/ viernes 14 de agosto de 2020

Humanitas: arte y pasión

Walter Benjamin y la mirada del Ángelus novus es una acuarela pintada por Paul Klee que encantó a Benajamin y la adquirió en 1921 para llamarla el Ángel de la historia.

Los ángeles nuevos según la tradición talmúdica “son aquellos ángeles que son creados a cada instante para alabar y cantar a Dios, terminar su misión y disolverse en la nada”. Son los nuevos seres creados que renuevan el canto eterno a Dios.

Para Benjamin el ángel nuevo es el ángel de la historia, que le inspira la acuarela de Paul Klee, sin embargo la descripción que realiza al parecer se refiere a otro ángel de la historia, que había visto en un grabado de finales del siglo XVIII, un grabado de la autoría de Gravelot y Cochin, titulado L’histoire. En esta obra se aparecía un ángel mirando hacia atrás (al pasado) que se recarga sobre un viejo que lleva una guadaña que representa al tiempo, porque mata al presente y lo vuelve pasado. Sobre la espalda del viejo el ángel escribe la historia ceñido con la luz de la verdad. A los pies del ángel se encuentra una trompeta que celebra las hazañas de conquista y unas monedas símbolo del progreso material, un libro con el nombre de Tucídides (el historiador y militar ateniense que escribió la Historia de la guerra del Peloponeso). Esta obra es una alegoría de la historia de estilo neoclásico.

Benjamin ve en el Ángelus novus de Paul Klee la misma alegoría y así lo describe en su tesis IX de su texto sobre el concepto de la historia:

“Hay un cuadro de Klee que se titula ángelus novus. Se ve en el un ángel al parecer en el momento de alejarse de algo en lo cual clava su mirada. Tiene ojos desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que arroja a sus pies ruina sobre ruina, amontonándolos sin cesar. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelva las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso”.

Para Benjamin el progreso es la catástrofe, es decir, la “catástrofe consiste en que las cosas sigan adelante, así como están”. Esta es una alegoría que explica su crítica a la idea ilustrada del progreso moderno. La mirada a la historia, al daño del pasado, a lo derrotado, a lo destruido, a lo olvidado o borrado. Parecería decir que lo que fue borrado tendrá que ser revelado.

Walter Benjamin fue un filósofo, escritor, crítico muy singular, sin duda es uno de los pensadores más importantes de la Escuela de Frankfurt. Fue un intelectual marginal y perseguido, su reconocimiento surge hacia la década de los 60’, su aportación a nuevas formas de concebir la historia, su abordaje a una crítica del arte moderno, la fotografía y la discusión sobre el concepto de aura, sus estudios sobre el barroco y el romanticismo, crítico del materialismo histórico de su época. Renovador de conceptos como la memoria, los fragmentos, el montaje, las citas. Participante de la escuela de Frankfurt junto a Max Horkheimer y Theodor Adorno.

Su drama ocurre durante la persecución de judíos por el nacional socialismo. En un periplo casi heroico en el que Benjamin intentaba llegar a estados Unidos vía Portugal, huyendo de la persecución, salió de París rumbo a Marsella, para desde allí iniciar un ascenso por el Pirineo para llegar a Portbou, España.

Benjamin en mal estado de salud, acompañaba a un pequeño grupo de personar que huían de la barbarie nazi, entre las que se encontraba la fotógrafa Henny Gurland, quien más tarde se casaría en Estados unidos con Eric Fromm. Cuando llegaron a Portbou pueblo de la frontera española, la policía no les permitió el ingreso al país, y les informó que al día siguiente serían entregados a las autoridades francesas de Vichy, para que estas a su vez, los entregaran a la policía nazi. Esa noche durmieron en un hostal del pueblo, Walter Benjamín aterrorizado se quedó en la Habitación número tres. Al día siguiente encontraron su cuerpo sin vida tendido sobre la cama. Al parecer había muerto de una sobredosis de morfina. La policía española al final les otorgó el permiso al resto del grupo. Benjamin no pudo cumplir su anhelo de llegar a América.

Por cierto el cuadro del Angelus nuovo de Paul Klee se lo encargó a su amigo George Bataille, quien resguardó una maleta con la acuarela y los textos inéditos del filósofo. El cuadro hoy se exhibe en el museo de arte de Israel.

bobiglez@gmail.com

Walter Benjamin y la mirada del Ángelus novus es una acuarela pintada por Paul Klee que encantó a Benajamin y la adquirió en 1921 para llamarla el Ángel de la historia.

Los ángeles nuevos según la tradición talmúdica “son aquellos ángeles que son creados a cada instante para alabar y cantar a Dios, terminar su misión y disolverse en la nada”. Son los nuevos seres creados que renuevan el canto eterno a Dios.

Para Benjamin el ángel nuevo es el ángel de la historia, que le inspira la acuarela de Paul Klee, sin embargo la descripción que realiza al parecer se refiere a otro ángel de la historia, que había visto en un grabado de finales del siglo XVIII, un grabado de la autoría de Gravelot y Cochin, titulado L’histoire. En esta obra se aparecía un ángel mirando hacia atrás (al pasado) que se recarga sobre un viejo que lleva una guadaña que representa al tiempo, porque mata al presente y lo vuelve pasado. Sobre la espalda del viejo el ángel escribe la historia ceñido con la luz de la verdad. A los pies del ángel se encuentra una trompeta que celebra las hazañas de conquista y unas monedas símbolo del progreso material, un libro con el nombre de Tucídides (el historiador y militar ateniense que escribió la Historia de la guerra del Peloponeso). Esta obra es una alegoría de la historia de estilo neoclásico.

Benjamin ve en el Ángelus novus de Paul Klee la misma alegoría y así lo describe en su tesis IX de su texto sobre el concepto de la historia:

“Hay un cuadro de Klee que se titula ángelus novus. Se ve en el un ángel al parecer en el momento de alejarse de algo en lo cual clava su mirada. Tiene ojos desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que arroja a sus pies ruina sobre ruina, amontonándolos sin cesar. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelva las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso”.

Para Benjamin el progreso es la catástrofe, es decir, la “catástrofe consiste en que las cosas sigan adelante, así como están”. Esta es una alegoría que explica su crítica a la idea ilustrada del progreso moderno. La mirada a la historia, al daño del pasado, a lo derrotado, a lo destruido, a lo olvidado o borrado. Parecería decir que lo que fue borrado tendrá que ser revelado.

Walter Benjamin fue un filósofo, escritor, crítico muy singular, sin duda es uno de los pensadores más importantes de la Escuela de Frankfurt. Fue un intelectual marginal y perseguido, su reconocimiento surge hacia la década de los 60’, su aportación a nuevas formas de concebir la historia, su abordaje a una crítica del arte moderno, la fotografía y la discusión sobre el concepto de aura, sus estudios sobre el barroco y el romanticismo, crítico del materialismo histórico de su época. Renovador de conceptos como la memoria, los fragmentos, el montaje, las citas. Participante de la escuela de Frankfurt junto a Max Horkheimer y Theodor Adorno.

Su drama ocurre durante la persecución de judíos por el nacional socialismo. En un periplo casi heroico en el que Benjamin intentaba llegar a estados Unidos vía Portugal, huyendo de la persecución, salió de París rumbo a Marsella, para desde allí iniciar un ascenso por el Pirineo para llegar a Portbou, España.

Benjamin en mal estado de salud, acompañaba a un pequeño grupo de personar que huían de la barbarie nazi, entre las que se encontraba la fotógrafa Henny Gurland, quien más tarde se casaría en Estados unidos con Eric Fromm. Cuando llegaron a Portbou pueblo de la frontera española, la policía no les permitió el ingreso al país, y les informó que al día siguiente serían entregados a las autoridades francesas de Vichy, para que estas a su vez, los entregaran a la policía nazi. Esa noche durmieron en un hostal del pueblo, Walter Benjamín aterrorizado se quedó en la Habitación número tres. Al día siguiente encontraron su cuerpo sin vida tendido sobre la cama. Al parecer había muerto de una sobredosis de morfina. La policía española al final les otorgó el permiso al resto del grupo. Benjamin no pudo cumplir su anhelo de llegar a América.

Por cierto el cuadro del Angelus nuovo de Paul Klee se lo encargó a su amigo George Bataille, quien resguardó una maleta con la acuarela y los textos inéditos del filósofo. El cuadro hoy se exhibe en el museo de arte de Israel.

bobiglez@gmail.com