación del 5% a todos los productos mexicanos.

El viernes, después de varios días de incertidumbre hubo humo blanco. Ambas partes dieron a conocer a través de sus cuentas de Twitter que habían llegado un acuerdo. Todo concluyó en un “aparente festejo” con un acto de Unidad convocado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la ciudad fronteriza de Tijuana y al cual asistieron legisladores, gobernadores, empresarios y representantes de la sociedad civil.

Los resultados del acuerdo aún no están claros. Lo que sabemos es que se militarizará la frontera sur de nuestro país, se incrementará la compra de grandes cantidades de productos agrícolas a los productores estadounidenses, y nosotros recibiremos a los migrantes en territorio nacional que busquen asilo en los Estados Unidos.

Ante este panorama, lo primero que debemos y estamos exigiendo es que la cooperación bilateral “Plan de Desarrollo Integral” hecho con Estados Unidos se nos envíe al Senado de la República para su aprobación, con el propósito de que siga un proceso legislativo y se establezca como un tratado internacional del Estado Mexicano, y no solamente quede como un acuerdo interinstitucional del Poder Ejecutivo Federal.

Lo que no podemos soslayar y aceptar nunca más son las amenazas de Donald Trump, que a pesar de haber culminado el acuerdo, vuelve con su protagonismo al advertir que en lo acordado aún hay cosas que no fueron reveladas y en un tono provocador dice tener “plena confianza en que los mexicanos seremos muy colaboradores y queremos hacer el trabajo correctamente”.

Y cito al Gobernador de mi estado, Francisco Domínguez, presidente de la CONAGO, en su discurso el sábado en Tijuana: “es preciso que el respeto supla a la imposición; el entendimiento a la desconfianza y el argumento a la amenaza”.

Reitero mi voluntad para seguir construyendo acuerdos que protejan los intereses de México con unidad, patriotismo y valentía, generando propuestas integrales para afrontar los grandes desafíos a los que todos los días nos enfrentamos.

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