/ viernes 8 de febrero de 2019

Humanitas: arte y pasión

Michelangelo Merisi llamado Caravaggio, nace en Milán en el año 1573 y muere en Porto Ercole en 1610. Artista considerado barroco por apartarse del manierismo italiano. Pintor naturalista, es decir, su propósito con la pintura era copiar fielmente la naturaleza ya fuera bella o fea, no pretendía corregir sus defectos o imperfecciones. Su pintura está inspirada en la gente del pueblo, hombres y mujeres de la calle. Los personajes bíblicos y míticos los hizo parecer reales y tangibles, como si los hechos hubieran ocurrido frente a sus ojos.
Trabajó su obra en clave del claro oscuro o tenebrismo, llamado así en su estancia en España, confiriendo a su pintura de mayor realismo y dramatismo. Sir Ernst H. Gombrich nos dice de la pintura de Caravaggio que “acaricia la sombra y la luz no la elimina, se diluye en ella”. Instaura el realismo naturalismo, es decir, con su pintura pretende demostrar que el hombre crea a Dios a su imagen y semejanza y no al revés. Caravaggio no sentía ningún respeto por la belleza ideal, él quería pintar lo que veía tal y como estaba, fue señalado por esto de “naturalista” en el sentido en el que existía oposición entre naturaleza y fe, aunque más tarde la Contrarreforma lo aceptó sin reclamos. Para la Iglesia fueron importantes sus aportaciones a la pintura religiosa, en el sentido de que la dotó de un humanismo que se necesitaba: “que el devoto se reconozca así mismo entre las figuras santas, que son hombres y mujeres como todos, con lo que el mensaje evangélico resulta de fácil comprensión”. La tradición señala a Caravaggio como el primer autor del género de naturaleza muerta, la obra “La cesta de frutos” de 1599 así nos lo confirma.
En sus obras religiosas se aprecia el gusto por retratar a la gente común de los barrios, abandonando la idealización renacentista de las figuras bíblicas. El cuadro que causó más controversia fue sin duda “El tránsito de la Virgen” de 1606, en donde pintó una Virgen María en un lecho de muerte ordinario, con el cuerpo inflamado y los pies descalzos. Su modelo había sido el cuerpo de una mujer rústica que se había ahogado en el río Tíber. Otra obra maestra de Caravaggio es sin duda “La incredulidad de Santo Tomás” en la que los apóstoles aparecen como unos vulgares piqueteros, uno de ellos Sto. Tomás, está cometiendo el acto abyecto de penetrar con su dedo el cuerpo de Cristo para aliviar su incredulidad.

En su pintura “Descanso en la huida a Egipto” obra que se encuentra en la galería del palazzo Doria Pamphilj de Roma, también cometió un acto irreverente al representar a un ángel como un miembro más de la santa familia. Fue también un aficionado de retratarse en sus cuadros como un personaje más, en la famosa obra “La ejecución de San Mateo” aparece como un observador de la ejecución. En la obra “La aprensión de Cristo en Getsemaní” aparece portando una lámpara que alumbra la escena. En la espléndida obra de “David con la cabeza de Goliat” se retrata en el rostro de Goliat. Caravaggio fue un artista con oficio de pintor absoluto, y de un talante pendenciero del barrio bravo de la ciudad. Se sabe que además de haber participado en múltiples riñas, mató en un duelo a Ranuccio Tomassoni, hombre de negocios turbios y conocido proxeneta en Roma, que al parecer tuvo haberes con una infiel mujer amante de Caravaggio, ofensa por la cual se llevó a cabo el duelo entre rivales. Uno era diestro con la espada y el otro un maestro del pincel. El pintor tuvo que huir de Roma en 1606 por este hecho. De ahí que algunas de sus obras fueron realizadas en Nápoles, Malta y Sicilia.
Por último, dejó de huir cuando obtuvo el perdón del Papa por este delito, además del distanciamiento de algunos amigos y protectores como lo fue el cardenal del Monte.

En 1610 totalmente en desgracia, intenta regresar a la Ciudad Eterna pero la muerte no se lo permite, llevándoselo a los 37 años de edad en la ciudad de Porto Ercole a causa de una epidemia de fiebre.

En su célebre cuadro “David con la cabeza de Goliat” se autorretrata como Goliat y pinta una inscripción abreviada en latín “H_AS OS” sobre la espada del héroe israelita: “Humilitas occidit superbian” _ humildad mata orgullo_. Moraleja: la furia de un pintor puede clavar su espada o su suave pincel en la flácida humanidad de un turbio hombre de negocios.
bobiglez@gmail.com

Michelangelo Merisi llamado Caravaggio, nace en Milán en el año 1573 y muere en Porto Ercole en 1610. Artista considerado barroco por apartarse del manierismo italiano. Pintor naturalista, es decir, su propósito con la pintura era copiar fielmente la naturaleza ya fuera bella o fea, no pretendía corregir sus defectos o imperfecciones. Su pintura está inspirada en la gente del pueblo, hombres y mujeres de la calle. Los personajes bíblicos y míticos los hizo parecer reales y tangibles, como si los hechos hubieran ocurrido frente a sus ojos.
Trabajó su obra en clave del claro oscuro o tenebrismo, llamado así en su estancia en España, confiriendo a su pintura de mayor realismo y dramatismo. Sir Ernst H. Gombrich nos dice de la pintura de Caravaggio que “acaricia la sombra y la luz no la elimina, se diluye en ella”. Instaura el realismo naturalismo, es decir, con su pintura pretende demostrar que el hombre crea a Dios a su imagen y semejanza y no al revés. Caravaggio no sentía ningún respeto por la belleza ideal, él quería pintar lo que veía tal y como estaba, fue señalado por esto de “naturalista” en el sentido en el que existía oposición entre naturaleza y fe, aunque más tarde la Contrarreforma lo aceptó sin reclamos. Para la Iglesia fueron importantes sus aportaciones a la pintura religiosa, en el sentido de que la dotó de un humanismo que se necesitaba: “que el devoto se reconozca así mismo entre las figuras santas, que son hombres y mujeres como todos, con lo que el mensaje evangélico resulta de fácil comprensión”. La tradición señala a Caravaggio como el primer autor del género de naturaleza muerta, la obra “La cesta de frutos” de 1599 así nos lo confirma.
En sus obras religiosas se aprecia el gusto por retratar a la gente común de los barrios, abandonando la idealización renacentista de las figuras bíblicas. El cuadro que causó más controversia fue sin duda “El tránsito de la Virgen” de 1606, en donde pintó una Virgen María en un lecho de muerte ordinario, con el cuerpo inflamado y los pies descalzos. Su modelo había sido el cuerpo de una mujer rústica que se había ahogado en el río Tíber. Otra obra maestra de Caravaggio es sin duda “La incredulidad de Santo Tomás” en la que los apóstoles aparecen como unos vulgares piqueteros, uno de ellos Sto. Tomás, está cometiendo el acto abyecto de penetrar con su dedo el cuerpo de Cristo para aliviar su incredulidad.

En su pintura “Descanso en la huida a Egipto” obra que se encuentra en la galería del palazzo Doria Pamphilj de Roma, también cometió un acto irreverente al representar a un ángel como un miembro más de la santa familia. Fue también un aficionado de retratarse en sus cuadros como un personaje más, en la famosa obra “La ejecución de San Mateo” aparece como un observador de la ejecución. En la obra “La aprensión de Cristo en Getsemaní” aparece portando una lámpara que alumbra la escena. En la espléndida obra de “David con la cabeza de Goliat” se retrata en el rostro de Goliat. Caravaggio fue un artista con oficio de pintor absoluto, y de un talante pendenciero del barrio bravo de la ciudad. Se sabe que además de haber participado en múltiples riñas, mató en un duelo a Ranuccio Tomassoni, hombre de negocios turbios y conocido proxeneta en Roma, que al parecer tuvo haberes con una infiel mujer amante de Caravaggio, ofensa por la cual se llevó a cabo el duelo entre rivales. Uno era diestro con la espada y el otro un maestro del pincel. El pintor tuvo que huir de Roma en 1606 por este hecho. De ahí que algunas de sus obras fueron realizadas en Nápoles, Malta y Sicilia.
Por último, dejó de huir cuando obtuvo el perdón del Papa por este delito, además del distanciamiento de algunos amigos y protectores como lo fue el cardenal del Monte.

En 1610 totalmente en desgracia, intenta regresar a la Ciudad Eterna pero la muerte no se lo permite, llevándoselo a los 37 años de edad en la ciudad de Porto Ercole a causa de una epidemia de fiebre.

En su célebre cuadro “David con la cabeza de Goliat” se autorretrata como Goliat y pinta una inscripción abreviada en latín “H_AS OS” sobre la espada del héroe israelita: “Humilitas occidit superbian” _ humildad mata orgullo_. Moraleja: la furia de un pintor puede clavar su espada o su suave pincel en la flácida humanidad de un turbio hombre de negocios.
bobiglez@gmail.com