/ viernes 16 de febrero de 2018

Humanitas: arte y pasión

El dios Apolo es sin duda uno de los más apuestos, sabios y tremendos que habitan la bóveda olímpica. Es hijo de Zeus el rey de los dioses y Latona, es hermano de Artemisa diosa de la cacería. Apolo es el sol, la luz, la belleza, el orden. Es una divinidad benévola pero también vengativa, siempre está armado con arco y flechas. Puede matar a los hombres o causarles enfermedades, pero también puede ser bondadoso y ayuda a los humanos si se le propicia adecuadamente. Es un hábil músico, la lira es su instrumento, aunque en algunos textos lo presentan como inventor de la música, realmente es el astuto dios Hermes, quien inventa la lira y se la entrega a Apolo a cambio de un ganado que le había robado. El dios Apolo al escuchar el dulce y armónico sonido del instrumento queda fascinado. La música también se le atribuye a la diosa Afrodita (Venus) quien construyó con una caña, el primer instrumento de aliento que hacía sonidos que imitaban a la naturaleza y sus especies. Cuando otras diosas se burlaron de Afrodita al ver como se le inflamaban los cachetes al hacer sonar el instrumento, ésta ofendida, aventó la flauta a los campos. Más tarde el dios de los pastores Pan, encontró dicho instrumento y soplo la flauta imitando el sonido del viento y de los pájaros uniéndose al séquito del dios Dioniso en los ritos festivos y celebraciones por la vida. Pero siguiendo con Apolo es un dios que también domina el poder de la adivinación, hubo muchos oráculos dedicados a él, tal vez el de Delfos sea el más célebre.

El cuervo es el animal consagrado a Apolo, aparece en sus representaciones. Esta ave sufrió la venganza del dios por llevarle malas noticias, lo convirtió en un ave negra de mal agüero (antes el cuervo era un mensajero del dios con blanco plumaje). Todo ocurrió cuando Apolo conoció a la bella joven Coronis, era la hija del rey de los lapitas. La joven tuvo la mala idea de adulterar la relación con Apolo, no satisfecha con el ser divino tuvo un joven amante. De esto se enteró el cuervo y corrió a platicárselo a Apolo, enfurecido por el engaño, salió corriendo a buscar a los engañadores y con su arco le dio muerte al joven, a la bella Coronis la atravesó con una flecha, en sus últimos estertores de vida Coronis le confesó que estaba embarazada de él. Apolo se enfureció más porque no podía salvarla, pero rescató al bebe y lo envió para que fuera creado al Centauro Quirón, el más sabio educador. El nombre del niño fue Asclepio que se convirtió en el dios de la medicina gracias a las enseñanzas de Quirón. El cuervo esperaba una recompensa de parte de Apolo por su información y a cambió le convirtió sus blancas plumas en negras, por haber sido portador de malas noticias. La enseñanza de este mito es que mejor no seamos portadores de correos virulentos, porque a quien se lo ofrecemos nunca olvidará que tú se lo entregaste.

Otra parte de la vida amorosa de Apolo es que, a su regresó de matar a la temida serpiente Pitón en Delfos, encontró al dios Eros o Cupido jugando con su arco y flecha, de manera despectiva y burlona, Apolo le insinuó que esas armas no eran para niños, que solo las usaban los dioses valientes como él. En venganza el dios del deseo Eros, afiló la punta de su flecha de oro para infundir amor y la dirigió hacia Apolo; tomo otra flecha con punta de plomo y le disparó a la ninfa Dafne, hija del dios del río Peneo. Este acto hizo que Apolo se enamorara perdidamente de Dafne, y ella por los efectos de la flecha del desamor lo aborreciera. Esta situación provocó que el dios Apolo hostigara con sus galanterías a Dafne, y una vez que el propio Apolo la tenía acorralada para poseerla, la ninfa les pidió a los dioses que la salvaran y en el momento preciso la convirtieron en árbol, en el árbol del Laurel. Desde entonces el árbol del Laurel está consagrado al dios, en recuerdo de su amada Dafne, y decidió coronar a los héroes y atletas olímpicos con una corona de laurel en recuerdo de aquel gran amor perdido. Por lo tanto, es importante tener buenas relaciones con el dios del amor, pues cualquiera puede ser víctima de sus perturbadoras saetas. Esperamos que siempre celebren el milagro del amor y no solo el día que nos impone la publicidad. Recordamos un dicho latino que reza así: “Sine Cerere et Baccho friget Venus” que significa sin Ceres y Baco, Venus se enfría, es decir, el amor sufre si faltan buenos alimentos y el vino.

bobiglez@gmail.com

El dios Apolo es sin duda uno de los más apuestos, sabios y tremendos que habitan la bóveda olímpica. Es hijo de Zeus el rey de los dioses y Latona, es hermano de Artemisa diosa de la cacería. Apolo es el sol, la luz, la belleza, el orden. Es una divinidad benévola pero también vengativa, siempre está armado con arco y flechas. Puede matar a los hombres o causarles enfermedades, pero también puede ser bondadoso y ayuda a los humanos si se le propicia adecuadamente. Es un hábil músico, la lira es su instrumento, aunque en algunos textos lo presentan como inventor de la música, realmente es el astuto dios Hermes, quien inventa la lira y se la entrega a Apolo a cambio de un ganado que le había robado. El dios Apolo al escuchar el dulce y armónico sonido del instrumento queda fascinado. La música también se le atribuye a la diosa Afrodita (Venus) quien construyó con una caña, el primer instrumento de aliento que hacía sonidos que imitaban a la naturaleza y sus especies. Cuando otras diosas se burlaron de Afrodita al ver como se le inflamaban los cachetes al hacer sonar el instrumento, ésta ofendida, aventó la flauta a los campos. Más tarde el dios de los pastores Pan, encontró dicho instrumento y soplo la flauta imitando el sonido del viento y de los pájaros uniéndose al séquito del dios Dioniso en los ritos festivos y celebraciones por la vida. Pero siguiendo con Apolo es un dios que también domina el poder de la adivinación, hubo muchos oráculos dedicados a él, tal vez el de Delfos sea el más célebre.

El cuervo es el animal consagrado a Apolo, aparece en sus representaciones. Esta ave sufrió la venganza del dios por llevarle malas noticias, lo convirtió en un ave negra de mal agüero (antes el cuervo era un mensajero del dios con blanco plumaje). Todo ocurrió cuando Apolo conoció a la bella joven Coronis, era la hija del rey de los lapitas. La joven tuvo la mala idea de adulterar la relación con Apolo, no satisfecha con el ser divino tuvo un joven amante. De esto se enteró el cuervo y corrió a platicárselo a Apolo, enfurecido por el engaño, salió corriendo a buscar a los engañadores y con su arco le dio muerte al joven, a la bella Coronis la atravesó con una flecha, en sus últimos estertores de vida Coronis le confesó que estaba embarazada de él. Apolo se enfureció más porque no podía salvarla, pero rescató al bebe y lo envió para que fuera creado al Centauro Quirón, el más sabio educador. El nombre del niño fue Asclepio que se convirtió en el dios de la medicina gracias a las enseñanzas de Quirón. El cuervo esperaba una recompensa de parte de Apolo por su información y a cambió le convirtió sus blancas plumas en negras, por haber sido portador de malas noticias. La enseñanza de este mito es que mejor no seamos portadores de correos virulentos, porque a quien se lo ofrecemos nunca olvidará que tú se lo entregaste.

Otra parte de la vida amorosa de Apolo es que, a su regresó de matar a la temida serpiente Pitón en Delfos, encontró al dios Eros o Cupido jugando con su arco y flecha, de manera despectiva y burlona, Apolo le insinuó que esas armas no eran para niños, que solo las usaban los dioses valientes como él. En venganza el dios del deseo Eros, afiló la punta de su flecha de oro para infundir amor y la dirigió hacia Apolo; tomo otra flecha con punta de plomo y le disparó a la ninfa Dafne, hija del dios del río Peneo. Este acto hizo que Apolo se enamorara perdidamente de Dafne, y ella por los efectos de la flecha del desamor lo aborreciera. Esta situación provocó que el dios Apolo hostigara con sus galanterías a Dafne, y una vez que el propio Apolo la tenía acorralada para poseerla, la ninfa les pidió a los dioses que la salvaran y en el momento preciso la convirtieron en árbol, en el árbol del Laurel. Desde entonces el árbol del Laurel está consagrado al dios, en recuerdo de su amada Dafne, y decidió coronar a los héroes y atletas olímpicos con una corona de laurel en recuerdo de aquel gran amor perdido. Por lo tanto, es importante tener buenas relaciones con el dios del amor, pues cualquiera puede ser víctima de sus perturbadoras saetas. Esperamos que siempre celebren el milagro del amor y no solo el día que nos impone la publicidad. Recordamos un dicho latino que reza así: “Sine Cerere et Baccho friget Venus” que significa sin Ceres y Baco, Venus se enfría, es decir, el amor sufre si faltan buenos alimentos y el vino.

bobiglez@gmail.com