/ viernes 25 de mayo de 2018

Humanitas. Arte y Pasión

En días pasados tuvimos el gusto de conversar con el gran coleccionista de arte y antigüedades Rodrigo Rivero Lake, escuchamos sus apasionantes historias y anécdotas sobre arte. Descubrimos que compartimos la misma impresentable pasión por los objetos de marfil. Por supuesto que nos gustan los objetos fabricados desde el siglo XVII al XVIII, y no los que se han realizado en el siglo XX que han puesto en peligro la supervivencia de distintas especies de paquidermos a causa de la ambición comercial (Recordemos que en el siglo XX el plástico fue el material que sustituyó al marfil en la fabricación de peines, botones, aretes, teclas de piano, manijas, etc.).

El gusto de este hermoso material se extendió por el mundo a partir de que los portugueses descubrieron las rutas para llegar a la india y Asia. (Sabemos por la Biblia y otros testimonios que se utilizaba en Egipto y el Cercano Oriente). Los navegantes Bartolomé Díaz, y Vasco de Gama rodearon el cabo de Buena Esperanza en África para llegar a la India. Sabemos que más tarde los marineros compraban en su ruta el marfil en las costas africanas y lo llevaban al oriente para ser trabajado por los hábiles artesanos de aquellas regiones. En China y Japón era muy codiciado el marfil, además los portugueses comerciaban marfil tallado en África, India, Ceilán, Filipinas y Macao. El comercio que realizaba la corona española del marfil se hacía desde el Virreinato de La Nueva España a través, de la Nao de China y sus aventurados viajes en las rutas que realizaba al Oriente desde el puerto de Acapulco. Lo interesante de este comercio es que los portugueses y luego los comerciantes novohispanos llevaron estampas de vírgenes y santos a oriente para que fueran fabricados en marfil, por ello es que se tienen en las colecciones de arte virreinal extraordinarias piezas de vírgenes, imágenes de Cristo, niños Dios, santos y por supuesto figuras orientales. Se realizaron importantes piezas para el culto cristiano trabajadas por manos de artesanos asiáticos no creyentes. A estas piezas se les reconoce su estilo y origen por sus características tanto del material como por la riqueza o economía en las tallas, y por supuesto los rasgos de los personajes. Hay objetos de marfil conocidos como: Indo-portugués, Afro-portugués e Hispano-filipinos fabricados en Manila y en China. La eboraria como se le llamaba a la talla de marfil en Europa, fue muy apreciada por las altas esferas de las comarcas del continente, además de que poseer piezas de marfil era símbolo de grandeza y buen gusto.

A la península Ibérica llegaban los marfiles procedentes de la Nueva España. Al llegar al puerto de Acapulco la Nao de China, se iniciaba un viaje a lomo de burro o caballo con la mercadería procedente de Manila hasta el puerto de Veracruz, para ser embarcadas en otras naves y viajar a España. Se sabe que mucha mercadería se quedaba de contrabando durante la travesía para venderse en la Nueva España, como lo fueron las piezas de marfil, los mantones de Manila y la seda, por ejemplo. Recordemos que en el siglo XVI gracias a las expediciones hacia el Oriente en busca de las islas de las especias, Fernando de Magallanes realizó la primera circunnavegación saliendo de Sevilla, pasando por Cabo verde, Brasil, Río de la Plata, la Patagonia y la exploración del estrecho que se llamaría de Magallanes en su honor, que los sacó al Océano Pacífico, las islas marianas y finalmente descubrió en 1521 el archipiélago (en donde murió) al que más tarde llamaron los españoles “Las islas Filipinas” en honor del hijo de Carlos I, futuro rey de España llamado Felipe II.

Las Filipinas fueron gobernadas por el virreinato de la Nueva España desde la ciudad de México, zarpando los galeones desde Acapulco, de 1565 hasta la independencia en 1521.

La palabra marfil proviene del árabe “azm-alfil “que significa hueso de elefante.

Recordemos que en el templo del rey Salomón su trono fue hecho de marfil y láminas de oro. (Reyes 10:18)

bobiglez@gmail.com

En días pasados tuvimos el gusto de conversar con el gran coleccionista de arte y antigüedades Rodrigo Rivero Lake, escuchamos sus apasionantes historias y anécdotas sobre arte. Descubrimos que compartimos la misma impresentable pasión por los objetos de marfil. Por supuesto que nos gustan los objetos fabricados desde el siglo XVII al XVIII, y no los que se han realizado en el siglo XX que han puesto en peligro la supervivencia de distintas especies de paquidermos a causa de la ambición comercial (Recordemos que en el siglo XX el plástico fue el material que sustituyó al marfil en la fabricación de peines, botones, aretes, teclas de piano, manijas, etc.).

El gusto de este hermoso material se extendió por el mundo a partir de que los portugueses descubrieron las rutas para llegar a la india y Asia. (Sabemos por la Biblia y otros testimonios que se utilizaba en Egipto y el Cercano Oriente). Los navegantes Bartolomé Díaz, y Vasco de Gama rodearon el cabo de Buena Esperanza en África para llegar a la India. Sabemos que más tarde los marineros compraban en su ruta el marfil en las costas africanas y lo llevaban al oriente para ser trabajado por los hábiles artesanos de aquellas regiones. En China y Japón era muy codiciado el marfil, además los portugueses comerciaban marfil tallado en África, India, Ceilán, Filipinas y Macao. El comercio que realizaba la corona española del marfil se hacía desde el Virreinato de La Nueva España a través, de la Nao de China y sus aventurados viajes en las rutas que realizaba al Oriente desde el puerto de Acapulco. Lo interesante de este comercio es que los portugueses y luego los comerciantes novohispanos llevaron estampas de vírgenes y santos a oriente para que fueran fabricados en marfil, por ello es que se tienen en las colecciones de arte virreinal extraordinarias piezas de vírgenes, imágenes de Cristo, niños Dios, santos y por supuesto figuras orientales. Se realizaron importantes piezas para el culto cristiano trabajadas por manos de artesanos asiáticos no creyentes. A estas piezas se les reconoce su estilo y origen por sus características tanto del material como por la riqueza o economía en las tallas, y por supuesto los rasgos de los personajes. Hay objetos de marfil conocidos como: Indo-portugués, Afro-portugués e Hispano-filipinos fabricados en Manila y en China. La eboraria como se le llamaba a la talla de marfil en Europa, fue muy apreciada por las altas esferas de las comarcas del continente, además de que poseer piezas de marfil era símbolo de grandeza y buen gusto.

A la península Ibérica llegaban los marfiles procedentes de la Nueva España. Al llegar al puerto de Acapulco la Nao de China, se iniciaba un viaje a lomo de burro o caballo con la mercadería procedente de Manila hasta el puerto de Veracruz, para ser embarcadas en otras naves y viajar a España. Se sabe que mucha mercadería se quedaba de contrabando durante la travesía para venderse en la Nueva España, como lo fueron las piezas de marfil, los mantones de Manila y la seda, por ejemplo. Recordemos que en el siglo XVI gracias a las expediciones hacia el Oriente en busca de las islas de las especias, Fernando de Magallanes realizó la primera circunnavegación saliendo de Sevilla, pasando por Cabo verde, Brasil, Río de la Plata, la Patagonia y la exploración del estrecho que se llamaría de Magallanes en su honor, que los sacó al Océano Pacífico, las islas marianas y finalmente descubrió en 1521 el archipiélago (en donde murió) al que más tarde llamaron los españoles “Las islas Filipinas” en honor del hijo de Carlos I, futuro rey de España llamado Felipe II.

Las Filipinas fueron gobernadas por el virreinato de la Nueva España desde la ciudad de México, zarpando los galeones desde Acapulco, de 1565 hasta la independencia en 1521.

La palabra marfil proviene del árabe “azm-alfil “que significa hueso de elefante.

Recordemos que en el templo del rey Salomón su trono fue hecho de marfil y láminas de oro. (Reyes 10:18)

bobiglez@gmail.com