/ viernes 23 de julio de 2021

Humanitas: arte y pasión

Retornar al mito es una herencia y una necesidad que nos inclina a recuperar lo que hemos perdido: la fe en nosotros mismos, es decir, en nuestros propios mitos.

Los mitos son una representación de lo real.

El mito del apóstol Santiago el Mayor que se aparece en Querétaro el 25 de julio de 1531 en el cerro del San Gremal, evoca la aparición de lo sagrado como mito fundacional.

El origen de esta singular narrativa del siglo IX surge con el descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en el bosque de Libredón, cercano a la aldea de Iria Flavia del reino de Galicia y lugar de la Finis terrae por el ermitaño Paio y el obispo Teodomiro en el año 824.

Otra versión del mito es tomada del libro IV del Codex Calixtinus del siglo XII, en donde se cuenta que el apóstol Santiago se presentó en un sueño al rey de los francos Carlo magno luego de la batalla de Roncesvalles en el año 778. En dicho sueño el apóstol de Cristo le indicó que siguiera el resplandor de la luz blanca en el cielo, que el rey había advertido desde el Pirineo. “La ruta de las estrellas que has visto en el cielo (La Vía Láctea) significa que marcharás a Galicia, a la cabeza de un gran ejército, y que, después de ti, todos los pueblos irán allá en peregrinación hasta la consumación de los siglos”.

La artista plástica Gabriela Rosado con motivo de los 490 años de la fundación de nuestra ciudad, nos muestra en la exposición “Santiago Apóstol: caballero y peregrino por la gracia de Dios” en el Museo de Arte de Querétaro, imágenes renovadas del mito.

La constante experimentación de la artista y sus influencias desde el informalismo catalán hasta el arte contemporáneo, permiten que observemos una visión madura, casi sacra de los acontecimientos que han marcado la tradición y cultura de Santiago de Querétaro y Santiago Compostela. La visión bifocal (desde España y México) de estos acontecimientos, nos revela la fuerza que lo sagrado contiene en el arte y particularmente en la pintura. Gabriela ha encontrado en los símbolos los mensajes místicos y secretos que la tradición nos ha heredado.

Su iconografía es un indicio de que tenemos salvación, sus trazos son firmes, con su pincel narra una de las historias más bellas de nuestra ciudad y del mundo, con las que nos activa la memoria y nos renueva la identidad en este mundo tecnológico y contemporáneo.

Lo que despliega su mensaje es que el camino de Santiago nos conduce a Finis terrae, el lugar sagrado de los Celtas; a la puerta del Atlántico la morada de Poseidón, y a la tumba del apóstol de Cristo Santiago el mayor, hermano de Juan evangelista.

En Querétaro la presencia de lo sagrado está presente en los barrios y en las calles que nos llevan al cerro del San Gremal en donde gracias al apóstol Santiago y a los pueblos originarios, el sincretismo nos legó la Santa Cruz de los milagros.

bobiglez@gmail.com

Retornar al mito es una herencia y una necesidad que nos inclina a recuperar lo que hemos perdido: la fe en nosotros mismos, es decir, en nuestros propios mitos.

Los mitos son una representación de lo real.

El mito del apóstol Santiago el Mayor que se aparece en Querétaro el 25 de julio de 1531 en el cerro del San Gremal, evoca la aparición de lo sagrado como mito fundacional.

El origen de esta singular narrativa del siglo IX surge con el descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en el bosque de Libredón, cercano a la aldea de Iria Flavia del reino de Galicia y lugar de la Finis terrae por el ermitaño Paio y el obispo Teodomiro en el año 824.

Otra versión del mito es tomada del libro IV del Codex Calixtinus del siglo XII, en donde se cuenta que el apóstol Santiago se presentó en un sueño al rey de los francos Carlo magno luego de la batalla de Roncesvalles en el año 778. En dicho sueño el apóstol de Cristo le indicó que siguiera el resplandor de la luz blanca en el cielo, que el rey había advertido desde el Pirineo. “La ruta de las estrellas que has visto en el cielo (La Vía Láctea) significa que marcharás a Galicia, a la cabeza de un gran ejército, y que, después de ti, todos los pueblos irán allá en peregrinación hasta la consumación de los siglos”.

La artista plástica Gabriela Rosado con motivo de los 490 años de la fundación de nuestra ciudad, nos muestra en la exposición “Santiago Apóstol: caballero y peregrino por la gracia de Dios” en el Museo de Arte de Querétaro, imágenes renovadas del mito.

La constante experimentación de la artista y sus influencias desde el informalismo catalán hasta el arte contemporáneo, permiten que observemos una visión madura, casi sacra de los acontecimientos que han marcado la tradición y cultura de Santiago de Querétaro y Santiago Compostela. La visión bifocal (desde España y México) de estos acontecimientos, nos revela la fuerza que lo sagrado contiene en el arte y particularmente en la pintura. Gabriela ha encontrado en los símbolos los mensajes místicos y secretos que la tradición nos ha heredado.

Su iconografía es un indicio de que tenemos salvación, sus trazos son firmes, con su pincel narra una de las historias más bellas de nuestra ciudad y del mundo, con las que nos activa la memoria y nos renueva la identidad en este mundo tecnológico y contemporáneo.

Lo que despliega su mensaje es que el camino de Santiago nos conduce a Finis terrae, el lugar sagrado de los Celtas; a la puerta del Atlántico la morada de Poseidón, y a la tumba del apóstol de Cristo Santiago el mayor, hermano de Juan evangelista.

En Querétaro la presencia de lo sagrado está presente en los barrios y en las calles que nos llevan al cerro del San Gremal en donde gracias al apóstol Santiago y a los pueblos originarios, el sincretismo nos legó la Santa Cruz de los milagros.

bobiglez@gmail.com