/ viernes 22 de enero de 2021

Humanitas: arte y pasión

“El tiempo sagrado es un tiempo separado para una realidad separada que trasciende el reloj y el calendario, ya que señala nuestras citas con lo eterno”. En la lectura de mitos es indispensable separar el tiempo sagrado del tiempo profano, el profano es el tiempo que mide el reloj y los calendarios. El tiempo sagrado es el de la experiencia mística, el de la revelación.

Uno de los mitos universales más conocido es el diluvio, la brutal inundación que deslizo al mundo hacia los abismos del sinsentido. En todos los continentes existen narrativas sobre este hecho ocurrido hace milenios, pero que dejo huellas o indicios que han permanecido en las diferentes culturas hasta nuestros días. Hemos leído en la biblia el Génesis (6:5 -9:17) como Yahvé decidió destruir su creación en vista de la maldad que se había desarrollado en los seres creados. El único que se salvaría de la destrucción del mundo sería Noé, por haber sido en su tiempo hombre justo y cabal. Dios hablo con Noé y le dio las instrucciones precisas de lo que debía de hacer, construir un arca para salvar a su familia y llevarse a bordo parejas de animales de cada especie. Noé ejecutó todo lo que había ordenado Yahvé. Luego las aguas del diluvio inundaron la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches hasta que se cerraron las compuertas del cielo y los abismos del mar. Luego Yahvé ordenó a Noé salir con su familia del arca y liberar a todos los animales para poblar la tierra. Noé construyo un altar para Yahvé y ofreció holocaustos en agradecimiento.

También existe un relato babilónico sobre el diluvio, en el poema de Gilgamesh aparece un personaje llamado Utnapishtim quien salvó a la humanidad, embarcándose en un arca acompañado de su familia y de parejas de animales macho y hembra, provisiones, oro y plata.

En los textos judaicos se habla del diluvio por parte de Yavé, el relato nos cuenta como la humanidad malvada estaba mezclada con gigantes híbridos surgido de la unión antinatural de los ángeles que se habían vuelto malos y tomaron a las mujeres humanas. Estos gigantes se conocen como los Nephilim que existieron en la época de Enoc y Noé. En el Génesis 6:3 dice Yahvé “No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días”

También tenemos noticia del diluvio en la India en el relato de Manu y el pez. El nombre de Manu corresponde al del primer ser humano, el primer rey en la tierra que fue salvado del diluvio por un avatar de Visnu, transformado en un gigantesco pez ghasha.

En China también existe el mito de Gun-Yu sobre la gran inundación.

En la mitología griega Deucalión y Pirra serán los sobrevivientes al diluvio y poblarán nuevamente la tierra, lanzando piedras sobre sus hombros.

En el antiguo Egipto se cuenta el relato de Ra que cuando le informan que la humanidad se ha vuelto malvada y se ha revelado contra los dioses, manda entonces a Hator a investigar y castigar a los malhechores, esta mató tantos hombres que su sangre hizo desbordar el Nilo destruyendo todo a su paso. Los que no pudo aniquilar repoblaron el mundo gobernado por las enseñanzas del dios Thot.

Del mismo modo en las culturas del norte de América y Sudamérica aparecen varios relatos que cuentan de severas inundaciones desde los indios de Canadá, los apaches de América, los pueblo Mexicas y mayas, hasta los relatos Incas y Mapuches del sur del continente.

Estos relatos míticos sobre el diluvio son vehículos de transmisión de una verdad, que hacen coincidir en sus narrativas a pueblos y culturas de distintas regiones del planeta.

En todos ellos la causa de la destrucción fue por la soberbia y maldad humana que se olvidó de ofrendar a los dioses por su ambición material.

bobiglez@gmail.com

“El tiempo sagrado es un tiempo separado para una realidad separada que trasciende el reloj y el calendario, ya que señala nuestras citas con lo eterno”. En la lectura de mitos es indispensable separar el tiempo sagrado del tiempo profano, el profano es el tiempo que mide el reloj y los calendarios. El tiempo sagrado es el de la experiencia mística, el de la revelación.

Uno de los mitos universales más conocido es el diluvio, la brutal inundación que deslizo al mundo hacia los abismos del sinsentido. En todos los continentes existen narrativas sobre este hecho ocurrido hace milenios, pero que dejo huellas o indicios que han permanecido en las diferentes culturas hasta nuestros días. Hemos leído en la biblia el Génesis (6:5 -9:17) como Yahvé decidió destruir su creación en vista de la maldad que se había desarrollado en los seres creados. El único que se salvaría de la destrucción del mundo sería Noé, por haber sido en su tiempo hombre justo y cabal. Dios hablo con Noé y le dio las instrucciones precisas de lo que debía de hacer, construir un arca para salvar a su familia y llevarse a bordo parejas de animales de cada especie. Noé ejecutó todo lo que había ordenado Yahvé. Luego las aguas del diluvio inundaron la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches hasta que se cerraron las compuertas del cielo y los abismos del mar. Luego Yahvé ordenó a Noé salir con su familia del arca y liberar a todos los animales para poblar la tierra. Noé construyo un altar para Yahvé y ofreció holocaustos en agradecimiento.

También existe un relato babilónico sobre el diluvio, en el poema de Gilgamesh aparece un personaje llamado Utnapishtim quien salvó a la humanidad, embarcándose en un arca acompañado de su familia y de parejas de animales macho y hembra, provisiones, oro y plata.

En los textos judaicos se habla del diluvio por parte de Yavé, el relato nos cuenta como la humanidad malvada estaba mezclada con gigantes híbridos surgido de la unión antinatural de los ángeles que se habían vuelto malos y tomaron a las mujeres humanas. Estos gigantes se conocen como los Nephilim que existieron en la época de Enoc y Noé. En el Génesis 6:3 dice Yahvé “No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días”

También tenemos noticia del diluvio en la India en el relato de Manu y el pez. El nombre de Manu corresponde al del primer ser humano, el primer rey en la tierra que fue salvado del diluvio por un avatar de Visnu, transformado en un gigantesco pez ghasha.

En China también existe el mito de Gun-Yu sobre la gran inundación.

En la mitología griega Deucalión y Pirra serán los sobrevivientes al diluvio y poblarán nuevamente la tierra, lanzando piedras sobre sus hombros.

En el antiguo Egipto se cuenta el relato de Ra que cuando le informan que la humanidad se ha vuelto malvada y se ha revelado contra los dioses, manda entonces a Hator a investigar y castigar a los malhechores, esta mató tantos hombres que su sangre hizo desbordar el Nilo destruyendo todo a su paso. Los que no pudo aniquilar repoblaron el mundo gobernado por las enseñanzas del dios Thot.

Del mismo modo en las culturas del norte de América y Sudamérica aparecen varios relatos que cuentan de severas inundaciones desde los indios de Canadá, los apaches de América, los pueblo Mexicas y mayas, hasta los relatos Incas y Mapuches del sur del continente.

Estos relatos míticos sobre el diluvio son vehículos de transmisión de una verdad, que hacen coincidir en sus narrativas a pueblos y culturas de distintas regiones del planeta.

En todos ellos la causa de la destrucción fue por la soberbia y maldad humana que se olvidó de ofrendar a los dioses por su ambición material.

bobiglez@gmail.com