/ viernes 15 de enero de 2021

Humanitas: arte y pasión

Una de las obras emblemáticas de la simbología política y religiosa del año 1533 es sin duda el cuadro conocido como “Los embajadores” de Hans Holbein el joven. Un óleo sobre 10 tablas de roble ensambladas al estilo de la época (seguramente con largueros con ensamble de cola de Milán) con dimensiones de 209 x 207 que actualmente se encuentra en la Galería Nacional de Londres.

Esta obra es realmente el retrato de Jean Dinteville y Georges de Selve. El primero nombrado embajador de Francia en la corte inglesa y motivo del retrato, y el segundo un obispo y amigo de Jean, un conciliador entre la política de ambos reinos y la iglesia de Roma. Jean Dinteville aparece en la obra del lado izquierdo, con elegante abrigo de piel negra, muestra una daga con el número 29 que era su edad en ese momento; en la cabeza porta boina de la que pende un broche en forma de calavera, en su cuello una cadena con la medalla de la orden de San Miguel. Del lado derecho el obispo de Lavaur, George de Selve, viste de negro con abrigo de piel y un tocado en la cabeza, en la mano derecha lleva un par de guantes. Los dos hombres están parados sobre un piso con diseño que alude al universo macrocósmico y ellos representan el microcosmos, algo similar al que había en la abadía de Westminster. El círculo central representa a Dios y los otros a los 4 elementos. En el centro de la obra aparece un mueble con objetos que representan el quadrivium las cuatro ciencias dentro de las siete artes liberales: la aritmética, la geometría, astronomía y la música, que fueron representativas del Renacimiento.

En la parte superior del mueble se hallan sobre un tapete rojo instrumentos astronómicos y de medición del tiempo, como son relojes de sol, que de acuerdo algunos críticos marcan la fecha entre el 11 y el 15 de abril haciendo alusión al viernes santo del aquel año, vinculándolo con un crucifijo que aparece a un lado la cortina verde de fondo del lado izquierdo y un libro en el que recarga el codo George de Selve, que aparece su edad 25 años en ese momento, quedándole solo 7 años de vida. Del otro lado una esfera celeste mostrando las constelaciones y en particular la del Cisne. Del lado de George de Selve aparece un torquetum (instrumento medieval de medición astronómica). En el tablero inferior un globo terráqueo en el que aparecen notas geopolíticas, se perciben las circunnavegaciones de Magallanes en el que se percibe América. Hay también un libro de matemáticas de Petrus Apianus matemático y astrónomo alemán de 1527, libro de cálculo para la burguesía emergente, comerciantes de oficio. Parece también un Laúd con una cuerda rota que alude a la fractura que sufre la iglesia en Europa iniciada por Martin Lutero. A un lado un libro de himnos con cantos luteranos de Johannes Walther de 1524 abierto en ambas páginas y un grupo de flautas, objetos que conciernen a la música.

En primer plano de la obra, aparece una figura deformada conocida como “el hueso sepia” que se trata de un anamorfico que Holbein pinto en el centro de la obra, esto es una figura deformada que se corrige observándola con una perspectiva particular o reflejada en una superficie redonda como el dorso de una cuchara de té. La extraña figura es un cráneo en alusión a la finitud de la vida, aún en la corte. Esta figura se relaciona con el crucifijo y con San Jerónimo, así como con las llamadas vanitas que hablan de los objetos que nos muestran que somos finitos en este mundo (flores, velas, relojes, etc.)

El contexto político que señala esta obra son las posiciones entre el rey Francisco I de Francia, y Enrique VIII rey de Inglaterra en contra de Carlos V, Emperador del Sacro Imperio Romano; además del cisma que provoca la reforma luterana, pinta a estos dos personajes que asistieron el conflicto entre la iglesia de Roma e Inglaterra a causa del matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena, por lo que será el rey excomulgado por el Papa Clemente VII en el año de 1534, naciendo así la iglesia anglicana en Inglaterra.

bobiglez@gmail.com

Una de las obras emblemáticas de la simbología política y religiosa del año 1533 es sin duda el cuadro conocido como “Los embajadores” de Hans Holbein el joven. Un óleo sobre 10 tablas de roble ensambladas al estilo de la época (seguramente con largueros con ensamble de cola de Milán) con dimensiones de 209 x 207 que actualmente se encuentra en la Galería Nacional de Londres.

Esta obra es realmente el retrato de Jean Dinteville y Georges de Selve. El primero nombrado embajador de Francia en la corte inglesa y motivo del retrato, y el segundo un obispo y amigo de Jean, un conciliador entre la política de ambos reinos y la iglesia de Roma. Jean Dinteville aparece en la obra del lado izquierdo, con elegante abrigo de piel negra, muestra una daga con el número 29 que era su edad en ese momento; en la cabeza porta boina de la que pende un broche en forma de calavera, en su cuello una cadena con la medalla de la orden de San Miguel. Del lado derecho el obispo de Lavaur, George de Selve, viste de negro con abrigo de piel y un tocado en la cabeza, en la mano derecha lleva un par de guantes. Los dos hombres están parados sobre un piso con diseño que alude al universo macrocósmico y ellos representan el microcosmos, algo similar al que había en la abadía de Westminster. El círculo central representa a Dios y los otros a los 4 elementos. En el centro de la obra aparece un mueble con objetos que representan el quadrivium las cuatro ciencias dentro de las siete artes liberales: la aritmética, la geometría, astronomía y la música, que fueron representativas del Renacimiento.

En la parte superior del mueble se hallan sobre un tapete rojo instrumentos astronómicos y de medición del tiempo, como son relojes de sol, que de acuerdo algunos críticos marcan la fecha entre el 11 y el 15 de abril haciendo alusión al viernes santo del aquel año, vinculándolo con un crucifijo que aparece a un lado la cortina verde de fondo del lado izquierdo y un libro en el que recarga el codo George de Selve, que aparece su edad 25 años en ese momento, quedándole solo 7 años de vida. Del otro lado una esfera celeste mostrando las constelaciones y en particular la del Cisne. Del lado de George de Selve aparece un torquetum (instrumento medieval de medición astronómica). En el tablero inferior un globo terráqueo en el que aparecen notas geopolíticas, se perciben las circunnavegaciones de Magallanes en el que se percibe América. Hay también un libro de matemáticas de Petrus Apianus matemático y astrónomo alemán de 1527, libro de cálculo para la burguesía emergente, comerciantes de oficio. Parece también un Laúd con una cuerda rota que alude a la fractura que sufre la iglesia en Europa iniciada por Martin Lutero. A un lado un libro de himnos con cantos luteranos de Johannes Walther de 1524 abierto en ambas páginas y un grupo de flautas, objetos que conciernen a la música.

En primer plano de la obra, aparece una figura deformada conocida como “el hueso sepia” que se trata de un anamorfico que Holbein pinto en el centro de la obra, esto es una figura deformada que se corrige observándola con una perspectiva particular o reflejada en una superficie redonda como el dorso de una cuchara de té. La extraña figura es un cráneo en alusión a la finitud de la vida, aún en la corte. Esta figura se relaciona con el crucifijo y con San Jerónimo, así como con las llamadas vanitas que hablan de los objetos que nos muestran que somos finitos en este mundo (flores, velas, relojes, etc.)

El contexto político que señala esta obra son las posiciones entre el rey Francisco I de Francia, y Enrique VIII rey de Inglaterra en contra de Carlos V, Emperador del Sacro Imperio Romano; además del cisma que provoca la reforma luterana, pinta a estos dos personajes que asistieron el conflicto entre la iglesia de Roma e Inglaterra a causa del matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena, por lo que será el rey excomulgado por el Papa Clemente VII en el año de 1534, naciendo así la iglesia anglicana en Inglaterra.

bobiglez@gmail.com