/ martes 14 de enero de 2020

Fuerza de Voluntad… Política

Desabasto, limitación de servicios y falta de gratuidad: la nueva cara del Sistema de Salud


El primero de enero del año 2020 el nuevo Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) comenzó operaciones con el objetivo de sustituir los servicios del Seguro Popular que habría sido aprobado en 2003, para entrar en vigor el primero de enero de 2004 bajo el nombre de Sistema de Protección Social en Salud, mejor conocido como Seguro Popular.

La cobertura del Seguro Popular había logado duplicar su padrón de afiliados de casi 13 millones de personas en 2012 a 26 millones de personas para enero de 2018, proporcionando más de 280 intervenciones diferentes e incorporando diversos tratamientos como cáncer de esófago así como trasplantes de corazón, hígado y pulmón para la población no derechohabiente a un seguro de salud público o voluntario.

El Insabi como órgano descentralizado del sistema de salud, ha venido a sepultar aquellos avances de una institución que se había venido fortaleciendo a lo largo de las administraciones y que a pesar de la alternancia política había logrado satisfacer su objetivo principal de ampliar y garantizar servicios de salud a un mayor número de personas.

El objetivo y justificación de Morena para realizar esta transición, se fundaba en la necesidad de garantizar servicios de salud integrales y universales así como eliminar el trámite de afiliación que antes requería el Seguro Popular y exentar en el pago de cuotas.

Sin embargo, la desordenada transición que ha caracterizado a la administración en turno por las ocurrencias y desconocimiento, ha llegado al sector más sensible de los mexicanos y al contrario de justificar el cambio institucional con resultados, las consecuencias han cobrado con la vida de mexicanos.

Contrastando con la gratuidad que se había prometido, los servicios se han incrementado y los usuarios que antes pagaban $88.00 pesos al día por una cama ahora pagan $477.00 pesos, los enfermos de han sido canalizados al Hospital General de México no tienen como pagar dichas cuotas, ni los medicamentos o siquiera regresar a sus lugares de origen.

Las deudas que se han generado por un incremento sin precedentes a las cuotas han resultado imposibles de pagar para los familiares de los usuarios y la institución ha secuestrado los cuerpos de los fallecidos por deudas de tratamientos y estancia en el Hospital.

El desabasto y falta de medicamentos para niños con cáncer ha dejado a los menores sin quimioterapia, se ha suspendido el servicio por desabasto y falta de médicos y especialistas.

El reclamo social ya va mucho más allá de preferencias políticas, las suplicas de los usuarios es por empatía del gobierno, el presidente López Obrador sigue jugando sus cartas y la salud y vida de los mexicanos es ahora el resultado de su imposición e incapacidad de gobernar y proteger a los mexicanos.

Facebook: Felifer Macías

Twitter: @FeliFer Macías

Instagram: @FeliFer Macías

Desabasto, limitación de servicios y falta de gratuidad: la nueva cara del Sistema de Salud


El primero de enero del año 2020 el nuevo Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) comenzó operaciones con el objetivo de sustituir los servicios del Seguro Popular que habría sido aprobado en 2003, para entrar en vigor el primero de enero de 2004 bajo el nombre de Sistema de Protección Social en Salud, mejor conocido como Seguro Popular.

La cobertura del Seguro Popular había logado duplicar su padrón de afiliados de casi 13 millones de personas en 2012 a 26 millones de personas para enero de 2018, proporcionando más de 280 intervenciones diferentes e incorporando diversos tratamientos como cáncer de esófago así como trasplantes de corazón, hígado y pulmón para la población no derechohabiente a un seguro de salud público o voluntario.

El Insabi como órgano descentralizado del sistema de salud, ha venido a sepultar aquellos avances de una institución que se había venido fortaleciendo a lo largo de las administraciones y que a pesar de la alternancia política había logrado satisfacer su objetivo principal de ampliar y garantizar servicios de salud a un mayor número de personas.

El objetivo y justificación de Morena para realizar esta transición, se fundaba en la necesidad de garantizar servicios de salud integrales y universales así como eliminar el trámite de afiliación que antes requería el Seguro Popular y exentar en el pago de cuotas.

Sin embargo, la desordenada transición que ha caracterizado a la administración en turno por las ocurrencias y desconocimiento, ha llegado al sector más sensible de los mexicanos y al contrario de justificar el cambio institucional con resultados, las consecuencias han cobrado con la vida de mexicanos.

Contrastando con la gratuidad que se había prometido, los servicios se han incrementado y los usuarios que antes pagaban $88.00 pesos al día por una cama ahora pagan $477.00 pesos, los enfermos de han sido canalizados al Hospital General de México no tienen como pagar dichas cuotas, ni los medicamentos o siquiera regresar a sus lugares de origen.

Las deudas que se han generado por un incremento sin precedentes a las cuotas han resultado imposibles de pagar para los familiares de los usuarios y la institución ha secuestrado los cuerpos de los fallecidos por deudas de tratamientos y estancia en el Hospital.

El desabasto y falta de medicamentos para niños con cáncer ha dejado a los menores sin quimioterapia, se ha suspendido el servicio por desabasto y falta de médicos y especialistas.

El reclamo social ya va mucho más allá de preferencias políticas, las suplicas de los usuarios es por empatía del gobierno, el presidente López Obrador sigue jugando sus cartas y la salud y vida de los mexicanos es ahora el resultado de su imposición e incapacidad de gobernar y proteger a los mexicanos.

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