/ viernes 4 de enero de 2019

Humanitas, Arte y Pasión

Bocetos sobre la historia de un azul de ultramar (más allá del mar)

El color azul tiene registros de su empleo desde hace 5000 años en Mesopotamia, Egipto y China. Se obtenían de piedras como el lapislázuli, de la Azurita y en el caso del azul egipcio de un compuesto preparado por ellos a base de arena del Nilo, sales de cobre y temperaturas de entre 800 a 1000 grados.

Sin embargo, en las pinturas del Paleolítico superior como en Lascaux, Francia no se utilizó el color azul, seguramente no lo conocían. Cabe mencionar que Homero en la Ilíada y la Odisea, nunca menciona el azul del cielo o del mar, incluso cuando se refiere al mar lo compara con el color del vino.

El azul de ultramar proviene del mineral lapislázuli, los grandes yacimientos se encuentran en Afganistán, desde donde llegó hasta Europa entrando por Venecia. Plinio el viejo menciona el caeruleum scythicum que seguramente era la Lazurita, que más tarde en Italia se le llamó Azurrum Ultramarinum.

En la Edad Media ya se utilizaba el azul ultramarino. Marco Polo visitó las minas de Afganistán en 1271, y ya informaba de la elaboración de un pigmento azul a partir del mineral del lapislázuli pulverizado, era muy costoso, casi comparado con el oro.

El ultramarino auténtico, hecho a base de lapislázuli se utilizó por los artistas para aplicar en las zonas más valiosas de los cuadros, incluso a los pintores les llegaban a pagar con el costoso pigmento.

En obras maestras como el “Descendimiento de Cristo” de Rogier van der Weyden, la Virgen María aparece desmayada, porta un vestido de azul intenso, azul ultramar, color que le otorga la importancia y jerarquía al personaje, además por lo costoso del material. La obra fue pintada sobre panel de madera en 1435 y se encuentra actualmente en el Museo del Prado en Madrid.

En el siglo XIX la revolución industrial y química produjo en 1828 el ultramarino sintético, que permitía el uso de este color de manera industrial. Desde 1829 la manufactura de porcelana de Sajonia fabricó ultramarino sintético; en 1830 se fundaba la primera fábrica de ultramarino en Francia.

Debido a sus extraordinarias propiedades técnicas y pictóricas, y su especial tonalidad de color, se encuentra entre los pigmentos más importantes e indispensables en la pintura al óleo, al temple y la acuarela.

El azul es un color primario junto con el rojo y el amarillo, su color complementario es el naranja. Es el quinto color del arcoíris y su temperatura es considerada fría.

Importantes artistas modernos han explorado con el color azul territorios pictóricos extraordinarios, Pablo Picasso y su etapa azul o Yves Klein quien desarrolló toda una narrativa pictórico-poética a base del International Klein Blue.

El color azul irrumpió en la historia en el año de 1704, descubierto en Berlín por el químico Diesbach, y fabricado industrialmente hacia el año de 1750, se conoció como azul de cianuro de hierro. El nombre comercial fue azul de Prusia o de Berlín y azul de París como denominaciones de origen. Fue tan utilizado que los uniformes del ejército prusiano eran teñidos con este tono de azul.

El artista Yishai Jusidman (México 1963) realizó una exposición pictórica sobre el azul de Prusia como el color del holocausto, por su presencia en los campos de concentración como Auschwitz, porque los nazis utilizaron el ácido Zyklon B (a base de cianuro) para rociar a los seres humanos que sacrificaban, y éste reaccionaba con el yeso de las paredes y las manchaba de azul, de azul de Prusia para una estética del horror, a la que Jusidman nos acerca como paradoja de la condición humana moderna.

bobiglez@gmail.com

Bocetos sobre la historia de un azul de ultramar (más allá del mar)

El color azul tiene registros de su empleo desde hace 5000 años en Mesopotamia, Egipto y China. Se obtenían de piedras como el lapislázuli, de la Azurita y en el caso del azul egipcio de un compuesto preparado por ellos a base de arena del Nilo, sales de cobre y temperaturas de entre 800 a 1000 grados.

Sin embargo, en las pinturas del Paleolítico superior como en Lascaux, Francia no se utilizó el color azul, seguramente no lo conocían. Cabe mencionar que Homero en la Ilíada y la Odisea, nunca menciona el azul del cielo o del mar, incluso cuando se refiere al mar lo compara con el color del vino.

El azul de ultramar proviene del mineral lapislázuli, los grandes yacimientos se encuentran en Afganistán, desde donde llegó hasta Europa entrando por Venecia. Plinio el viejo menciona el caeruleum scythicum que seguramente era la Lazurita, que más tarde en Italia se le llamó Azurrum Ultramarinum.

En la Edad Media ya se utilizaba el azul ultramarino. Marco Polo visitó las minas de Afganistán en 1271, y ya informaba de la elaboración de un pigmento azul a partir del mineral del lapislázuli pulverizado, era muy costoso, casi comparado con el oro.

El ultramarino auténtico, hecho a base de lapislázuli se utilizó por los artistas para aplicar en las zonas más valiosas de los cuadros, incluso a los pintores les llegaban a pagar con el costoso pigmento.

En obras maestras como el “Descendimiento de Cristo” de Rogier van der Weyden, la Virgen María aparece desmayada, porta un vestido de azul intenso, azul ultramar, color que le otorga la importancia y jerarquía al personaje, además por lo costoso del material. La obra fue pintada sobre panel de madera en 1435 y se encuentra actualmente en el Museo del Prado en Madrid.

En el siglo XIX la revolución industrial y química produjo en 1828 el ultramarino sintético, que permitía el uso de este color de manera industrial. Desde 1829 la manufactura de porcelana de Sajonia fabricó ultramarino sintético; en 1830 se fundaba la primera fábrica de ultramarino en Francia.

Debido a sus extraordinarias propiedades técnicas y pictóricas, y su especial tonalidad de color, se encuentra entre los pigmentos más importantes e indispensables en la pintura al óleo, al temple y la acuarela.

El azul es un color primario junto con el rojo y el amarillo, su color complementario es el naranja. Es el quinto color del arcoíris y su temperatura es considerada fría.

Importantes artistas modernos han explorado con el color azul territorios pictóricos extraordinarios, Pablo Picasso y su etapa azul o Yves Klein quien desarrolló toda una narrativa pictórico-poética a base del International Klein Blue.

El color azul irrumpió en la historia en el año de 1704, descubierto en Berlín por el químico Diesbach, y fabricado industrialmente hacia el año de 1750, se conoció como azul de cianuro de hierro. El nombre comercial fue azul de Prusia o de Berlín y azul de París como denominaciones de origen. Fue tan utilizado que los uniformes del ejército prusiano eran teñidos con este tono de azul.

El artista Yishai Jusidman (México 1963) realizó una exposición pictórica sobre el azul de Prusia como el color del holocausto, por su presencia en los campos de concentración como Auschwitz, porque los nazis utilizaron el ácido Zyklon B (a base de cianuro) para rociar a los seres humanos que sacrificaban, y éste reaccionaba con el yeso de las paredes y las manchaba de azul, de azul de Prusia para una estética del horror, a la que Jusidman nos acerca como paradoja de la condición humana moderna.

bobiglez@gmail.com