/ viernes 21 de febrero de 2020

Humanitas: arte y pasión

En la pasada edición de Zonamaco en la ciudad de México, en donde se dieron cita importantes galerías nacionales e internacionales, surgió un escándalo mediático que puso en todas las redes sociales la figura de la crítica de arte Avelina Lesper y la obra del artista Gabriel Rico que se destruyó en circunstancias extrañas en el espacio de la galería OMR.

Gabriel Rico nace en 1980 en Lagos de Moreno, Jalisco, y radica en Guadalajara. Es un artista inscrito en el arte contemporáneo con reconocimiento internacional, participó en la pasada Bienal de Venecia 2019 junto con Teresa Margulles y Pablo Vargas Lugo. Es representado en Europa por la galería francesa de Emanuel Perrotin, quien cuenta con espacios además de París, en Nueva York, Tokio, Shanghái, Seúl y Hong Kong. Gabriel Rico realiza piezas en las que combina los objetos naturales y no naturales, su sentido es deconstruir y recontextualizar la idea del objeto. Su obra plantea la fragmentación del ser humano en un entorno hipermoderno, que a la velocidad que transcurre la vida y los fragmentos de tiempo, o instantes, convierten todo en una padecería de conceptos y de vivencias, que tendrán que ser reconstruidas por la memoria y por la acción de los artistas contemporáneos. En sus obras es recurrente encontrar piezas taxidermistas, pelotas, cuchillos, piedras, luz neón y demás objetos recolectados, que lo remiten a su infancia. Provoca un encuentro entre los objetos que el recolecta, estableciendo una nueva relación espacio-conceptual entre dichos objetos que permiten visualizar otras posibilidades de su estar en el mundo.

El afferire de Avelina Lesper con la obra de Rico, provocó especulaciones, el hecho fue que al acercarse demasiado la crítica a la obra esta cayó al piso destruyéndose el vidrio que contenía los objetos recolectados por Rico. Ante este hecho los responsables de la galería OMR le informaron que el precio de la obra era de 20 mil dólares. Finalmente se pusieron de acuerdo ambas partes y lo consideraron un accidente y no paso a mayores. Sin embargo, muchos actores de la esfera cultural reclamaron y acusaron a Avelina de haber destruido intencionalmente dicha obra, lo que provocó una gran publicidad gratuita para la OMR y para el artista.

Lo importante ahora es que se visualizó a Gabriel Rico como artista contemporáneo mexicano, que propone desde su obra la reflexión sobre todos los objetos que aparecen en sus instalaciones, que se reconocen y activan las posibilidades de pensamiento que construyen permanentemente el concepto arte.

El arte contemporáneo provoca posibilidades, desde diversas emociones y sobre todo un ejercicio para pensar, pensamiento crítico que se manifiesta en la sombra de las luminarias, y en eso radica la importancia de su exhibición.

bobiglez@gmail.com

En la pasada edición de Zonamaco en la ciudad de México, en donde se dieron cita importantes galerías nacionales e internacionales, surgió un escándalo mediático que puso en todas las redes sociales la figura de la crítica de arte Avelina Lesper y la obra del artista Gabriel Rico que se destruyó en circunstancias extrañas en el espacio de la galería OMR.

Gabriel Rico nace en 1980 en Lagos de Moreno, Jalisco, y radica en Guadalajara. Es un artista inscrito en el arte contemporáneo con reconocimiento internacional, participó en la pasada Bienal de Venecia 2019 junto con Teresa Margulles y Pablo Vargas Lugo. Es representado en Europa por la galería francesa de Emanuel Perrotin, quien cuenta con espacios además de París, en Nueva York, Tokio, Shanghái, Seúl y Hong Kong. Gabriel Rico realiza piezas en las que combina los objetos naturales y no naturales, su sentido es deconstruir y recontextualizar la idea del objeto. Su obra plantea la fragmentación del ser humano en un entorno hipermoderno, que a la velocidad que transcurre la vida y los fragmentos de tiempo, o instantes, convierten todo en una padecería de conceptos y de vivencias, que tendrán que ser reconstruidas por la memoria y por la acción de los artistas contemporáneos. En sus obras es recurrente encontrar piezas taxidermistas, pelotas, cuchillos, piedras, luz neón y demás objetos recolectados, que lo remiten a su infancia. Provoca un encuentro entre los objetos que el recolecta, estableciendo una nueva relación espacio-conceptual entre dichos objetos que permiten visualizar otras posibilidades de su estar en el mundo.

El afferire de Avelina Lesper con la obra de Rico, provocó especulaciones, el hecho fue que al acercarse demasiado la crítica a la obra esta cayó al piso destruyéndose el vidrio que contenía los objetos recolectados por Rico. Ante este hecho los responsables de la galería OMR le informaron que el precio de la obra era de 20 mil dólares. Finalmente se pusieron de acuerdo ambas partes y lo consideraron un accidente y no paso a mayores. Sin embargo, muchos actores de la esfera cultural reclamaron y acusaron a Avelina de haber destruido intencionalmente dicha obra, lo que provocó una gran publicidad gratuita para la OMR y para el artista.

Lo importante ahora es que se visualizó a Gabriel Rico como artista contemporáneo mexicano, que propone desde su obra la reflexión sobre todos los objetos que aparecen en sus instalaciones, que se reconocen y activan las posibilidades de pensamiento que construyen permanentemente el concepto arte.

El arte contemporáneo provoca posibilidades, desde diversas emociones y sobre todo un ejercicio para pensar, pensamiento crítico que se manifiesta en la sombra de las luminarias, y en eso radica la importancia de su exhibición.

bobiglez@gmail.com