Los candidatos a los diferentes puestos de elección popular lo saben y en sus recorridos por las calles se están dando cuenta de dos cosas primordiales en la vida de todos los ciudadanos; sentirse desprotegido por no tener para lo básico que es alimentarse y no tener los recursos necesarios para atender la salud de los seres queridos también es algo desmotivante.
Desde inicios del 2021, el incremento de los precios de consumo básico ha sido visible en los bolsillos de los mexicanos, durante abril, México alcanzó una inflación de 0.33 por ciento, la más alta registrada en la última década, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
Los alimentos que más subieron el mes pasado fueron el tomate, con un aumento del 26 por ciento, mientras que el aguacate subió casi 29 por ciento; además el huevo que subió 3 por ciento y la tortilla de maíz, 2 por ciento.
El precio promedio de la canasta básica tuvo un incremento anual de 6.3 por ciento en abril, su mayor nivel en lo que va del año.
Atenderse de Covid-19 en promedio por barato sale en aproximadamente 10 mil pesos, solamente si no es grave el contagio y con las secuelas que pueda traer de manera posterior.
Los candidatos lo saben y también se preocupan porque es muy complicado ofrecerle a sus electores satisfacer este tipo de problemas que tienen una salida siempre y cuando se piense a largo plazo y eso no está en sus manos o al menos no del todo.
La calle es complicada en estos días para los que hacen campaña, los electores ya no se dejan sorprender.
De Rebote
El problemático Lupe García, enfundado en los colores de Morena en el Marqués, probó la tierra y lo que los electores no olvidan, no les cumplió y es que ni una gorra le aceptaron y se tuvo que escudar en uno de sus empleados para enfrentar a las comerciantes que lo ningunearon por mentiroso. Eso le dijeron
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