/ viernes 9 de abril de 2021

Humanitas: arte y pasión

Las palabras contemplativas son aquellas que nos permiten activar la geometría sagrada, provocando una comunión entre la mente, el cuerpo y la energía.

Por ello es que a través del lenguaje se puede establecer una relación intermedia entre el significado y el significante, es decir, en la potencia sagrada que está ahí, ya sea en la palabra o en las cosas. Los hombres primitivos lo comprendían muy bien, el hombre moderno es profano y ha desacralizado completamente el cosmos.

Los distintos significados o sentidos que una palabra puede ofrecer dependen de la interpretación o traducción que hacemos de los signos.

En el caso de las tradiciones milenarias la palabra ha sido el principio del todo.

En la tradición judaica, Moisés interroga a Dios por su nombre y este le responde “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14). En la tradición cristiana en el evangelio de San Juan nos dice:

“Al principio era el verbo, y el verbo estaba en Dios, y el verbo era Dios…y el verbo divino se hizo carne y habitó entre nosotros”. La palabra en estos casos es el Logos divino, el pensamiento de Dios, además de que se pueden sumar otras interpretaciones.

También los mantras (palabra que proviene del sánscrito man y significa mente) las oraciones, sentencias, apuntan a la activación del logos, es decir, de la geometría sagrada del pensamiento que libera energía que se equilibra y corresponde con la gran energía cósmica que nos rodea. Esto nos permite realizar transacciones de sentido, ya que la geometría permite armonizar los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro.

El sonido de las palabras contemplativas, como los mantras (sílabas sagradas) tienen la fuerza del sonido que proviene del centro de la creación, es como cuando escuchamos la fuerza y el poder que emite el sonido de las cataratas del Niágara, el poder de la música y de la voz humana. En el siglo XXI la física teórica nos dice que podemos escuchar el sonido de las colisiones de las ondas gravitacionales que provienen del Big bang. (Premio Nobel de Física 2017).

En este mundo moderno y proceso de pos-secularización lo sagrado equivale a la potencia, la potencia sagrada que está ahí en la obra de arte, en el objeto, en la piedra o en el árbol, que ya no es una simple piedra o cualquier árbol, es la presencia de lo sagrado en lo profano. Fenómeno que se reproduce en el arte moderno y contemporáneo como es en la obra de Mark Rothko en su capilla de la ciudad de Houston, Tx.

El artista digital holandés Janosh realiza su obra con hologramas digitales, frecuencias y tonos musicales para activar la mente y la meditación activa. Para Janosh su obra es “una representación simbólica de las fuerzas de la creación, que nos ayuda a entender mentalmente lo que ya conocíamos por intuición”. Cuando se contempla formas geométricas o matemáticas se activan zonas concretas del cerebro.

El filósofo rumano Mircea Eliade (1907-1986) construyo el termino Hierofanía (hierós=sagrado y phaneia=manifestar). Para Mircea es la presencia de lo sagrado en lo profano. Un ejemplo de hierofanía es la “Anunciación a María por un ángel de Dios” como lo narran los textos sagrados (Lucas 1-26-38) y que además ha sido pintado este acontecimiento místico en cientos de obras artísticas, una muy singular es la de Guido de Prieto, mejor conocido como Fra Angélico que es un temple sobre tabla y oro del quattrocentto italiano y se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.

bobiglez@gmail.com

Las palabras contemplativas son aquellas que nos permiten activar la geometría sagrada, provocando una comunión entre la mente, el cuerpo y la energía.

Por ello es que a través del lenguaje se puede establecer una relación intermedia entre el significado y el significante, es decir, en la potencia sagrada que está ahí, ya sea en la palabra o en las cosas. Los hombres primitivos lo comprendían muy bien, el hombre moderno es profano y ha desacralizado completamente el cosmos.

Los distintos significados o sentidos que una palabra puede ofrecer dependen de la interpretación o traducción que hacemos de los signos.

En el caso de las tradiciones milenarias la palabra ha sido el principio del todo.

En la tradición judaica, Moisés interroga a Dios por su nombre y este le responde “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14). En la tradición cristiana en el evangelio de San Juan nos dice:

“Al principio era el verbo, y el verbo estaba en Dios, y el verbo era Dios…y el verbo divino se hizo carne y habitó entre nosotros”. La palabra en estos casos es el Logos divino, el pensamiento de Dios, además de que se pueden sumar otras interpretaciones.

También los mantras (palabra que proviene del sánscrito man y significa mente) las oraciones, sentencias, apuntan a la activación del logos, es decir, de la geometría sagrada del pensamiento que libera energía que se equilibra y corresponde con la gran energía cósmica que nos rodea. Esto nos permite realizar transacciones de sentido, ya que la geometría permite armonizar los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro.

El sonido de las palabras contemplativas, como los mantras (sílabas sagradas) tienen la fuerza del sonido que proviene del centro de la creación, es como cuando escuchamos la fuerza y el poder que emite el sonido de las cataratas del Niágara, el poder de la música y de la voz humana. En el siglo XXI la física teórica nos dice que podemos escuchar el sonido de las colisiones de las ondas gravitacionales que provienen del Big bang. (Premio Nobel de Física 2017).

En este mundo moderno y proceso de pos-secularización lo sagrado equivale a la potencia, la potencia sagrada que está ahí en la obra de arte, en el objeto, en la piedra o en el árbol, que ya no es una simple piedra o cualquier árbol, es la presencia de lo sagrado en lo profano. Fenómeno que se reproduce en el arte moderno y contemporáneo como es en la obra de Mark Rothko en su capilla de la ciudad de Houston, Tx.

El artista digital holandés Janosh realiza su obra con hologramas digitales, frecuencias y tonos musicales para activar la mente y la meditación activa. Para Janosh su obra es “una representación simbólica de las fuerzas de la creación, que nos ayuda a entender mentalmente lo que ya conocíamos por intuición”. Cuando se contempla formas geométricas o matemáticas se activan zonas concretas del cerebro.

El filósofo rumano Mircea Eliade (1907-1986) construyo el termino Hierofanía (hierós=sagrado y phaneia=manifestar). Para Mircea es la presencia de lo sagrado en lo profano. Un ejemplo de hierofanía es la “Anunciación a María por un ángel de Dios” como lo narran los textos sagrados (Lucas 1-26-38) y que además ha sido pintado este acontecimiento místico en cientos de obras artísticas, una muy singular es la de Guido de Prieto, mejor conocido como Fra Angélico que es un temple sobre tabla y oro del quattrocentto italiano y se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.

bobiglez@gmail.com