En el Centro Histórico de Querétaro, un incidente que comenzó con una simple llamada de atención a un presunto repartidor de comida en bicicleta escaló hasta su detención por agresión a policías por antecedentes de robo a casa habitación; este suceso no es un hecho aislado, es un reflejo de un problema más profundo que involucra la movilidad urbana, la seguridad y las relaciones entre los ciudadanos y las autoridades.
La cada vez más solicitada demanda de servicios de entrega a domicilio ha aumentado la presencia de repartidores en las calles, quienes muchas veces se enfrentan a presiones para cumplir con tiempos de entrega rápidos, sin embargo, esto no debe justificar comportamientos que pongan en peligro la seguridad de los demás; ni en este caso y mucho menos en otros; este presunto repartidor circulaba en sentido contrario y sobre la banqueta, una combinación peligrosa que no solo infringe las normas de tránsito, sino que también pone en riesgo a peatones y otros usuarios de la vía pública.
La intervención de transeúntes (metiches) que intentaron impedir la detención puede entenderse desde una perspectiva de desinformación o malentendidos sobre lo que estaba ocurriendo. Es común que en situaciones de intervención policiaca y de resistencia de particulares, las personas reaccionen basándose en percepciones inmediatas y no necesariamente en una comprensión completa de la situación. El sujeto salió que era todo un “pájaro de cuenta”.
El uso de la fuerza debe ser siempre una última instancia, aplicada de manera proporcional y justificada. En este caso, la policía argumentó que su integridad física estaba en riesgo debido a la agresividad del sujeto violento, que llevó a la necesidad de neutralizarlo entre varios oficiales.
Este incidente en calles del Centro Histórico, es un reflejo de la complejidad de la relación entre ciudadanos y autoridades, especialmente en situaciones donde la seguridad pública está en juego; además, es necesario que la sociedad trabaje para comprender las diversas perspectivas en juego y promueva una cultura de respeto a la autoridad y fomento a los derechos humanos.
DE REBOTE
Perder el trabajo todo por la necesidad imperiosa de generar contenido en redes sociales, es toda una tragedia de los tiempos modernos y eso lo debe de saber Cristina Niño de Rivera, ex directora de Gobierno en el estado; la falta de sensibilidad y de mística de servicio, la llevaron en menos de 24 horas a cambiar su realidad.
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