Atacados
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no aprende la lección y parece que nuevamente no respetará sus estatutos y sus elecciones internas, hace muchos años que el priismo no tenía un presidente de partido electo en asamblea y con un periodo estatutario.
Apenas perdieron la gubernatura en 2015 y las tribus priistas se comenzaron a disputar los despojos del partido (por cierto nada despreciables) al paso de los meses de estar en la oposición y con los primeros resultados que entregaba Juan José Ruiz, recuperando Huimilpan, en una elección extraordinaria, las cosas pintaban bien para el tricolor pero no contaban que el peor enemigo del PRI son los mismos priistas, que nunca han sabido estar en la orfandad.
El priismo en la pasada época panista se organizó y supo mantenerse vigente, hasta con instalaciones propias salieron en plena vigencia de Garridato (Gobierno pianista de Francisco Garrido Patrón).
En el poder José Calzada, gobernador de extracción priísta, tampoco llegó mucho el orden a este partido y es que se la pasaron con interinos y delegados especiales en funciones de presidencia.
El 2018 fue el comienzo de la debacle priísta y Querétaro, no fue la excepción y es que el joven dirigente cedió la diputación local a Hugo Cabrera para quedarse d e regidor y con la dirigencia pero no fue suficiente esta y otras negociaciones, la lejanía de Juan José, no fue gratuita fue el resultado de traiciones y desencuentros entre militantes y figuras priistas.
Hoy el PRI está en auditoría por solicitud de distinguidos priístas que perdieron en la jenas y que se quedaron sin nada.
Dicen que no habrá sustitución de dirigente pero eso ya lo veremos.
DE REBOTE
Roberto Sosa, en Corregidora, avanza con un trabajo discreto y efectivo; comprobada su cercanía con la gente, el 2021 no lo distrae pero lo ocupa.
@adanolverar